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Mafia II

Las misiones secundarias del gangster.

Antes de partir compramos una pistola y algo de munición. La forma de hacerlo vuelve a estar perfectamente integrada con el juego. Está en un mostrador, junto con las balas, sin ningún menú que se despliegue ni otro elemento extradiegético (¡toma ya! En cristiano: sin ningún elemento fuera del lenguaje del juego) que nos interrumpa. Simplemente vamos desplazando la mirada de un estante a otro y nos quedamos con lo que nos guste.

La mala fortuna hace que nos encontremos con un par de maleantes justo al salir del edificio. Sacan una navaja y nos dicen que les demos todo lo que tengamos. ¿Esto te parece bien, pelele? Y sacamos la pipa. Se marchan pitando y… ¡aparece un poli! Nos pide la licencia del arma y tenemos tres opciones: intentar sobornarlo, enseñarle la licencia (que no tenemos) o salir por patas, que es lo que hacemos.

Corremos como locos y nos escondemos tras unas cajas en una especie de descampado. Vemos como pasan los picolettos con linternas, persiguiéndonos. Hay tensión en el ambiente. Cuando no los tenemos a la vista salimos y nos damos cuenta de que nos están buscando. Han pasado una descripción nuestra a su central, y cualquier poli con el que nos topemos nos intentará reducir. Solución: vámonos de tiendas. A lo GTA, nos compramos un buen traje de color negro, sombrero incluído, y partimos hacia la misión secundaria.

Es de noche, llueve, y vamos en coche. Nos explican que el ciclo climático y temporal lo controlan los desarrolladores; de esta forma pueden hacer que cada misión esté sujeta a un dramatismo óptimo. Nos gusta y apoyamos la decisión.

Llegamos a nuestro objetivo. Los guardias que custodian los coches pueden ser aniquilados de muchas formas: atropellados, acribillados… o sigilosamente, que es la opción que más nos gusta. Tenemos un trabajo que hacer y no queremos maderos de por medio, de momento. Reducimos al primero por detrás mientras está haciendo pis fuera y al segundo le damos una paliza a puños. Y ¡bam! Volamos los coches con cócteles Molotov.

Cogemos uno de ellos y salimos pitando. La policía nos persigue y, para despistarlos, usamos el mismo truco de antes. Vamos a una tienda que nos cambia el color del coche. La forma de hacerlo es la misma que la de comprar armas: hay botes de pintura en un armario y podemos colorearlo como queramos. Y ya que estamos… le metemos un turbo al motor. Se puede personalizar tanto como queramos. Finalmente nos dirigimos hacia nuestro compinche y vamos a recoger el sobre. Y todo esto mientras, por la radio, suenan fantásticas melodías de la época.

Mafia II está narrado con unas cinemáticas a la altura de los grandes del género –y que se acerca mucho al montaje de El Padrino, Casino y clásicos del estilo–, tiene una vida y una personalidad brutal y tiene pinta de ser extremadamente absorbente y divertido. Marcad la fecha de su lanzamiento en vuestro calendario porque, como digo, estamos ante uno de los nuestros.

Está previsto que Mafia II salga a la venta a principios del 2010 para PC, PS3 y Xbox 360.

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