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Avance de Battlefield 3: Close Quarters

Cercano y personal.

En un sector en el que desgraciadamente cada vez abunda más la costumbre de inundar el mercado de contenido descargable que aporta poco pero cuesta mucho (sí, Capcom, te estoy mirando a ti), sorprende la constricción con la que se ha enfocado su aplicación en Battlefield 3. La tentación de seguir el esquema de Activision con Call of Duty estaba ahí, pero EA y DICE han preferido ser más comedidos, espaciando los lanzamientos durante más de un año y ofreciendo varios DLCs para el multijugador bien diferenciados que atraigan a un público muy diverso. Back to Karkand, publicado a finales de 2011, fue el primero, y en junio llegará el segundo, Close Quarters.

Para empezar, y esto no es muy habitual, el nuevo pack de contenido descargable introduce pequeñas mejoras técnicas al ya de por si imponente Frostbite 2. Tal y como reconoció durante la presentación su productor ejecutivo, Patrick Bach, el estudio sueco ha retocado el motor del juego para potenciar aún más la destrucción de los niveles. El cambio resulta claramente visible desde la primera partida: las paredes y el mobiliario saltan en miles de pedazos tras el impacto de las balas, y las estructuras se derrumban con todavía más detalle y realismo que antes.

Pero lo verdaderamente importante es el aspecto jugable, y en este sentido hay que reconocer que Close Quarters acerca Battlefield 3 un poco más, si cabe, a la acción rápida y directa de Modern Warfare. Se eliminan los vehículos y en los escenarios abundan los espacios reducidos y los puntos ciegos, animándote a flanquear al equipo contrario y a moverte rápido para asaltar los puntos de interés. El nuevo modo de juego que incluye el DLC, Conquest Domination, hace precisamente énfasis en ese dinamismo, reduciendo al mínimo el tiempo necesario para conquistar las diferentes zonas.

Modos y destrucción aparte, el principal aliciente son, evidentemente, los cuatro nuevos mapas para dieciséis jugadores simultáneos. Los dos que han mostrado hasta ahora, Ziba Tower y Donya Fortress, destacan por su verticalidad, distribuyendo la acción por varios pisos y combinando pequeños entornos abiertos con espacios cerrados. Representan un contraste considerable con los enormes mapeados que traía de serie Battlefield 3, dando al juego un aire en cierto modo renovado.

También se añaden diez nuevas armas al arsenal (AUG Assault Rifle, SCAR Assault Rifle, ACW-R Carbine, MTAR-21 Carbine, M417 Sniper Rifle, JNG-90 Sniper Rifle, L86LSW Machine Gun, LSAT Machine Gun, M5K Tactical Machine Pistol y SPAS-12 Shotgun), cinco asignaciones y diez placas de identificación. Suponiendo que tenga un precio razonable (en un principio costará 1.200 Microsoft Points) el contenido es abundante y el valor añadido muy atractivo.

Resulta interesante, como decíamos, el enfoque de DICE en los packs de expansión. Con Back to Karkand hacían un guiño a los fans de Battlefield 2, con Close Quarters apuestan por la acción del soldado de a pie y en el futuro atacarán nuevas posibilidades. Armored Kill, con un lanzamiento previsto para otoño, se centrará en los vehículos, mientras que el cuarto y último DLC, Endgame, sigue siendo un misterio (aunque los rumores apuntan a la jungla como escenario, en una ambientación tipo Apocalypse Now).

Se avecina un futuro emocionante para la comunidad online de Battlefield 3, entonces. Close Quarters es un fantástico ejemplo de por qué el DLC puede ser algo bueno, aportando novedades bien estudiadas a un juego ya de por si sólido, y los dos próximos packs de contenido que llegarán antes de que termine el año 2012 acabarán de apuntalar lo que sin duda ha sido uno de los mejores juegos bélicos de esta generación.

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