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El fundador de Eidos Montreal habla duramente del declive de los estudios occidentales de Square Enix

Lo califica como "un accidente de tren a cámara lenta".

El fundador y antiguo líder de Eidos Montreal, Stephane D'Astous, ha concedido una incendiaria entrevista a GamesIndustry en la que califica la gestión de Square Enix de sus estudios occidentales como "un accidente de tren a cámara lenta".

El directivo ha criticado duramente la dirección de la compañía japonesa a la hora de administrar los estudios occidentale, y ha sugerido que la reciente venta de Eidos Montreal y Crystal Dynamics podría haberse visto motivada por un interés en ser comprada por Sony.

D'Astous explicaba que "fue una trayectoria que se podía haber previsto", a la hora de hablar de ese declive en Occidente y de Eidos Montreal en particular. "Yo me fui porque había cosas que faltaban en la oficina principal. Antes de Square Enix Eidos tenía una gran tradición con sus equipos de desarrollo, pero no sabían bien cómo vender sus juegos. Y eso estaba bastante claro".

El fundador de Eidos Montreal abandonó la compañía en 2014, dos años antes de que hiciese lo propio Darrell Gallagher, líder de Crystal Dynamics. Y otros dos años más tarde, IO Interactive, que también era propiedad de Square Enix, compró su libertad tras negociar con la compañía japonesa.

A principios de año Square Enix vendió Eidos Montreal y Crystal Dynamics, junto a numerosas IPs, al grupo Embracer. Por una suma de trescientos millones de dólares, esto fue visto por el resto de la industria como una auténtica ganga.

Tras la venta, Square Enix es una compañía algo más pequeña, y también una centrada exclusivamente en sus propios estudios de desarrollo japoneses.

D'Astous, recordando el legado de Eidos Montreal, explicaba también que "estaba claro que teníamos grandes IPs abandonadas en una estantería. Legacy of Kain es una de la que se habló, pero no era tan potente como Deus Ex o Thief".

"Con Thief lo hicimos lo mejro que pudimos, y tuvimos problemas, esa es la vida con el desarrollo de juegos", seguía. "No aciertas siempre. Nos quedamos cerca, pero faltaban algunos toques finales".

Un año antes de abandonar la empresa, D'Astous recuerda un periodo bastante tenso en el que Square Enix dijo estar decepcionada con el rendimiento económico de la compañía, cuando les pidieron sesenta y cinco millones de dólares de beneficios pese a no tener juegos para publicar ese año.

"Nos quedamos estupefectos", explica. "La presión empezaba a crecer, de mis empleados hacia mi, de mi hacia mis superiores. Creo que cuando la gente está en una situación de crisis en la que hay un montón de situaciones es cuando ves el núcleo de su comportamiento y sus valores. Y no me gustó lo que vi".

"Había realmente una falta de liderazgo, de valor y de comunicación. Y cuando no tienes esas cosas tan básicas, ningún empleado puede hacer bien su trabajo, especialmente cuando estás dirigiendo un estudio".

"Estaba perdiendo la esperanza en que Square Enix Japan aportase grandes cosas a Eidos. Estaba perdiendo la confianza en mi central de Londres. En sus informes fiscales anuales, Japón siempre añadía una o dos frases, diciendo 'estamos decepcionados con ciertos juegos. No han cumplido las expectativas'. Y eso lo hacían únicamente con ciertos juegos que se habían desarrollado fuera de Japón".

D'Astous cree que Square Enix "no estaba tan comprometida como esperábamos" con sus estudios occidentales, y también dice que ha escuchado rumores de un interés por parte de Sony de comprar la compañía, aunque solo de su parte japonesa.

"Hay rumores, obviamente, de que con todas estas fusiones y adquisiciones Sony está realmente interesada en hacerse con Square Enix. He oído rumores de que Sony dijo estar realmente interesada en Square Enix Tokyo, pero no en el resto. Así que creo que Matsuda-san [el CEO de Square Enix] vendió el resto a precio de saldo".

"Desde mi punto de vista fue un accidente de tren a cámara lenta, igualmente", concluye. "Era predecible que el tren no iba en buena dirección. Y quizás eso justificaba los trescientos millones. Pero realmente no es mucho. No tiene ningún sentido".

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