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Análisis de la Sound Blaster AE-9

¿Realmente necesitas una tarjeta de sonido en 2019?

¿Te acuerdas de las Sound Blaster? Hubo una época, en los noventa, en la que estas tarjetas de sonido eran un elemento indispensable en cualquier PC para jugar. Con ellas tenías un puerto en el que conectar tu joystick pre-USB para jugar a X-Wing vs TIE Fighter, así como una calidad de sonido sustancialmente mejor que la que venía de serie en tu PC, si es que tenías la suerte de que tuviese alguna. Pero actualmente incluso las placas madre más básicas incluyen hardware integrado de audio con buena calidad, suficientes entradas y salidas e interesantes características por software, que seguramente ni siquiera hayas llegado a usar nunca. Y, por supuesto, las tarjetas gráficas también pueden emitir el sonido digital surround a través de HDMI. A muchos les sorprenderá, entonces, saber que las tarjetas Sound Blaster se siguen fabricando a día de hoy, y tras probar el último modelo flagship de Creative, la AE-9, creemos que el hardware dedicado de audio sigue valiendo la pena en determinados casos. A continuación te explicamos por qué.

Para empezar, las modernas tarjetas de sonido de gama alta pueden reemplazar otros equipos de audio. La AE-9 es el ejemplo perfecto, ya que viene tanto con la tarjeta de sonido que se instala en tu PC como con un 'módulo de control de sonido',o ACM, que se coloca en tu escritorio y un cable mini HDMI. El ACM actúa tanto como amplificador para auriculares como interfaz de audio, pudiendo enchufar auriculares de ¼ y ⅛ pulgadas y micrófonos XLR, de ¼ de pulgada y de ⅛ de pulgada (con potencia de +48V opcional). También puedes conectar dispositivos auxiliares, como tu smartphone o reproductor MP3, a través de las entradas phono de la parte posterior. La tarjeta de sonido, por su parte, incluye cuatro puertos de línea (dos phono, dos de ⅛ de pulgada), así como entrada y salida óptica, lo cual permite conectar un conjunto de altavoces surround 5.1. Aparte del procesado Acoustic Engine propio de la AE-9, también puedes optar por codificación Dolby Digital Live y DTS, pero desgraciadamente no hay soporte para los estándares Dolby Atmos o DTS:X, ni tampoco para configuraciones 7.1.

Aunque interfaces de audio como el FocusRite Scarlett a menudo poseen más mandos que girar e interruptores que tocar (en el ACM de la AE-9 solo hay una rueda de volumen, un interruptor de impendancia de tres puntos y un par de botones extra), aquí tenemos controles más que suficientes para gestionar los usos simples, como conectar un micrófono con condensador XLR para hacer streaming, grabar un instrumento musical o tener los auriculares y altavoces conectados al mismo tiempo siempre. Conectar todo en el mismo lugar, en vez de en diferentes aparatos, es conveniente, aunque a veces un poco complicado de ordenar.

Si no tienes los altavoces cerca o una rueda de volumen en tu teclado, también apreciarás la posibilidad de ajustar rápidamente y con precisión el volumen de reproducción usando la rueda del ACM. Esto me pareció especialmente útil en las situaciones 1v1 de Counter-Strike, donde escuchar un simple paso puede significar la diferencia entre una gloriosa victoria o una puñalada por la espalda.

Hablando de pasos, la AE-9 también incluye un modo scout que aumenta el volumen de todos los sonidos hasta cierto umbral. Al probar este modo durante unas horas me di cuenta de que con él era más fácil escuchar los pasos en momentos tranquilos, pero mi cálculo interno de su distancia era totalmente erróneo. Al final decidí no usar esta opción, pero creo que puede ser útil para gente con problemas de audición o para los que jueguen en un entorno muy ruidoso. Lo mismo ocurre con los perfiles específicos para cada juego del software Sound Blaster Command, los cuales tienden a añadir efectos que distraen en vez de características útiles. En juegos monojugador pueden estar bien, pero para cualquier cosa competitiva recomiendo mantener una reproducción neutral.

Puede que también consideres la compra de una tarjeta de gama alta como la AE-9 si has notado que hay estática u otras interferencias al reproducir o grabar. Pese a las mejoras introducidas en las placas base y fuentes de alimentación modernas, los modelos baratos o con un diseño pobre pueden introducir zumbidos, silbidos y otros molestos ruidos. Esto es especialmente grave cuando escuchas música a un volumen bajo, y todavía más cuando tratas de grabar un podcast o hacer streaming de un juego. La AE-9 usa una función que Creative denomina CleanLine, la cual corrige el ruido que causan las fuentes de alimentación y GPUs de gama alta para garantizar una entrada perfectamente nítida.

Al hacer pruebas con un micro de condensador XLR Ember Mic noté un sonido significativamente más limpio que al usar la solución integrada de mi placa base. Hay una serie de opciones por software para ajustar la entrada del micro cancelando ecos, reduciendo el ruido y ecualizando el sonido para ajustar los graves y los agudos. También tienes una función de morphing de voz que te permite sonar como un orco, robot, enano o niño; evidentemente no es útil para un uso profesional, pero sí puede servir para echarte unas risas en una partida aburrida de Rainbow Six Siege.

Más allá de añadir nuevas características, la AE-9 simplemente suena bien. Es difícil explicar esto con palabras porque no me considero un audiófilo, pero tanto mis altavoces Audioengine A5+ como mis auriculares Sennheiser HD 598 sonaban más nítidos y con más detalle que al usar la solución de audio integrada de mi X570 Aorus Master. Comparado con el DAC Cambridge Audio XS que solía usar con mis auriculares la cosa estaba más igualada, pero la AE-9 seguía siendo el dispositivo que ofrecía mayor calidad.

Esto no debería sorprender a nadie al ver que la tarjeta de sonido utiliza un DAC de nivel flagship - el chip ESS Sabre 9038, capaz de reproducir sonido de alta resolución, 32 bits y 384KHz - condensadores de oro e incluso pequeños amplificadores operacionales que puedes cambiar para ajustar el sonido que se envía a tus altavoces o auriculares. El amplificador de la AE-9 es también potente, capaz de aguantar delicados IEMs de 1 ohmio o exigentes headsets de hasta 600 ohmios de impedancia. Creative parece haber prestado mucha atención a todos los niveles en los componentes y materiales usados, como cabe esperar en una tarjeta que cuesta algo más de trescientos euros.

Pese a clavar la ejecución en casi todos los aspectos, existen algunos pocos fallos en este producto y ciertas pegas respecto a usar la solución integrada de la placa base, un headset USB o la salida HDMI de tu tarjeta gráfica conectada a un receptor. En este último caso, los receptores A/V modernos suelen ofrecer formatos de sonido surround más avanzados, como DTS:X o Dolby Atmos, que son muy superiores al soporte de sonido surround 5.1 de la AE-9.

Luego está el requisito de una ranura PCIe libre en tu placa y un conector PCIe de seis pins. En la mayoría de ordenadores de escritorio esto no será un problema, pero puede hacer que no sea lo mejor para los usuarios de placas ITX más pequeñas o de potentes tarjetas gráficas que ya estén usando los cables PCIe de seis pines. El conector de alimentación de la AE-9 tiene un diseño pobre, con tan poco espacio alrededor que el clip que asegura la posición del cable casi no se ajusta y tuve que usar una fuerza considerable para insertarlo y extraerlo.

El módulo de control también debería ser más fácil de usar. Ajustar el volumen con la rueda tiene sentido, lo mismo que silenciarlo por completo pulsando en ella, pero cambiar entre los auriculares y los altavoces es molesto - tienes que presionar y pulsar la rueda durante exactamente dos segundos, y es fácil subestimar el tiempo y acabar silenciando el volumen cuando realmente querías cambiar el dispositivo en el que escucharlo. El ACM, además, pesa poco, con lo cual lo vas empujando por la mesa a no ser que lo sujetes con algo o con la otra mano.

Una opción por software para hacer que el botón SBX - que cambia los efectos de post-proceso y casi no se usa - actúe como un switch de entrada ayudaría mucho a solventar esto. Por desgracia esto tampoco solventaría el otro problema al cambiar de los altavoces a los auriculares, que es que las aplicaciones web se paran y deben volver a cargarse. Cambiar entre dispositivos de audio en Windows, en cambio, funciona perfectamente. Pero pese a estas quejas, nada me ha hecho volver al sonido integrado de mi placa base con los altavoces o a usar un DAC USB para los auriculares.

¿Dónde nos deja esto? Aunque las tarjetas de sonido de nivel de gama de entrada son cosa del pasado, las soluciones de gama alta como la AE-9 justifican al menos ser consideradas. Si quieres una experiencia superior escuchando música o videojuegos, puedes comprar un buen DAC para auriculares y un buen headset. Si quieres meterte en el mundo de la creación de contenido, hazte con un buen micrófono XLR o USB. Pero si lo que quieres en la máxima calidad de sonido y una gran variedad de opciones de grabación, la AE-9 es una solución todo en uno muy interesante que justifica su precio premium.


Traducción por Josep Maria Sempere.

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