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¿Es posible jugar bien a resolución 8K con la tecnología gráfica actual?

Hacemos la prueba.

Nos guste o no, y seguramente sea lo segundo, la tecnología para pantallas 8K está a la vuelta de la esquina. La compatibilidad con 8K ya forma parte del futuro estándar HDMI 2.1, y lo cierto es que si vives en Estados Unidos y tienes cinco mil dólares a mano, ya puedes comprar un monitor quad-UHD, el Dell UP3218K de treinta y dos pulgadas. La pregunta es, ¿usando la tecnología gráfica puntera disponible a día de hoy, es posible jugar a 8K con un PC? Hemos decidido hacer la prueba, montando dos Asus Strix GTX 1080 Ti en SLI, y los resultados han sido impredecibles e inestables, pero al mismo tiempo bastante esperanzadores.

Una pantalla 8K es, a efectos prácticos, equivalente a una configuración 2x2 de pantallas ultra HD, con una tremenda resolución de 7680x4320. Para poner eso en perspectiva, pensad que es también el equivalente a dieciséis pantallas full HD repartidas en una configuración de 4x4. Para poner las cosas aún más difíciles hicimos las pruebas a 8K completo, específicamente a 8192x4320. Esto se debe a que no teníamos ninguna pantalla 8K nativa a mano, con lo cual usamos la tecnología de escalado de resolución dinámico (DSR) de Nvidia para renderizar de forma interna y luego sacar la imagen a la resolución máxima de nuestra pantalla, 4096x2160.

Antes de empezar con las pruebas no éramos demasiado optimistas. Linus Tech Tips publicó un interesante vídeo sobre las 8K, en el que podía verse como dos Tital X Pascal sufrían para mover Crysis a detalle medio y 30-40FPS. Tiene sentido: las GPUs de gama alta de Nvidia pueden mover los juegos a 4K y 60FPS, pero para ello suele ser necesario realizar algunos ajustes. Y, en este caso, le estamos pidiendo a las tarjetas que muevan cuatro veces más píxeles, con lo cual es lógico que haya una gran penalización en el rendimiento. Sin embargo, lo que descubrimos es que lo que hasta ahora dábamos por sentado al aplicar ajustes no valía para las 8K; a menudo el techo lo marcaba la inmensa cantidad de píxeles a mover, con lo cual algunas opciones se pueden configurar en detalle Alto o incluso Ultra.

En Crysis 3, por ejemplo, se pueden mantener 30FPS con la opción de detalle Muy Alto, reduciendo únicamente el sombreado y las sombras. Pon todo en Alto y el juego se mueve a 40FPS. Pero es la cantidad de píxeles a mover el factor que limita: mantén la opción de detalle Alto y baja la resolución a 7094x3741 (3,5 veces 4K) y el frame-rate oscila entre 50FPS y 60FPS. Ese es, más o menos, el mismo rendimiento que tendrías con una GTX 1080 Ti a resolución 4K.

Y 7K parece ser también una resolución perfecta para Battlefield 1. A 8K y con detalle Ultra la presentación es espectacular, pero se ve lastrada por caídas de frame-rate a 30FPS o menos. Reduce una única opción, el post-procesado, y subes 20FPS más, mientras que tocar otras opciones no produce ningún tipo de cambio. Baja la resolución a 7K, en cambio, y una vez más puedes jugar la campaña a 60FPS.

Metal Gear Solid V, Crysis 3, Battlefield 1, Call of Duty: Infinite Warfare, Rise of the Tomb Raider y Forza Horizon 3 a resolución 8K.Ver en YouTube

Rise of the Tomb Raider sufre para mantener los 60FPS a 4K con una única GTX 1080 Ti, pero una serie de ajustes permite mover este juego a 30-35FPS a 8K, donde sigue viéndose espectacular. Aquí es donde vemos, sin embargo, otra de las limitaciones físicas de las actuales GPUs, la VRAM. Solo pudimos conseguir un rendimiento sólido usando las texturas de consola, no el artwork 4K. Las 11GB de la GTX 1080 Ti simplemente no son suficiente, y a juzgar por los estándares actuales parece que la memoria necesaria serían 16GB. Desde luego, esa es la cantidad que el medidor de VRAM de Watch Dogs 2 estima necesaria; tuvimos algo de éxito al principio, pero al explorar las opciones sufrimos varios cuelgues, algo que se convertiría en tónica general durante el resto de pruebas.

La inestabilidad fue constante, mostrándose en glitches gráficos, cuelgues completos del sistema o extrañas ralentizaciones. Metal Gear Solid V puede funcionar a 60FPS y 8K nativo mezclando opciones Alta y Extra Alta, hasta que los enemigos disparan, momento en el frame-rate puede caer hasta 10FPS. Y luego están los juegos que usan motores que no son compatibles con múltiples GPUs, dejándonos con 20-30FPS en títulos como Just Cause 3 o Call of Duty: Infinite Warfare. El filtrado temporal (checkerboarding) de Watch Dogs 2 también es incompatible con SLI, con lo cual nuestros intentos por probar reescalado de nueva generación fueron infructuosos.

¿Cuáles son las conclusiones? La verdad es que la densidad de píxeles de nuestro televisor Panasonic 4K de 58 pulgadas es muy, muy alta, hasta el punto que distinguir la estructura de los píxeles en la pantalla es bastante difícil incluso para el ojo experto. En nuestra opinión, cualquier televisor 8K debería ser realmente enorme para tener sentido y estar justificado. Sin embargo, las implicaciones para una gran experiencia de realidad virtual son más interesantes, ya que se trata de un área en el que la densidad de píxeles puede tener un profundo impacto en la calidad de la experiencia.

Seguramente volveremos a hacer más pruebas con las dos GTX 1080 Ti, pero básicamente SLI -cuando funciona, claro- abre las puertas al tipo de rendimiento que esperamos de la próxima generación de GPUs de gama alta. Pero las 8K presentan más retos aparte de la pura potencia de computación. Mover tantos píxeles es el factor que limita más, lo cual sugiere que serían necesarias grandes ampliaciones en los back-ends de renderizado. Además, tener 16GB de VRAM es obligatorio. En cualquier caso, que nos hayamos quedado cerca de los 60FPS en algunos títulos muy exigentes es esperanzador. El éxito con Crysis 3 y Battlefield 1 a 7K apunta a que sería viable una configuración surround con tres monitores 4K, pero al final todo depende de una gestión inteligente de las opciones de detalle gráfico.

Ponerlo todo en Ultra es una receta segura para el desastre, así que, por extensión, también creemos que los desarrolladores deberían indicar mejor qué hace cada preset, qué impacto tiene en los recursos de la GPU y hasta qué punto mejora la calidad visual. Escojas la resolución que escojas, la verdad es que ese tipo de información resulta impagable a la hora de obtener una gran experiencia al jugar en tu PC.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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