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Así ha sido el Fun & Serious 2018

Un punto de risa, un punto de serio.

Con muchas más entradas anticipadas vendidas que el año pasado, un rotundo sold out el sábado, casi cuarenta mil asistentes en total, un abarrotado calendario de actividades y una envidiable lista de invitados, dudo que alguien se atreva a poner en duda que el Fun & Serious se ha convertido en el evento de videojuegos más importante en el norte de la península ibérica y en uno de los más reputados de Europa. Un festival que poco a poco, pero con buen hacer y las ideas muy claras, ha sabido crecer equilibrando una vertiente lúdica enfocada al público general con otra más profesional que tiene en las VIT Talks y las ponencias de algunos de los nombres más conocidos del sector su principal razón de ser. Uno no puede más que quitarse el sombrero ante el trabajo realizado a lo largo de estos años por el equipo que dirige Alfonso Gómez, quien ha logrado poner en un lugar destacado del mapa de la industria del videojuego a la ciudad de Bilbao, superando incluso otros eventos - al menos en lo que organización se refiere - como el Gamelab de Barcelona.

Quizás la muestra más obvia de su crecimiento sea el cambio de recinto. Tras cinco años en el Palacio Euskalduna, el Fun & Serious se trasladaba este año al mastodóntico BEC de Barakaldo, un espacio mucho más grande que ha permitido hacer crecer la parte lúdica del evento, donde destacaban la enorme zona dedicada a Fortnite y numerosas estaciones de juego para probar las últimas novedades de PlayStation y Xbox, así como el escenario dedicado a League of Legends y el torneo benéfico que organizaba el caster más popular de nuestro país, Ibai Llanos, en el que se han recaudado más de setenta mil euros. Esta expansión, sin embargo, no ha estado exenta de cierta polémica; quien ha pagado el pato con esta explosión de popularidad, quizás, sea la vertiente más profesional del evento. Antes era un poco más cómoda, al estar más separada de la parte "fun", y sobre todo más tranquila, al no sufrir el ruido de la música y los animadores de la zona de juego, con multitudinarias performances con el juego de Epic como protagonista. Pequeños flecos que, seguro, se solucionarán de cara a la edición del año que viene.

Para mi, y para muchos otros, la verdadera salsa del Fun & Serious está en las conferencias que se celebran a lo largo del fin de semana, con ponentes tanto nacionales como internacionales. Este año los grandes protagonistas eran el creador de Shadow of the Colossus y The Last Guardian, Fumito Ueda, la legendaria Brenda Romero o la productora de Assassin's Creed y ex-EA Motive, Jade Raymond, pero también hemos visto pasar a la diseñadora de narrativa de Assassin's Creed Odyssey, Melissa MacCoubrey, a la escritora Rihanna Pratchet, responsable del reboot de Tomb Raider o al productor ejecutivo de Sea of Thieves, Joe Neate. Nombres de primera línea que han explicado información muy interesante sobre los procesos creativos de algunos de los títulos más importantes de los últimos años, y con los que os traeremos algunas entrevistas a lo largo de los próximos días.

Pero no solo la gente con experiencia en el sector tiene cabida en Bilbao. Uno de los elementos más interesantes es una zona en la que pequeños estudios independientes (algunos que empiezan y otros que ya son conocidos, como Deconstructeam con The Red Strings Club o Nomada con GRIS) y equipos universitarios muestran sus últimas creaciones. Es una experiencia muy positiva tanto para ellos como para el público; los primeros pueden recoger de primera mano feedback y buscar inversores, mientras que los otros pueden probar de algunas ideas novedosas y sumergirse en un pequeño hervidero de creatividad. El Fun & Serious siempre ha apostado por esta iniciativa y reconforta saber que sigue y seguirá haciéndolo en el futuro.

Otro clásico dentro de este tipo de eventos son las zonas dedicadas a honrar el pasado del videojuego. RetroWorld, con piezas extraídas del Museo Tecnológico de Videojuegos Español (MUTECVI), era la encargada de hacerlo en el BEC con una interesante sección plagada de consolas y ordenadores de los años ochenta y noventa que pueden ser disfrutados por todos los visitantes. Creo firmemente en la vital importancia del fenómeno retro y la divulgación de la historia del videojuego como una parte ineludible de esta afición, y resulta francamente reconfortante ver que por esta zona no solo se pasea con aire nostálgico gente que ya ha dejado atrás la treintena, sino un público muy joven que descubre con cierto asombro clásicos de plataformas como la Atari 2600 o la venerable Magnavox Odyssey y bizarradas como la Overkal española o algunas consolas exclusivas del extraño mercado brasileño. También había una iniciativa benéfica (Videojuegos X Alimentos) y un puñado de puestos de tiendas en las que comprar juegos de 8, 16 y 32 bits, pese a que los precios eran un poco más altos de lo que deberían.

Ya fuera del BEC, el Fun & Serious se vestirá de gala esta noche para celebrar su cierre, con la popular entrega de los premios Titanium. Assassin's Creed Odyssey, God of War y Red Dead Redemption 2, como no podía ser de otra forma, parten como grandes favoritos al acumular varias nominaciones en las categorías más importantes, aunque también tiene un sorprendente papel destacado el interesante Dragon Quest XI de Square Enix y resulta bonito ver que no se olvida a joyas de un perfil menos comercial como The Red Strings Club, Celeste o Return of the Obra Dinn. En un marco inigualable como es el Guggenheim también recibirán galardones honoríficos tres leyendas de la industria como son Fumito Ueda, Brenda Romero y Jade Raymond, una muestra más de que el evento de Bilbao cuenta con una posición destacada y un relevante prestigio dentro del circuito internacional.

Diciembre es una fecha que el público y los medios ya tenemos marcada en el calendario como una cita ineludible por el interés que despierta el Fun & Serious. Para unos es una oportunidad de pasar el día probando juegos, realizando actividades y entreteniéndose con el videojuego como pilar fundamental. Para otros, la ocasión perfecta para mostrar sus pequeñas obras a un público numeroso y tratar de empezar a labrarse un nombre. Y para muchos, dos días en los que escuchar interesantes charlas con grandes ponentes de renombre internacional. Que, además, todo esto se complemente con una ceremonia de premios que trata de aportar seriedad y una pátina de lustre a una industria que hasta hace poco se veía casi como algo marginal es la guinda del pastel para un evento que en su octava edición inicia un proceso de expansión inevitable tras varios años asentado en Euskadi. Hace tiempo que el Fun & Serious llegó para quedarse, y ahora es el momento de ver si con el paso del tiempo consigue convertirse en el evento más completo de España. Ganas, desde luego, no le faltan.

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