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Probamos el ROG Raikiri Pro de Asus

Estilo vs. Sustancia.

Hace unos años lo más habitual entre los usuarios era optar por un mando estándar oficial (de Microsoft o Sony) o, en caso de querer ahorrar algo de dinero, recurrir a las opciones budget de numerosos fabricantes. Los modelos premium, en cambio, eran muchísimo más escasos, con muy pocas compañías apostando por este segmento. Esto cambió en la pasada generación, e incluso Microsoft y Sony se han introducido en él con bastante éxito, unos con el Xbox Elite Series y los otros con el DualSense Edge. Parecía frívolo lo de gastarse más de cien euros, casi doscientos en algunos casos, en un pad, pero aparentemente hay ahí un mercado muy lucrativo y mucho más grande de lo que pensábamos. De ahí que cada vez más empresas se adentren en él, y Asus también quiere su parte del pastel.

Su Raikiri Pro, como la gran mayoría de mandos premium para PC que han salido al mercado a lo largo de estos últimos años, toma como base las líneas de diseño del mando de Xbox. Aunque hay matices, como comentaremos más adelante, tanto la posición de los sticks como de los botones es exactamente la misma con la que ya estamos familiarizados, e incluso tenemos el propio botón Xbox en el centro. Las diferencias las empezamos a encontrar en la elección de materiales, combinando varias texturas, en la presencia de unas tiras LED que, la verdad, son relativamente sutiles y bastante bonitas, y en la presencia de un panel OLED en el frontal y de unos botones personalizables en la parte posterior.

En estos cuatro botones posteriores empezamos a encontrar lo que se convierte en una constante con el Raikiri Pro: buenas intenciones mezcladas con implementaciones imperfectas. Tomemos de ejemplo, como decíamos, estos botones: el hecho de tener cuatro botones que podemos personalizar a nuestro gusto es, sin duda, uno de los grandes alicientes de este tipo de mandos premium, pero su posición en el Raikiri Pro no la más adecuada, resultando un poco incómoda, y a eso hay que sumarle el hecho de que la asignación de los botones no se puede hacer directamente desde el mando, sino que es obligatorio recurrir al software Armory Crate de Asus para PC. Al menos, eso hay que reconocerlo, se trata de un programa intuitivo y bastante completo, el cual deja cambiar tanto las opciones más básicas como otras más avanzadas, tipo la sensibilidad de los gatillos o la zona muerta de los sticks. Y los LEDs de colores, claro.

El otro gran elemento distintivo del Raikiri Pro, el panel LED del frontal, es otra buena idea que se queda a medio camino. Recordando un poco a la VMU de la Dreamcast, en la práctica sirve para mostrar el nivel de carga de la batería, el tipo de conexión utilizada y algunos fondos de pantalla, así como seleccionar perfiles, pero la cosa acaba ahí. Resulta sorprendente que no se haya aprovechado esta pantalla para incluir un pequeño sistema que permita asignar botones o configurar otras opciones sin necesidad de recurrir a un ordenador, y al final te deja con la sensación de ser un gimmick menos útil de lo que debería.

Otros elementos, como los sticks o los gatillos, cumplen y no presentan pegas. Los sticks, por ejemplo, son cómodos y responden correctamente, aunque en pleno 2023 y con el precio que cuesta el Raikiri Pro no sería descabellado pedir que fuesen de tipo Hall Sensor. Los gatillos, por su parte, poseen un buen recorrido y esas pestañas que hacen que actúen de forma inmediata como si fuese un botón, algo que se agradece mucho en ciertos géneros y en el ámbito más puramente competitivo. Lo que no me acaba de convencer es la cruceta digital, con forma de disco (muy parecida a la del Wolverine V2 Pro de Razer, para que os hagáis una idea); es funcional, pero también menos precisa de lo que me gustaría y con una sensación extraña al hacer diagonales.

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A nivel de conectividad, en PC la situación es ideal: podemos usarlo mediante Bluetooth, con wireless 2.4GHz (con un pequeño dongle USB que se puede guardar cómodamente en la parte posterior del mando) o por cable. Pero en consola volvemos a las situaciones incomprensibles: solo se puede usar con el cable. Esto hace, por lo tanto, que su uso en Xbox Series X/S sea algo más limitado. La batería interna, por su parte, ofrece muy buenos resultados: alcanza tranquilamente las treinta y cinco horas de autonomía si desactivamos la pantalla y los LEDs, y puede llegar sin muchos problemas a las quince horas con todos los extras activados. Bien en este sentido, como también en el sonoro. Sí, el sonoro: el Raikiri Pro incluye un DAC ESS que permite obtener un sonido claro, nítido y de gran calidad al conectar unos auriculares en su puerto jack. Es una característica premium muy de nicho de la que, honestamente, no esperaba nada especial, pero que me ha sorprendido gratamente.

Al final el ROG Raikiri Pro no es ni mucho menos un mal mando, pero sí uno con ciertas carencias que resultan casi imperdonables en su rango de precio. Es, me temo, un claro caso de estilo por encima de sustancia: su aspecto es precioso, y con los LEDs resulta espectacular, pero a nivel funcional hay mejores alternativas en el mercado. Lo que sí tengo claro es que Asus parte de una base interesante con él, así que si pule los defectos actuales e introduce algunas mejoras en un eventual Raikiri 2, entonces sí que estaremos hablando ante un mando muy recomendable para jugadores avanzados.

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