Just Cause 2

El combate se introduce por fases —unos cuantos enemigos cerca de barriles explosivos, unos cuantos más caminando cerca de precipicios— y aunque puedes matarlos con tu metralleta o granadas lo mejor es que te pongas creativo.

¿Porqué no enganchar dos soldados antes de hacerlos explotar en el aire, o lanzar disparado a uno mientras se engancha a un desgraciado amigo por el tobillo y caen por un precipicio? (Así es como murió mi tio. True story).

Antes de que te des cuenta verás torretas que hay que destruir, pero también búnkers, y hasta puedes conducir un tanque hasta un precipicio y por el camino arrastrar tropas enemigas para ver qué pasa (pasa que te mueres, pero de forma divertidísima). Nada de esto es nuevo, pero el gancho, los paracaídas y la pasión de Avalanche por las misiones explosivas hacen que sí que se juegue como algo nuevo.

La primera misión es como un tutorial para las armas, el gancho y los vehículos, por descontado, pero sólo muy por encima, y sólo del mismo modo que el caer por unas escaleras es un tutorial sobre la gravedad. Los desarrolladores te dan tanta libertad que te invitan a crear decenas de formas de pasarte esa secuencia, que podrías rejugar perfectamente diez o once veces y encontrar siempre formas distintas de completarla.

Metidos en el tumulto de la hilaridad de los accidentes, es fácil pasar por alto los detalles. Detalles como la forma en la que se ha modificado el apuntado respecto al original, con menos autoapuntado, para que sientas que esta vez sí que haces parte del trabajo. O como el medidor de vida, que sólo se llena un poco, lo justo para avanzar entre packs de medicinas y que te impone una sensación de urgencia a medida que te mueves por pantallas en llamas.

En otras palabras, Just Cause 2 pinta bastante bien: el mapa está bien, el GPS funciona de forma admirable y te marca un buen camino independientemente de lo lejos que estés, y las secuencias de paracaídas funcionan correctamente.

Y el guión también es bueno, lleno de frases estrella para Rico y divertidísimas actualizaciones por radio.

Just Cause 2 te da tanta diversión desde el principio que te empiezas a preocupar de si funcionará tan bien como juego completo. Si Avalanche pone tanto esfuerzo en las primeras horas, ¿podemos esperar que se mantenga el ritmo en las próximas veinte?

Muy posiblemente. El juego animará tu tendencia pirómana, mostrará estadísticas locas de todos tus destrozos, hay piezas de armas que recolectar, mercado negro para armas y vehículos desbloqueables y actualizables...

Si estás buscando un juego que te de cinco minutos de espectáculo instantáneo Just Cause 2 va por el camino de ser exactamente lo que te recetaría el doctor. Antes de que lo enganches a una moto y lo tires por un precipicio, claro.