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Fashion Dreamer tiene una de las propuestas más novedosas y ambiciosas del año, pero también un fallo trágico

Rosa y rojo.

Puede que, a priori, un juego centrado en la moda no os llame la atención. Incluso si el título recientemente lanzado por SynSophia no encaja en vuestros géneros predilectos, es difícil no apreciar la peculiaridad de la apuesta de Fashion Dreamer. Lo que en superficie parece simplemente un juego de coleccionar distintas piezas de ropa y vestir muñecos con los conjuntos que más nos gusten tiene bastante carisma y una perspectiva muy actual sobre la moda y sus dinámicas; pero, más allá de eso, la gran sorpresa de la propuesta ha sido una estructura online extraordinariamente ambiciosa, que toma como referencia el potencial de Internet y la manera contemporánea de crear tendencias para generar una especie de red social en miniatura que se mantiene en constante movimiento.

Fashion Dreamer es una secuela espiritual de la saga New Style Boutique (llamada Girl’s Mode en Japón y Style Savvy en Estados Unidos), una serie que nació en Nintendo DS y tuvo su última entrega, New Style Boutique 3, el pasado año 2017 en Nintendo 3DS. En esta saga, como podréis imaginaros, encarnamos a un personaje que regenta una tienda de moda, y se encarga tanto de escoger el catálogo de prendas que se ofrecen dentro de ésta como de aconsejar a los clientes que acuden a ella. Los personajes nos pedirán un vestido para una cita, un conjunto para una entrevista de trabajo o un jersey de colores o estéticas determinadas, y nosotros tendremos que escoger correctamente para encontrar la pieza perfecta. A pesar de la premisa sencilla, casi infantil del concepto, la saga New Style Boutique ha sido particularmente exitosa por un bucle jugable muy adictivo y por un acercamiento a la moda que consigue desprenderse de los aspectos más frívolos de ella. Para jugar bien a estos títulos no necesitamos conocer ninguna “regla”, ni buscar combinaciones de prendas que oculten defectos, que estilicen al personaje o le hagan encajar en ningún canon de belleza particular: el hincapié está en expresarnos a través de la ropa y vestir aquello que nos guste y nos haga felices, y nada más.

El nuevo título de synSophia continúa esta tendencia natural, pero la adapta un tanto a la actualidad: hay una conciencia de que las modas ya no vienen marcadas únicamente por lo que hay en los escaparates, sino por una serie de tendencias y voces populares en redes sociales que tienen un impacto tan poderoso en las calles como el de la propia industria de la moda. Como tal, en Fashion Dreamer no regentamos una tienda, sino que somos un aspirante a influencer. Nuestro objetivo será conseguir cada vez más seguidores en una especie de Instagram in-game en el que colgaremos distintas fotos de nuestros conjuntos. Pero, y tal y como sucede en la vida real, tardaremos un tanto en conseguir nuestro propio estilo. Y, para ir estableciéndolo, tendremos que fijarnos en lo que otras celebridades, otras figuras del mundo de la moda visten. En el modo offline, habrá una serie de NPC con los que podremos interactuar de distintas maneras. Si examinamos la ropa que llevan puesta y nos gusta alguna prenda en particular, podremos añadirla a nuestra colección. Al hablar con ellos, nos pedirán que les creemos un look con determinadas características: de forma, de color o de estilo.

La parte verdaderamente interesante del juego, sin embargo, viene cuando activamos el modo online. Porque entonces la inmensa mayoría de las interacciones que tendremos no serán con personajes no jugables, sino con otros jugadores. En cada uno de los “hubs” del juego nos aparecerán los avatares de las personas reales que juegan el título, acompañados de una pequeña descripción, color favorito y sus preferencias en la ropa. Los distintos avatares que nos irán apareciendo en el juego servirán, de nuevo, para varias cosas: por un lado, para añadir a nuestra colección las prendas que lleven, como sucedía con los personajes no jugables, y por otro, para crearles “lookitos”. Los “lookitos” - la adorable forma en la que el juego llama a los conjuntos de ropa - pueden ajustarse o no a las preferencias del usuario, pero obtendremos pequeñas bonificaciones por conjuntar bien los colores o por centrarnos en el estilo que más le guste a este. Pero, más importante, querremos hacerlo bien porque cuando hacemos un “lookito” para otro usuario, aparecerá en su buzón de entrada, y podrá verlo e incluso ponérselo, si le gusta, lo que aumentará nuestra posición como influencer.

Además, en Fashion Dreamer podremos diseñar nuestras propias prendas de ropa. Conforme avancemos, desbloquearemos distintos patrones que podremos personalizar en cuestión de colores y añadirlos a nuestra “marca”. Las prendas que nosotros mismos hemos diseñado también podrán ser vestidas por otros jugadores. Así que crear una prenda de ropa bonita y usarla en los “lookitos” de otros jugadores, ponerla en nuestra sala de exposición o vestirla nosotros mismos puede hacer que se popularice entre los jugadores. Cuanto más popular sea una prenda de ropa, es decir, cuantos más usuarios la vistan, será más visible en las partidas de otros jugadores, y podrá llegar a ponerse de moda. Ganamos una pequeña bonificación de puntos que podemos usar para crear nuevos patrones por cada usuario que añada nuestras prendas a su colección, pero quizás el verdadero impacto viene cuando, por ejemplo, vemos a un usuario de Japón en nuestra partida, vistiendo la camisa que nosotros acabamos de diseñar. Para añadir todavía más complejidad, cada área del juego tiene un tablón de tendencias, que marcará los colores, estampados y tipos de prenda más usados. Usar prendas que están en tendencia también nos da un extra de puntos. Esto quiere decir que si una de nuestras prendas se hace viral, puede llegar a cambiar la tendencia general del juego, y los conjuntos que creen otros usuarios se verán influenciados por ella. En mi primer día de partida, se hizo muy popular una camisa de lunares que diseñé, que popularizó los patrones similares en todo el juego; al día siguiente, encontré decenas y decenas de usuarios vistiendo prendas similares.

Lo que Fashion Dreamer intenta emular a través de sus sistemas, por tanto, es la manera en la que las tendencias de moda se crean, se reproducen y se van extendiendo, poco a poco, a través del uso general, de la visibilidad en redes y de los gustos de la gente en ese momento. Y en esto, el concepto es más que exitoso. Pero el propio juego, en sí, se ha topado con un inevitable problema derivado de esto: sin tener un bucle jugable que podamos perseguir en solitario, sin mecánicas que nos establezcan objetivos personales o metas que desbloquear, ni siquiera un pequeño modo historia en el que progresar, todo el peso está en las manos de los jugadores. En su primer fin de semana en activo, los usuarios ya han empezado a notar ciertas carencias: paradójicamente, y como también sucede en la vida real, cuando se establecen tendencias muy claras dentro del juego es difícil encontrar nuevos estilos o ideas. A veces, nos toparemos una y otra vez con los mismos conjuntos, los mismos vestidos, pantalones o camisas, y será complicado buscar ideas nuevas o encontrar motivos por los que seguir jugando más allá del propio disfrute de crear los conjuntos. Se echa en falta, además, un nivel de personalización más profundo tanto en las estéticas y tipos de cuerpo de los personajes, como en la distribución de género de las prendas - la mayoría no serán unisex - y el diseño de los distintos patrones, a los que prácticamente sólo podemos cambiarles el color ahora mismo.

En cualquier caso, el concepto de Fashion Dreamer es interesante y complejo, y es inevitable apreciar las inteligentes maneras en las que convierte al videojuego las dinámicas existentes en la vida real. Respecto a la falta de contenido, la desarrolladora ha prometido apoyar el título con actualizaciones gratuitas; no está claro si será suficiente pero, como mínimo, el juego tiene todas las papeletas para ser una experiencia muy única cuyo impacto trascienda a largo plazo entre los amantes del género.

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