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Los juegos del futuro - V.0.Next.Fest.2024

Da Fiucha Is Nao.

De forma silenciosa pero constante, la actualidad ha ido acaparando todo el espacio informativo. Y aunque este hecho no se circunscribe de forma única al mundo del videojuego, damos por hecho que nuestros lectores entenderán que Eurogamer poco puede hacer en otros ámbitos. Sin embargo, donde sí podemos tomar la iniciativa es a la hora de prestar una mayor atención a proyectos de la industria del videojuego con un brillante porvenir. De ese renovado esfuerzo nace esta sección, “Los juegos del futuro”.


No sé qué pensaréis vosotros pero, conforme van pasando los años, crece en mí la sensación de que el mundo del videojuego se está convirtiendo en una suerte de mastodonte inabarcable para cualquier tipo de aficionado. Si atendemos a la información que proporciona SteamDB, los datos no pueden ser más esclarecedores: sólo en 2023 catorce mil títulos - juego arriba, juego abajo - vieron la luz, de los cuales un buen puñado vendieron la friolera de cero (0) copias, otros son proyectos sacados a fuerza de pura pasión, y luego está el juego de Gollum. Y la curva no deja de crecer anualmente. De este modo, es complicado separar el grano de la paja y saber qué títulos hay que rescatar de semejante pandemonium videojueguil. Con ese espíritu nacen iniciativas como el Next Fest de Steam, una semana en la que los desarrolladores tienen la oportunidad de mostrar las demos de los proyectos que se avecinan... si es que son capaces de destacar entre los cientos - o miles - de títulos que pelean por reclamar nuestra atención.

Y ya que el tiempo es oro, aquí van cuatro propuestas, una pequeña trampa y una bola extra para que sepáis qué títulos parecen prometer emociones fuertes en tiempos venideros:

Knights Within: Alguien - probablemente el desarrollador - se olvidó de comentarle al comandante de la amplia horda de enemigos de este PvE que quizá no era buena idea llevar armas de filo contra héroes aficionados a los tiroteos. Con estos cimientos se presenta Knights Within, una suerte de Destiny en tercera persona donde caballeros que parecen sacados de la portada de Dark Souls II combinan la disciplina de gatillo con espadones de tamaño considerable. Si bien la IA de nuestros enemigos y nuestros propios objetivos se mueven en terrenos de confortable sencillez, los distintos modificadores (”mutaciones”) que se aplicarán sobre la soldadesca que vendrá a darnos caza harán que los combates evolucionen de “Paseo Militar” a “La Retirada También es una Táctica” en escasos minutos. El ámbito estético de este Knights Within revela, en un primer vistazo, ser mucho más árido que su núcleo jugable, pero tampoco lancemos las campanas al vuelo: la longevidad de este tipo de propuestas viene determinada tanto por su loop jugable como por la variedad de alternativas - tanto estéticas como jugables - que es capaz de ofrecernos. Apunta - jaja - alto.

Shadow of the Depth: Debo confesar que, de un tiempo a esta parte, estoy un poco mosqueado con los roguelike. Tanta intentona, muerte y repetición de los mismos patrones han ido haciendo mella en lo que antes fue una gran fascinación por un género lleno de posibilidades. O quizá es que el mercado está saturado. En cualquier caso, hay unos cuantos - si me permitís - modus operandi videojueguiles que siempre me ponen contento. Uno de ellos es, claro el Action RPG á la Diablo. Shadow Of The Depth es, simple y llanamente, ese tipo de propuesta sumada a la aleatoriedad de los roguelike, una perspectiva aérea pocas veces vista en el género y un estilo artístico impecable. Decenas de enemigos aguardan tras la esquina de cada dungeon para que crawleemos a gusto mientras recogemos múltiples mejoras y armas que modificarán nuestro estilo de juego. Y eso sin contar que cada personaje se controla de una forma diametralmente distinta. Se avecina un pozo de horas y no veo la hora de tirarme de cabeza.

Mark of the Deep: Del mismo modo que soy el primero al que le fascinan las propuestas de From Software - y no pocas aportaciones de su distinguida competencia -, he de reconocer que no todo el mundo tiene la Santa Paciencia para sumergirse en unos universos que exigen una disciplina cercana a lo castrense. De ahí que propuestas bastante más cercanas como la que presenta Mark of the Deep me resulten tan agradables. Este título de simpática estética pero dura pegada mezcla en su coctelera isométrica piratas, esqueletos, horrores que se intuyen lovecraftianos y un sistema que toma prestados elementos de títulos tan dispares como Tunic y Dark Souls para presentar un mundo lleno de acción, mandobles y los siempre bienvenidos doblones. Si su versión final mantiene esos tramos silenciosos tan propios de los souls-like, sugiero llenarlos con una banda sonora acorde.

Mullet Mad Jack: Tal y como mencionaba un poco más arriba al hablar de Shadows of the Depth, arrastro cierta sensación de hastío respecto de los roguelikes que tiende a diluirse cuando estos se alían con mis géneros favoritos. La carne videojueguil es débil, qué le vamos a hacer. Pero los desarrolladores de Mullet Mad Jack no se conformaban con mezclar tiros en primera persona y procedimentalidad, no; como les parecía poco que tuviera que subvertir mis principios, encima del chasis jugable de este FPS adrenalínico estamparon una capa de pintura brutal en forma de estética retro-futurista plagada de color, ultraviolencia y referencias visuales al anime más seminal de los noventa. Poco más se puede decir salvo, quizá, que os abalancéis sobre este título con la misma velocidad con la que el protagonista recorre sus estancias escupiendo plomo.

Paperhead: Siguiendo el mismo orden que presagiaba la introducción de este texto, Paperhead es, claro está, la pequeña trampa que me permito introducir en este texto. Su condición de proyecto en construcción no contradice las reglas de “Juegos del Futuro” pero sí es cierto que su demo lleva un par de meses pululando por la plataforma de Valve. Y si me permito esta licencia es por dos motivos. El primero es, a quién vamos a engañar a estas alturas del campeonato, su pertenencia a los FPS, siendo el segundo lo impactante de su propuesta. A quién no le va a llamar la atención un shooter con mecánicas de movimiento grandiosas, un lapicero para dibujar bombas y una escopeta hecha de cartulinas para reventar a tiros los traumas en forma de recortables que nos obligaban a perpetrar en clase de plástica. Pero la cosa no se queda ahí: un terrorífico manto recubre todas sus localizaciones y enemigos, canalizando, en estética y jugabilidad, la fuerza de clásicos instantáneos como Dusk y Ultrakill.

Doy por hecho que, si habéis llegado hasta aquí, os estaréis preguntando cuál es la bola extra que me estoy reservando para el final. Durante este Next Fest de 2024 también ha estado disponible una preciosa demo de Children Of The Sun así que haríais bien en sumergiros en la apasionante lectura de este artículo y descubrir por qué este título bien podría ser el nuevo pelotazo de Devolver Digital. Pero esa y otras incógnitas que he planteado en este artículo sólo podremos despejarlas si alcanzamos a ese esquivo ente llamado futuro. Si es que eso es posible.

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