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Probamos la demo de Stellar Blade

Así es el nuevo exclusivo de PS5.

Stellar Blade es una de las grandes incógnitas del año, un título que, al mismo tiempo, tiene la responsabilidad de ser uno de los juegos exclusivos de PlayStation 5 más importantes en esta primera mitad de 2024. Una vitola que tal vez le pueda quedar algo grande a la ópera prima de Shift Up, estudio coreano que nos acerca esta propuesta que se presentó inicialmente en 2019 bajo el nombre de Project EVE, y que llega no solo rebautizada, sino también envuelta de cierta polémica en redes sociales debido a la evidente - e innecesaria - sexualización tanto de su protagonista como de otros personajes femeninos que nos encontraremos a lo largo de la aventura. Pero aparcando eso, de momento, toca hablar de las sensaciones que hemos tenido a los mandos gracias a haber tenido acceso anticipado a la demo, la cual nos muestra la porción inicial de esta particular propuesta y que será pública en pocos días, permitiendo trasladar el progreso a la versión final cuando esta llegue definitivamente a las tiendas el día 26 de abril.

Todo comienza con una vertiginosa secuencia cinemática donde podemos ver como la humanidad es expulsada de la Tierra debido a la presencia imperante de una especie alienígena llamada Naytiba. El objetivo no es otro, claro, que el de recuperar la Tierra, y para ello Eve es enviada junto a su escuadrón para hacer frente a estos seres llegados de otro mundo. Una premisa tan manida como eficiente para meternos en harina, y que sirve para deleitarnos con el imponente apartado técnico que presenta el juego, el cual se luce ya desde sus primeros compases por medio de infinidad de explosiones o edificios derrumbándose, al mismo tiempo que comenzamos a repartir nuestros primeros espadazos contra estas criaturas que están devorando todo y decorando, a su manera, el escenario trágico y post-apocalíptico que va a ejercer de campo de batalla durante las próximas horas. Es aquí donde comienzan las similitudes de Stellar Blade con otros juegos, porque es difícil no recurrir a este tipo de ejemplos cuando las inspiraciones son tan evidentes y desacomplejadas. La saga NieR, sin ir más lejos, ha sido uno de los ejemplos de seguir, tanto en la recreación de un mundo devastado, como en el acompañamiento musical repleto de acordes melancólicos que acompañan a cada paso. El plano audiovisual consigue ser uno de los elementos más destacados y que mejores sensaciones nos han dejado en esta primera toma de contacto, dejándonos con ganas de perdernos por su mundo, por descorazonador que sea.

Eso si hablamos de ambientación. Si hablamos de diseño, la cosa cambia y aquí es donde Stellar Blade comienza a moverse en terreno pantanoso. Sus escenarios son relativamente amplios, permitiendo cierta exploración con el objetivo de encontrarnos objetos o secretos que puedan ayudarnos a mejorar el equipo y las capacidades de la protagonista. Es recomendable hacer uso del escáner, ya que este nos indica dónde puede haber cajas que escondan recompensas, objetos interactuables o hasta enemigos, lo que nos puede llevar a la decisión de seguir el camino, o no. Hay algunas zonas que añaden secciones de plataformas bastante simples pero reconfortantes, como tener que trepar por un edificio y sus cornisas o tener que mover una tabla en el agua hacia una escalera para poder impulsarnos. La metodología a la hora de progresar por sus bellos y, a la vez, deprimentes escenarios es la propia de los soulslike, por lo que no os costará familiarizaros si estáis acostumbrado a propuestas de este subgénero. Dentro de la relativa amplitud del mapa encontramos puertas cerradas o caminos bloqueados que podremos abrir si proseguimos para facilitar atajos que nos sirvan para, por ejemplo, regresar a por un cofre que antes encontramos cerrado, pero del que ahora hemos obtenido su contraseña. También hay, por supuesto, campamentos que hacen las veces de hogueras, donde recuperaremos salud, objetos medicinales y provocaremos que los enemigos reaparezcan si tenemos a bien farmear para ir mejor preparados a nuestro próximo enfrentamiento. En estos campamentos también podemos gestionar las mejoras para Eve haciendo uso de una moneda llamada vitcoin - en serio, no estamos de broma - en los distintos menús de habilidades donde podremos equipar las mejoras que desbloqueemos para el combate.

Definir el combate de Stellar Blade tampoco es sencillo. Es un deslavazado compendio de ideas, con algunas que encajan con maestría y, otras, que lo hacen a martillazos. La obra de Shift Up se queda entre dos tierras; la de querer ser un hack and slash y la de querer ser un soulslike. Es un poco de ambos, y eso es raro. Valiente, pero raro. Sobre el papel, quiere ser vertiginoso, porque los ataques de Eve son veloces; una de sus habilidades recurrentes es ‘Prisa’, con la que prácticamente puede teletransportarse a la ubicación del enemigo para asestarle unos cuántos golpes. También puedes atacar desde la distancia con armas de fuego. Aunque diría que todo lo que se cocina es desde la corta distancia; es donde te exige a estar atento a todo el espectáculo de enemigos gigantes, luz y color que ofrece. Mirar los destellos de los enemigos para saber qué ataque te va a ejecutar, y ahí decidir en décimas de segundo si evadir con una voltereta y activar una suerte de tiempo brujo propio de Bayonetta, hacer parrys para que la postura del enemigo decaiga, se tambalee y poder aprovechar esos instantes de vulnerabilidad o jugártela a un contrataque tan arriesgado como espectacular en el que hay que estar pendiente de que brille la espada de la protagonista y, en ese momento, mover el stick direccional hacia adelante y pulsar el botón círculo a la vez para ubicarnos detrás del enemigo y poder golpearle con fuerza. Sí, exactamente como el ‘mikiri’ de Sekiro.

Esta decisión de ser un poco de todo ha provocado que no me haya sentido especialmente cómodo, de momento, con su sistema de combate. Apostar por el lado más hack and slash es arriesgado, ya que la mayoría de enemigos te invitan a esperar su ataque para poder hacerles más daño y, aunque es pronto, no me he sentido con la fluidez de ejecutar acciones casi sin querer como suele ocurrir en ese tipo de propuestas. Y cuando se juega como un soulslike, da la sensación de estar desaprovechando gran parte de su potencial, optando por lo táctico, por lo pausado, y desplazando a un lado lo épico y gratificante en una obra que, además, no se corta ni un poquito, paradójicamente, en eso de ser visceral. Además, aunque lo es, tampoco diría que resulte tan exigente como la gran mayoría de títulos de este subgénero. Cuenta, por cierto, con dos modos de dificultad, así que podéis apostar por el más enfocado a la historia si no queréis sufrir demasiado.

Diría que Stellar Blade se puede beneficiar más del largo plazo. De las horas con él, con el consiguiente desbloqueo de nuevas y espectaculares habilidades. De que con el tiempo encajemos con la llamativa propuesta que ofrece hasta que acabemos fluyendo con naturalidad en ella. Aunque tiene detalles y decisiones que resultan raros, son de naturaleza llamativa, de esos que dejan con ganas de saber más. Una primera toma de contacto que puede resultar algo dura y, al mismo tiempo, en la que se divisa mucho potencial.

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