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The Finals ya está disponible... y estas son nuestras impresiones tras jugar la versión final

Debajo de la silla en los TGA.

Suena a tópico, pero esta vez parece la definitiva: ha llegado un aspirante al trono de Call of Duty y Battlefield. Y no solamente porque ambas sagas estén en horas bajas, sino porque The Finals llega con fuerza para arrasar con todo, al igual que ocurre en sus trepidantes partidas multijugador. Embark Studios ha aprovechado el evento de los The Game Awards para anunciar el lanzamiento de su nueva propuesta free-to-play, la cual ya está disponible en PlayStation 5, Xbox Series X|S y Steam. Hemos podido probar de manera anticipada esta versión final y os vamos a contar tanto nuestras impresiones como las novedades que ofrece y las que tienen previsión de añadir a medida que pase el tiempo.

Antes de ponernos manos a la obra, desde Embark Studios nos explicaron algunas de las claves en el proceso de desarrollo y los objetivos que tienen fijados. Lo primero que aclararon es que no se trata de un “hero shooter”, sino que lo definieron como un “hero builder” donde se ofrecen alicientes casi a cada momento. Y tras haber echado unas cuántas partidas, parece que han conseguido su propósito: The Finals no se parece en concreto a un título o a un género, sino que toma prestados diversos elementos y los hace suyos con una personalidad desbordante, resultando divertidísimo desde los primeros compases y siendo digerible incluso para los menos habituados a este tipo de propuestas.

Probablemente ya habéis oído hablar de The Finals, por ejemplo en las impresiones que publicamos a principios de año. De lo contrario, un resumen de lo que os vais a encontrar es un shooter multijugador en el que formar escuadrones de tres en el que nos enfrentamos a otros equipos, en un formato muy televisivo al más puro estilo The Running Man, donde debemos dirigirnos a los puntos del escenario en los que se genere dinero y, tras conseguirlo, ir a depositarlo al cajero para ser el equipo que más facture. Todo esto está aderezado con un acabado técnico impecable y con personalidad, en el que se plasma la experiencia del núcleo del estudio, el cual ha trabajado en títulos como Mirror’s Edge o Battlefield. Los escenarios en los que tienen lugar las refriegas son compactos y no demasiado grandes en extensión, pero sí en superficie, porque podemos entrar a un buen número de edificios con un interior bien detallado y repleto de posibilidades, tanto para una acometida más táctica como para la acción más directa, siempre teniendo en cuenta, claro, que aquí todo es verdaderamente destruible, y es donde la energía de la propuesta desborda toda su frescura.

Hasta ahora, la saga Battlefield había presumido de la destructibilidad, pero lo que ofrece The Finals está a una escala infinitamente superior y es donde radica la mejor parte de la experiencia. Aquí no te sientes seguro en ningún lugar; en cualquier momento, un impacto masivo de los enemigos o de algún evento del escenario puede hacer que se derrumbe la habitación o incluso el edificio en el que estás parapetado. La destrucción es, de hecho, una ventaja táctica, ya que puedes derrocar fácilmente una posición defensiva adversaria destruyendo el techo o el suelo, aportando un componente estratégico diferente y nunca visto. No os tenéis que preocupar tampoco demasiado por la amplitud vertical de los niveles, ya que las propias mecánicas de sus modos de juego invitan a una acción más directa, en la que se apremia a acceder con brío a las zonas calientes para aportar a nuestro equipo, ya que las partidas son cortas, intensas y apenas dan un respiro. Las diferentes clases disponibles (ligero, medio y pesado) también tienen armas o gadgets que pueden ser diferenciales, como el gancho del ligero para movernos a toda velocidad o el lanzamisiles del pesado, por lo que tener una escuadra variada y coordinada también resulta importante para completar con éxito cada segundo de la batalla. Lo mejor que tiene The Finals es que cada partida resulta tremendamente satisfactoria y siempre te quedan ganas de decir eso de “venga, echamos una más”.

Para celebrar el estreno del lanzamiento definitivo tras cerca de un año en distintas fases de pruebas y testeo, Embark Studios han añadido un tercer mapa a The Finals, basado en Las Vegas, una decisión lógica teniendo en cuenta que la premisa de los encuentros se basa en recolectar dinero de un lugar a otro. Quizás porque no hemos podido jugar muchas partidas en él y todavía no lo conocemos a fondo nos ha dejado un sabor de boca algo menos satisfactorio que los de Seúl y Mónaco que, por supuesto, también están disponibles desde el inicio. Aunque su diseño es espectacular, repleto de vidrieras, máquinas tragaperras y lujo, está más orientado a la acción interior y eso acota las posibilidades en combate, si bien la opinión se puede revertir con algunos tiroteos más en el lugar. Como suele ocurrir en este tipo de propuestas, se requiere un proceso de aprendizaje que, si bien es más liviano que en otros títulos similares, es un trámite por el que hay que pasar. Para eso, podemos comenzar con partidas casuales e ir haciéndonos a los escenarios y a los distintos roles para determinar con cuál nos encontramos más cómodos, y de ahí pasar a las ranked, donde ponernos a prueba e intentar llegar hasta la ronda final para hacernos con la victoria.

Ahora, con The Finals ya disponible, empieza otra etapa muy importante que determinará el éxito del juego. Parece que desde Embark lo tienen todo bastante atado, pero son conscientes de lo complicado que es mantener un juego como servicio y los problemas derivados que pueden surgir. Su prioridad es que todo transcurra bien, con fluidez y con los menores bugs posibles, palabras textuales de los miembros del equipo que nos contaron en la presentación que solamente quieren hacer promesas que puedan mantener. La primera temporada arranca con doce niveles para el Pase de Batalla con noventa y seis recompensas disponibles, aunque se irán añadiendo nuevas skins, armas y más contenido. Todavía no podemos juzgarlo, pero diríamos que The Finals está lejos de ser un pay-to-win por puro concepto: el estudio escandinavo asegura que su modelo de monetización resultará muy familiar a quienes han jugado a este tipo de propuestas, que pretenden que su juego sea divertido y competitivo para que los jugadores elijan en qué gastar dinero independientemente de que haya más o mejores armas, y que no van a bloquear armas, dispositivos o habilidades detrás de una puerta de pago porque no creen que los jugadores que pagan deban tener una ventaja competitiva sobre quienes decidan no hacerlo.

The Finals tiene todos los ingredientes del éxito, porque ofrece una enorme libertad para elegir cómo queremos jugar y cómo queremos desarrollar tanto al personaje como la puesta en escena de las batallas en sí. Una propuesta flexible que apuesta por el dinamismo y la destrucción para aportar ese toque diferencial que genere interés, acompañado por una perspectiva desenfadada que le sienta de una manera fabulosa. Los primeros pasos están bien dados y el primer golpe en la mesa ha resonado con fuerza. Ahora, los siguientes pasos del estudio y la aceptación de la comunidad a un nuevo contendiente en un género tan concurrido como el de los shooters multijugador darán la respuesta a la pregunta de si The Finals se llevará el premio gordo.

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