Blizzard según Rob Pardo

"“Cualquier elemento multijugador bueno y divertido que seas capaz de crear puede convertirse en un elemento para una campaña en solitario, y esto es una gran herramienta.”

Centrarse en el multijugador, ciertamente, tiene mucho sentido: no en vano Blizzard es famosa por haber creado algunos de los más exitosos títulos multijugador, así como el juego más rentable de la historia –World of Warcraft-. Sin embargo, también es reconocida su gran capacidad para contar buenas historias y crear excelentes personajes. Muchos jugadores atribuyen el éxito de WoW a su argumento y ambientación e incluso algunos títulos como Diablo o StarCraft tienen sus propias mitologías y universos. ¿No habrá sentido Rob Pardo alguna vez la tentación de olvidarse del multi y centrarse en contar una gran historia con un juego puramente lineal?

El siempre animoso Pardo nos lanza una mirada que es lo más parecido a un reproche que cabría esperar de alguien como él: “es que no hay porqué elegir” explica. “Esa es una de las mejores cosas de trabajar en Blizzard: podemos crear una experiencia en solitario profunda y divertida sin dejar por ello de tener un multijigador realmente potente!”.

“Es verdad que esto exige compromisos… Diablo es un buen ejemplo porque en Diablo hay que asegurarse de que todas y cada una de las misiones se puedan jugar solo o en cooperativo, de modo que hay algunas cosas que no pueden hacerse así por las buenas. World of Warcraft es otro buen ejemplo”.

"Pero si tomas el caso de Warcraft III, que no tenía la posibilidad de cooperativo, hicimos un montón de cosas en la campaña (como lo de tener sub-razas como los demonios o los Naga, con su IA propia y sus edificios) que no aparecían para nada en el multi. Así, tenemos la oportunidad de hacer cosas como ésas si queremos y cuando queremos. Y eso no resta nada a la experiencia del multiplayer.”

Justo antes de marcharnos, una última pregunta: ¿no da la sensación de que, aun a pesar de la gran cantidad y calidad de RTS que Blizzard ha creado, la compañía ahora parece poco más que el estudio de World of Warcraft? ¿No es la sombra del MMO demasiado larga como para oscurecer otros proyectos como por ejemplo StarCraft II?

Muy al contrario, por lo que parece: “uno de los motivos por los que creo que nos diferenciamos de otras desarrolladoras es que estamos siempre a caballo entre diferentes géneros y podemos alcanzar el máximo en cada uno de ellos”, dice Pardo. “Me parece que algo estupendo de ese hecho se refleja en que podemos ofrecerle otras oportunidades a nuestros talentos cuando se cansan de trabajar en un campo determinado.”

Pardo nos cuenta cómo algunos diseñadores de StarCraft se acoplaron al equipo de WoW para ayudarles con el editor de mapas o en el desarrollo del balance entre clases –motivos que retrasaron considerablemente el trabajo en Starcraft II- o cómo el equipo de Diablo III invita regularmente a diseñadores de WoW a las reuniones en las que se discute cómo solventar los encuentros con enemigos. “Así establecemos un intercambio de conocimientos muy fructífero; tenemos talentos de gran nivel en la compañía que contribuyen a los distintos proyectos, mejorando así cada producto y el perfil global de la empresa”.

Aunque las expectativas ante cada cosa que sale de los estudios de Blizzard son increíblemente altas (¿hay algún otro desarrollador que tenga que vérselas con reacciones tan inesperadamente exageradas como la que se montó por la paleta de colores de Diablo III?) la presión no se deja notar en el cuartel general de la compañía; el propio Pardo ya se las ha tenido con la presión del público antes: “SCII ha generado muchas expectativas, pero WoW también las tuvo, Diablo II también, Warcraft III… Tenemos una trayectoria de trabajos pasados a la altura de los cuales queremos estar, así que tenemos que intentar dar lo mejor que podamos ofrecer y no dejarnos amilanar por ello”. Con Diablo III y StarCraft II en el horizonte cercano, muchos jugadores de todo el mundo esperan que en Blizzard tengan aún fuelle para rato.