Castlevania: Lords of Shadow

Estoy seguro que en todo este tiempo seguro el equipo capitanedo por Enric Álvarez y David Cox se ha planteado en varias ocasiones cómo abordar este reboot de la saga en tres dimensiones, más que nada después de los fracasos de otros intentos desde la propia Konami. Además, está el hecho innegable de que los fans de Castlevania son un reducto de nostálgicos ultra-conservadores del píxel; algo que por otro lado es muy respetable –se nota me dan un poco de miedo, ¿verdad?– pero es que, es decirles que va a salir un Castlevania en 3D y ya les hierve la sangre prácticamente.

Es ante la difícil tarea de hacer honor a una saga mítica y, sobre todo, contentar a los fans, que en Mercury Steam han decidido apostar sobre seguro. En lo que llevo de juego –poco, porque ya os avanzo que su duración está muy por encima de la media– Lords of Shadow es fundamentalmente un juego de acción. Los combates son lo que os ocupará la mayor parte del tiempo, pero también hay numerosas zonas de saltos y puzles, y su presencia no es algo méramente testimonial, hasta donde he podido ver están curradas.

El control durante los combates sigue los cánones de los hack and slash de hoy en día. Me sorprende gratamente la contundencia de los ataques y la importancia que se le da a los bloqueos. Al mismo tiempo, la dificultad me está pareciendo bastante elevada pero sin parecer imposible. Menos contento estoy con los Quick Time Events que aparecen en momentos imprevistos y además no son fáciles de ejecutar. Tampoco han acabado de convencerme algunas secciones demasiado pasilleras donde la colocación de la cámara impide ver los enemigos de alguno de los dos lados de la pantalla. Detalles no muy importantes que a estas alturas no creo que tengan tiempo de arreglar pero que van restando poco a poco.

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Por otro lado, y como no podía ser de otra manera, tampoco falta el tan habitual sistema de puntos de experiencia que podemos intercambiar por nuevos ataques desbloqueables. Lo que más me ha gustado a este respecto es la relación que guarda la progresión de habilidades y armas de Gabriel con el sistema de estructuración de fases. El caso es que el juego nos reta constantemente a superar niveles anteriores consiguiendo más puntos o bajo la excusa de descubrir secretos escondidos gracias a las habilidades que vamos adquiriendo. Este reto de mejorar nuestra puntuación para desbloquear mejoras y de repetir niveles para alcanzar zona antes inaccesibles al estilo Metroid es una clara respuesta al tan respetado estilo introducido por Koji Igarashi en Symphony of the Night.

Acompañando todo este despliegue visual y jugable tenemos la banda sonora. Compuesta por Óscar Araujo se nota radicalmente el cambio de estilo que veremos en este Castlevania: Lords of Shadow, donde la estridencia de las melodías guitarreras da paso a un envoltorio musical mucho más grandilocuente y de tono épico, lleno de coros dramáticos y un potente cuerpo de orquestra acompañando nuestros pasos. Si bien, quizás hecho de menos que se le de mayor empaque a los efectos de sonido ya que me da la impresión que quedan un poco solapados por la música. De hecho he tenido que bajar la música y subirlos los efectos para poder realzar la contundencia de los combates.

En definitiva estamos ante un título en el que tengo grandes esperanzas depositadas y al que le veo claras posibilidades de agradar tanto a los fans de toda la vida como a aquellos que simplemente quieran una buena aventura que les mantenga muchas horas enganchados al mando. En su contra tiene el hecho de que quizás copia demasiadas cosas de otros juegos sin aportar mucha cosa nueva, pero en su favor tiene una mecánica sólida, un apartado técnico a la altura de las grandes producciones y el hecho de ser fiel al estilo de juego perdido y la historia de las primeras entregas de la saga. Me quedan unas cuantas horas, así que si me permitís cojo de nuevo el látigo y me marcho a cazar a vampiros para traeros de aquí a pocos días la reseña definitiva.