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Feliz cumpleaños, ZX80

El 30 aniversario de una máquina mítica.

El legado

La auténtica relevancia del Sinclair ZX80 fue que acercó la informática al usuario de a pie, ofreciendo por primera vez en Europa un ordenador relativamente potente a un precio muy asequible. Inició una revolución que se vio continuada con su sucesor, el ZX81, que vendió 250.000 unidades a un precio de 69,95 libras, y que tuvo su boom definitivo con el lanzamiento del ZX Spectrum, probablemente el ordenador de 8 bits más popular en Europa durante la década de los 80.

Los diferentes ordenadores creados por Sinclair Research fueron el espaldarazo definitivo para llevar la microinformática al hogar, y ello los convierte también en una parte vital de la historia del videojuego. Y tampoco hay que olvidar que son una de las bases de lo que se conoce como la época dorada del software lúdico español, el periodo de mayor esplendor del videojuego creado en España.

¿Qué fue de Sinclair?

Tras el impresionante éxito del Spectrum y con el mercado doméstico bien cubierto, Sinclair se marcó como objetivo el mercado profesional y la pequeña empresa. Fruto de ello nació en enero de 1984 el Sinclair QL (acrónimo de Quantum Leap, salto cuántico), un novedoso ordenador bastante avanzado para su época. Fue el segundo en incorporar el procesador Motorola 68000 (el primero fue el Apple Lisa) e incorporaba en su ROM un potente sistema operativo multitarea (el Sinclair QDOS). También venía acompañado de una suite ofimática en cartuchos MicroDrive, con procesador de textos, hoja de cálculo, base de datos y un programa para generar gráficos.

Sir Clive Sinclair, genio y figura.

El QL, sin embargo, no tuvo ni de lejos el éxito esperado. Ello fue debido a multitud de problemas durante su lanzamiento: el QDOS estaba plagado de bugs, hubo problemas con las unidades MicroDrive, los usuarios encontraban incómodo el teclado y la ausencia de videojuegos le cerró el acceso al enorme mercado doméstico. El desastre de ventas del QL (y en última instancia del C5, del cual hablaremos dentro de un momento) obligó a Sinclair a vender su empresa y los nombres asociados a su gran competidor, Amstrad, en 1986.

Dando por finalizada su aventura dentro del mundo de la informática, Clive Sinclair siguió inventando nuevos productos. Uno de los más conocidos es el Sinclair C5, un coche eléctrico que salió a la venta en 1985. Pero al igual que ocurrió con el QL, la suerte no sonrió a Sir Clive: fue un fiasco a nivel de ventas, puesto que el gobierno británico prohibió su uso en muchas vías urbanas ante la preocupación de que su baja altura lo hiciese invisible para los camiones. Años más tarde inventó la A-Bike, una bicicleta plegable que aún hoy sigue a la venta. Y actualmente, según reveló en una entrevista concedida recientemente a The Guardian, trabaja en un nuevo modelo de coche eléctrico, que podría ser presentado el año que viene.

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