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Driver: San Francisco

De coche en coche y tiro porque me toca.

Para pasar de una misión a otra solo tienes que apretar un botón y la cámara se aleja. Ahí lo ves todo desde las alturas y puedes moverte por donde quieras y entrar en el coche que quieras.

También puedes explorar el mapa y buscar talleres y desbloqueables. Cada prueba te da puntos, y conducir con estilo también. Luego los puedes invertir en la compra de nuevos coches -que vas descubriendo poco a poco, por cierto- y en mejoras que te ayudarán a ganar todavía más puntos, nuevas cámaras...

Los coches, por cierto, son de marcas reales y hay más de 120. Los mejores o tienes que buscarlos muy bien por la ciudad o tienes que comprarlos, y la progresión para hacerlo será más que correcta, con una mezcla de tener que ganar dinero y tener que explorar dónde conseguirlos. Pero lo que más nos has gustado no es eso, sino que se conducen fabulosamente bien. Ya podéis imaginar que el estilo es arcade a más no poder, pero de esos que aunque es alocado puedes sentir inmediatamente las diferencias entre llevar Escarabajo descapotable o un Audi TT. Driver: San Francisco es contundente al volante y responde como se espera.

En general parece que la experiencia será tan amplia como divertida, y que cada uno la podrá enfocar como más le apetezca. Y está bien llevado, porque es divertido y gratifica al instante.

Quizás una de las pocas críticas que le podríamos hacer, y a pesar de que el apartado gráfico va como un tiro, es que le falta un poco de personalidad artística. Tampoco pedimos que metan tantos filtros como en Killzone, pero sí que no estaría de más darle una textura particular, menos genérica.

Driver: San Francisco sale el 2 de septiembre para PC y Mac, PS3 y Xbox 360 y será un giro hacia los orígenes de la franquicia. Parece que han sabido limpiarla, quitarle todo lo accesorio, darle un envoltorio técnico satisfactorio y, sobre todo, una premisa argumental que, aunque falta por ver si de tan esperpéntica acabará por pasarse de rosca -rollo final de Los Serrano, por favor no- da una versatilidad extraordinaria y lo pone en una posición inmejorable para divertirte.

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