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Análisis de The Legend of Zelda: The Wind Waker HD

Mar adentro.

Todavía recuerdo la primera vez que jugué a Wind Waker, hace ya diez años. Recuerdo cómo afronté la aventura como un reto personal, cómo me recorría esa sensación de estar descubriendo todo un mundo a medida que el mando se convertía en una extensión más de mi cuerpo. Link se enfundaba en sus ropajes al mismo tiempo que yo, de alguna forma, también me los ponía; me sumergí, nunca mejor dicho, en una experiencia que no quise abandonar hasta que con las manos sudorosas y esa expectación estremecedora que supone alcanzar la conclusión logré terminarla. Para mí Wind Waker fue un Zelda muy especial, no solo por su imperecedero apartado gráfico: Nintendo había conseguido plasmar con decisión, riesgo y mucho encanto toda la esencia de la saga. Muchos vieron en el vasto océano que ofrecía como escenario un ejercicio tedioso que únicamente ralentizaba el ritmo del juego. Para mí esa era la magia. La posibilidad de explorar nuevos mundos, mundos desconocidos; lidiar con la soledad que reina en mar abierto, dejarte a merced del viento, sentirte desamparado y encontrar calidez cuando aparece lo inesperado. Libertad. Lo que para unos fue una inmensidad vacía, para mí fue un mundo por explorar.

Ha perdido el factor sorpresa, pero la sensación que he tenido jugando a Wind Waker HD ha sido la misma. He vuelto a encontrarme con esa capacidad de sorprender, con la sonrisa del que sabe que le espera una aventura inolvidable. Difícilmente podréis encontrar un juego más bonito: Wind Waker HD es contemplativo, de colores muy vivos y una iluminación espectacular que, aunque en momentos peca por exceso, ofrece unos espectaculares contrastes entre luz y sombra que replican el brillo cegador de las costas tropicales y la peligrosa oscuridad de las mazmorras más sombrías. Con nuevas texturas y fuentes de luz, además de algunos arreglos orquestados brillantes, el mundo del juego llena de vida la pantalla del televisor y Link, ese protagonista puro y bravío que representa al niño y que todos llevamos dentro, a nuestra esencia, se muestra más adorable que nunca.

Interiores y exteriores lucen de lujo gracias a las nuevas texturas y la resolución a 1080p. Todo es hermoso a pesar de alguna ralentización puntual y de que abusa un poco del efecto bloom.

Solo hay que fijarse en las imágenes y en los vídeos par darse cuenta de que Wind Waker es un juego bello cuya estética aparentemente simple esconde todo un mundo estilizado rico en colores y diseñado con mucha inspiración. Puede que en alguna ocasión te relajes simplemente contemplando las maravillosas vistas, admirando el paisaje o deslumbrándote por la iluminación mejorada. Desde la brizna de hierba más insignificante hasta la isla más salvaje todo es extremadamente nítido y está renderizado con gran claridad.

La jugabilidad también se mantiene tan fresca como entonces, a pesar de que aquí se han añadido los cambios más significativos. Ahora, por ejemplo, ya no tenemos que cambiar la dirección del viento constantemente gracias a una vela que podemos comprar en la casa de subastas y que puede aumentar la velocidad de Mascarón Rojo, lo que facilita la navegación entre las 49 islas que pueblan esta Hyrule sumergida, y contrariamente a lo que creía, consigue que la exploración sea más divertida. Del mismo modo se ha acortado la animación de la grúa con la que recogemos los tesoros, y el monedero que Link lleva al principio de la aventura ha aumentado su límite hasta las 500 rupias. Hay cambios, también, que están más relacionados con el hardware: siempre tenemos disponible el menú y el inventario en el GamePad de Wii U, por lo que podemos cambiar los objetos rápidamente con el simple mover de un dedo. También es posible apuntar usando el giroscopio del mando para que sea más intuitivo - una característica mejorada por el hecho de que ahora podemos desplazarnos mientras tenemos la vista en primera persona - o ir a por un control más tradicional usando el mando Pro.

Otros de los cambios más llamativos se han aplicado a la búsqueda de la Trifuerza que debemos llevar a cabo en un momento de la aventura: en el original teníamos que encontrar mapas sumergidos, llevarlos a Tingle para que los descifrara previo pago y buscar la pieza en el lugar que indicaba. Realmente era una parte en la que se perdía el ritmo regular del que hacía gala el resto del juego. Ahora se han reducido las veces que tenemos que hacerlo, y sí, es un tramo mucho más dinámico. Pero es una lástima que no se haya aprovechado esta reedición para aportar algo más significativo. A pesar de todo el esfuerzo todavía sigue pareciendo que se haya quedado algo por el camino, en parte debido a que en el frenético desarrollo del original se descartaron dos mazmorras por cuestión de tiempo. Añadir algo así ahora habría sido la guinda del pastel y hubiera ofrecido un contenido nuevo que probablemente terminaría de convencer a aquellos que ya han superado la aventura varias veces.

Quizá el Modo Héroe ha sido creado para suplir esa carencia. En este modo, que podemos activar cada vez que seleccionamos la partida guardada, no existen corazones, los enemigos causan el doble de daño y solo podemos recuperar vida con pociones o hadas. Lo hace más complicado, pero no es más que un pequeño ajuste tonto que no cambia la posición de los enemigos ni la ejecución de las mazmorras al estilo de lo que Master Quest hizo con Ocarina of Time.

Wind Waker HD es una odisea brillante y emotiva repleta de momentos memorables que quedan grabados a fuego en la memoria del jugador, y que seguirá siendo igual de válida dentro de diez años.

Como en el original tenemos que usar la batuta para cambiar la dirección del viento. Las melodías aparecen en el GamePad, por lo que ya no es necesario memorizarlas.

Wind Waker ya era un juego precioso que aprovechaba de forma inigualable el potencial de Nintendo GameCube para crear un apartado visual imperecedero que parece no verse afectado por el paso del tiempo, por eso quizá se le puede reprochar a Nintendo que haya apostado por esta reedición en lugar de por un título nuevo que reparta algo más de vida al estéril catálogo de Wii U. Y a pesar de que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle no supone un salto tan llamativo como otros remakes en alta definición debido a que la fuente en la que se basa ya conquistaba directamente por los ojos. Sin embargo la ambientación de esta edición no tiene parangón, y teniendo en cuenta que para muchos puede resultar difícil hoy en día conseguir una copia es una oportunidad de lujo para jugar a uno de los mejores juegos de la franquicia. Envidio a aquellos que vais a jugar por primera vez porque la experiencia original es irrepetible, y porque el mar, ya lo veas como una inmensidad vacía o como un lienzo receloso de misterios, ofrece un sello distintivo que lo convierte en el Zelda más original y explorador hasta la fecha.

Wind Waker HD mantiene su espíritu intacto, y como Link, nos conecta con ese héroe ávido de mundos nuevos que seguimos guardando en algún lugar de nuestro interior. Es, en definitiva, una odisea brillante y emotiva repleta de momentos memorables que quedan grabados a fuego en la memoria del jugador, y que seguirá siendo igual de válida dentro de diez años.

9 / 10

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The Legend of Zelda: The Wind Waker

Nintendo GameCube

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