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Juegos indie - Don't Look Back

Inauguramos sección con las joyas del indie.

Don’t Look Back es un videojuego de Terry Cavanagh, un creador independiente irlandés al que veréis en más de una ocasión por esta sección y al que algunos de vosotros conoceréis por su juego VVVVVV, que ya analizamos en esta web. He querido comenzar este proyecto con Don’t Look Back por ser un juego cuyas raíces se hunden en busca de la jugabilidad plataformas más clásica posible, aquella de la dificultad endiablada y la mecánica de ensayo y error que permitía alargar durante meses una experiencia que en conjunto no duraba más de 20 minutos. Una forma perfecta de comenzar una transición que terminará por romper con las convenciones del formato.

Desde la propia pantalla de inicio nos encontramos con un entorno minimalista, con las únicas formas reconocibles de una persona que dirige su mirada a una lápida con un texto irreconocible que explica el suelo removido enfrente. El entorno parece lamentarse de esa pérdida; unos pocos árboles moribundos y una fina cortina de lluvia que repiquetea sobre el suelo marcan los primeros compases del juego.

Tras unos breves instantes de respiro que sirven como tutorial nos adentramos en la oscuridad del inframundo. La paleta de granates ayuda a dotar al juego de una atmósfera asfixiante e incómoda, que se acentúa conforme nos aproximamos a nuestro destino. Los enemigos, que van de las serpientes a los sátiros, no dejan de acecharnos en nuestro periplo, con la notable presencia de dos jefes finales que requieren de una paciencia infinita. Podemos dar gracias a que el juego nos resucita instantáneamente en la misma estancia en que hemos perdido la vida, reduciendo la sensación de agotamiento.

Cuando al fin alcanzamos el final de la caverna, una figura femenina incorpórea nos aguarda. Desde ese momento y hasta el final, no nos podremos mirar hacia atrás, o el espíritu se desvanecerá, exhalando un último aliento cuyo sonido difícilmente se olvidará. No se nos indica en pantalla en ningún momento, pero la disposición de los niveles ya parece indicarnos que mirar a la derecha tendrá un efecto negativo. Finalmente, tras un enloquecido paso por los últimos niveles, llegaremos al punto de partida, donde nos encontraremos a nosotros mismos, aguardando frente a una tumba al momento de partir, mientras el espíritu y nuestro propio avatar desaparecen, entrando en un círculo sin fin propio del pensamiento de la Antigua Grecia.

Terry Cavanagh.

Llegados a este punto, precisamente los conocedores de la cultura griega posiblemente hayan reconocido en Don’t Look Back una adaptación interactiva del mito de Orfeo y Eurídice con alguna variación, especialmente el final. En el mito, Orfeo, hijo de Apolo, tocaba la lira con tal habilidad que, tras la muerte de su esposa Eurídice por una picadura de serpiente, sus tristes melodías ablandaron el corazón de los dioses, que le permitieron bajar al Inframundo a buscar el alma de la fallecida.