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Mass Effect 2

Otro candidato a GOTY 2010.

El componente estratégico y pausado sigue estando más que presente –es más: como en el primer Mass Effect, se recomienda abordar el combate con la cabeza fría y predisposición a la cobertura y el despliegue inteligente-, pero hay que reconocer que para aquél que pretenda ir pateando metálicos culos robóticos, gelatinosos culos extraterrestres o carnosos culos humanos, Mass effect 2 es toda una mejora. Los tiroteos son de mucha mayor enjundia, las armas se sienten más pesadas y satisfactorias, podremos apuntar y disparar a diferentes partes del cuerpo de los oponentes y éstos actuarán en consecuencia. La inteligencia artificial de los enemigos, por lo que pudimos ver en nuestro contacto con el juego, es ligeramente mejor que en nuestra primera visita al mundo de la Ciudadela, y el ritmo de los enfrentamientos está también mejor ajustado.

Acompañándonos en nuestro paseo espacial y en nuestras estelares palizas tendremos, como en el primer juego, a una plétora de guerreros, ingenieros, bióticos y demás gente dispuesta –no siempre de buen grado- a cumplir nuestras órdenes. Por fortuna, dirigirlos será sencillo y más sencillo aún será manejar y recorrer los diferentes menús e inventarios para elegir sus armaduras, su armamento o sus poderes. El desarrollo de los personajes, de nuevo, correrá paralelo a nuestra pericia (podremos elegir qué características y aptitudes mejorar con la experiencia) y a nuestras decisiones morales durante el transcurso de los acontecimientos: ante una situación podremos cortar por lo sano, intentar solucionar las cosas con diplomacia o, incluso, interrumpir la conversación con acciones como disparar o despeñar a nuestro molesto interlocutor por el barranco más cercano.

El grado de personalización de Mass Effect 2 es también notablemente superior al de su antecesor. Podremos elegir nuestro aspecto, origen, historia personal, el color y la configuración de nuestra armadura, de nuestra ropa interior… Todo eso si decidimos comenzar una partida desce cero, por supuesto. Pero también podremos optar por importar todo nuestro perfil y logros del primer Mass Effect y volver a encarnar al héroe o heroína con el que completamos el primer arco argumental para engrandecer su leyenda y revivir los viejos tiempos (qué ganas le tengo a mi Shepard pelirroja y mortal…).

Así que, con todo esto en mente, os recomendamos dos cosas: la primera es que comencéis a ahorrar, porque lo que hemos visto de Mass Effect 2 hace de éste un muy, muy serio candidato a mejor juego de 2010; la segunda es que, antes de correr a comprarlo, leáis el análisis que le haremos, no vaya a ser que algo se tuerza y quede la cosa a medias. Eso sí: si el nivel del juego completo está en consonancia con lo que jugamos y disfrutamos hace unos días, teniendo en cuenta que al primero le dimos un 8, a éste habrá que darle un 16. Lo sabremos a finales de enero.

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