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Assassin's Creed II

Superando en todo al original.

En la casa irás coleccionando todos los objetos, obras de arte y armas que encuentres. En una sala erigida al oficio familiar tendrás representaciones de los ancestros de la familia, coronados con un Altair que ofrece su propia armadura a aquél que sea capaz de recuperar todos los símbolos familiares. Algo que queda a la decisión del jugador, ya que habrá que visitar diversas catacumbas dispersas por el escenario principal que variarán la partida a una suerte de Prince of Persia más arcade y plataformero. Un modo de premiar a aquellos más hábiles con las cualidades más atléticas del protagonista.

Caja de arena

Habría que seguir hablando de las posibilidades de tuneo del avatar. Desde cambiarle la túnica por otras con diversas propiedades, hasta la de alterar las vestimentas e incluso armaduras. Botas, hombreras o pechera a combinar con bastante libertad para aumentar diversas características, los puntos de vida disponibles así como su duración. Por cierto, de llevar una buena armadura que extienda la vida, aclarar que la que se pierda de ese extra no se recuperará con medicinas, si no acudiendo al herrero a que repare la coraza.

Por comentar alguna posibilidad más, muy graciosa la de contratar sicarios o prostitutas para estorbar a los guardias. No penséis mal, estas últimas acuden a tácticas diferentes de las que se pudieran pensar. O la conveniencia de arrancar carteles de 'Se Busca' (en emplazamientos demasiado recónditos para que los vea la plebe, por otra parte) o sobornar a pregoneros para que la publicidad de nuestro protagonista no sea tan perniciosa y las gentes del lugar tengan mejor concepto del mismo.

Sobre el engranaje técnico, unos 30fps bastante estables gracias a algún socorrido recurso al tearing o la reducción de la resolución de las sombras. Una distancia de dibujado de estas enfermiza y que afectan a casi todos los viandantes y edificios. Un ajuste delirante de los diferentes niveles de detalle para que un proyecto tan ambicioso entre en las limitaciones de las consolas actuales, ausencia casi milagrosa de tiempos de carga, salvo los de los saltos entre capítulos, y un montón de aspectos que harán las delicias de las aficionadas techies más histéricas. Palabrita de una.

Un mini Sim, italianos bravucones que te insultarán en tu propio idioma, sangre, espadas, inventarios inmensos y furcias. Creo que será capaz de levantar la mala prensa del primero porque, en definitiva, apesta (como los bajos de una mujer del medioevo) a juegazo para estas navidades. Déjate engañar otra vez, porque esta parece que sí que es la buena y por fin se la podrás presentar a tus padres.

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