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Análisis de Dustforce

Dolor infinito.

Por normal general las repeticiones en los videojuegos no son más que un extra cuya utilidad suele reducirse a darnos un momento de respiro, hacer que nos vanagloriemos de ese gol que acabamos de marcar, o permitirnos que gocemos por un instante del espectacular aspecto que luce el juego en cuestión. En Dustforce sin embargo, la posibilidad de ver todas de las repeticiones de los jugadores es un elemento clave.

Me gusta cómo definen Dustforce nuestros compañeros ingleses: "time-attack platformer". Normalmente el objetivo de un plataformas es que lleguemos al final de todas las fases, pero en este caso más importante que llegar al final es que lo hagamos de la forma más rápida y elegante posible. Ya me diréis el reto que supone llegar al final de los niveles cuando el juego te obsequia con vidas infinitas y check-points

Solamente consiguiendo la puntuación máxima en los niveles conseguimos las llaves necesarias para abrir otras fases y avanzar por el enorme mundo que sirve como nexo de todas las pantallas. Ahora bien, conseguir la S/S en todos los niveles nos proporcionará tantas alegrías como dolor. Dustforce es de esos juegos a los que las manos han de acostumbrarse, de esos en los que hay que hay que "calentar", de esos juegos en los que el tiempo que le dediquemos es directamente proporcional a nuestra habilidad.

En el papel de unos barrenderos ninja ultra-molones hemos de limpiar de basura que anega los niveles. No hemos de dejarnos ni una hoja por barrer, no hay que descuidar ni un centímetro de muro bañado en residuo radioactivo. Tampoco hemos de olvidarnos de los enemigos, que más que atacarnos bien podría decirse que se abalanzan sobre nosotros para que los limpiemos. Dejar todo como los chorros del oro es una de las condiciones para obtener la máxima puntuación.

Dustforce es el Flower hardcore, pura meditación zen para jugadores de alto nivel.

Pero hay otro requisito que debemos cumplir para satisfacer las exigencias de perfección de este juego programado por el estudio novel Hitbox Team: hay que hacerlo de la manera más elegante posible; "finesse" dice el juego, delicadeza. Además de tener ligerísimas diferencias a nivel jugable, los cuatro personajes seleccionables tienen la habilidad de andar brevemente por las paredes, una capacidad que debemos aprovechar para conseguir limpiarlo todo buscando la ruta más rápida, aprovechar los atajos del escenario y calcular de forma milimétrica todos los saltos. Los que hayáis jugado a Super Meat Boy sabréis de lo que estoy hablando. Dolor. Miles de intentos. Esa delgada línea entre la desesperación y la propia confianza en nosotros mismos. Porque en Dustforce no hay excusa que valga, todo error es penalizado en la puntuación que recibimos al final de fase.

Decía al comienzo que las repeticiones son la clave. El juego nos da la oportunidad de ver el mejor tiempo de cada jugador en cada nivel y esto nos permite conocer el camino más rápido para superarlo y la mejor forma de hacerlo. Eso sí, aconsejaría hacerlo después de varios intentos por nuestra parte. El reto que nos ofrecen los niveles no siempre es el mismo, en unos predomina que nos desplacemos rápidos por sus plataformas flotantes, en otros la prioridad es hacer frente a una multitud de enemigos (algo para lo que será vital acumular energía combo para el super-ataque), en otros niveles no queda claro cuál es el mejor camino y dependemos prácticamente de nuestra improvisación.

Completistas y elegantes. Así son los buenos jugadores de Dustforce.

Jugar con mando es tan fundamental como conseguir uno con una cruceta que no convierta nuestro pulgar en zona catastrófica. El resto del paquete es de sacarse el sombrero. Unos gráficos deliciosos, un banda sonora que es un continuo déjà vu 8-bitero de amor, un par de modos multijugador (para que luego no se diga) y sobre todo, esa maravillosa ausencia de cualquier tipo de historia. El juego no intenta explicarnos ningún argumento ni falta que le hace, y eso es maravilloso.

Dustforce es un test para auténticos jugadores. En la inmensa mayoría de juegos el reto es solamente una parte del juego reservada para los expertos, aquí es el juego entero el que está directa y únicamente reservado a los expertos; o debería decir lo más habilidosos. No hay perdón que valga cuando manda la tiranía de la puntuación perfecta. Dustforce es el Flower hardcore, pura meditación zen para jugadores de alto nivel. Es cerrar los ojos tras haber intentando cien veces ese nivel tan jodido. Cerrar los ojos y decirse a uno mismo que esta vez lo va a conseguir. Pureza y dolor infinito.

9 / 10

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