Just Cause 2

Es el cóctel de todo esto lo que nos ofrecerá diversión. Unir armas con vehículos y ganchos y un montón de elementos destructibles siempre ha sido una buena idea.

También tendremos, por cierto, un útil paracaídas plegable que podremos utilizar siempre que estemos a cierta altura y que será uno de nuestros mejores aliados a la hora de huir de las alturas más peligrosas o para saltar de vehículos en marcha.

Como decíamos al principio, el escenario será asombrosamente extenso y detallado. No estamos hablando del típico mapa amplio y con poquitas cosas. No hay ni un tiempo de carga y gráficamente nos está pareciendo la bomba; desde las montañas nevadas hasta las playas cristalinas, pasando por la jungla o los complejos militares. Y si lo sobrevolamos —como haremos la mayoría del tiempo, porque recorrer a pie los cerca de 1.000k2 de extensión de la isla nos llevaría días— no se pierde detalle: sombras dinámicas, climatología variable, ciclo de día y noche… a veces la imagen será de postal.

Pues bien, moviéndonos descubriremos nuevas localizaciones y nos relacionaremos con los isleños. Los distintos líderes de las guerrillas harán tratos con nosotros y nos pedirán que les ayudemos con sus pesquisas. Podemos aliarnos con uno o con todos, como queramos. La cuestión es que para ir desbloqueando misiones se nos exigirá generar caos, y ya sabéis lo que significa esto: desenfundar el gancho y apretar el acelerador.

El orden a la hora de enfocar cuándo y qué hacemos dependerá totalmente de nosotros. ¿Que vamos paseando por la isla y vemos de pasada una instalación sospechosa y nos interesa investigar? ¡Ningún problema! Seguro que algo bueno sacamos de ahí. En casi cada sitio hay piezas de vehículos, de armas, armadura… que nos ayudarán a desbloquear nuevos ítems y habilidades, así que el perderse por ahí será una constante.

Dentro de poco os traeremos un análisis y os podremos contar si se hace pesado o si tiene una evolución lograda; esto, en principio, será lo que lleve a la gloria o haga que Just Cause 2 pase desapercibido.