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Ape Escape

Si el Dr. Zaius levantase la cabeza...

En 1999 Sony sorprendió a propios y extraños sacándose de la manga Ape Escape, el primer juego para PSOne que necesitaba obligatoriamente el entonces novedoso DualShock (por eso de usar el segundo stick analógico) y, a la postre, un notable título que acabó siendo uno de los mejores exponentes del género plataformas en dicha consola. Era solo cuestión de tiempo que Sony recuperase la franquicia en PlayStation 3, porque su fórmula se adapta como un guante a las particularidades y la propia idiosincrasia de PS Move.

Pero este no es el Ape Escape que todos esperábamos, un plataformas que use el mando con control gestual para atrapar monos como si de una red se tratase y el Navigation Controller para mover el personaje mientras salta de plataforma en plataforma. No, este Ape Escape no es más que un shooter sobre raíles, y ni siquiera es uno bueno.

Es un producto dirigido especialmente a los más pequeños de la casa, los únicos que pueden pasar por alto el repetitivo diseño de sus quince niveles, lo limitado de su faceta jugable, su escasísima duración o la pobre calidad técnica, más propia de un juego de PlayStation 2 que de uno publicado en el año 2011. Sus responsables, el Japan Studio de Sony, son capaces de producir títulos más que competentes como LocoRoco o Siren: Blood Curse, pero también de perpetrar desastres como Kung Fu Rider. Ape Escape, por desgracia, está mucho más cerca de este último.

El desarrollo es extremadamente simple, y básicamente se limita a ir disparando a los monos con un tirachinas, mientras la consola guía nuestro camino por el escenario y usamos un ventilador para recoger objetos y desviar proyectiles. Periodicamente paramos para cazar a unos cuantos simios con la red mientras estos intentan robarnos los plátanos, y a continuación volvemos a la ruta prefijada para seguir avanzando y disparando el tirachinas. Y así ad infinitum.

De poca ayuda sirve la introducción de algunos power-ups, como una aspiradora o un rayo que convierte objetos en plátanos, porque el aburrimiento hace acto de presencia a los pocos minutos. Para usarlos se necesitan unas baterías que recogemos en el escenario, pero realmente su presencia es puramente testimonial: la dificultad se debe más a deficiencias en la cámara o y el control que no a un diseño jugable bien implementado.

Es lo mismo a lo que ya hemos jugado miles de veces, con un diseño pobre y desganado. Sony prometió que con Move no caería en el error de meter el control gestual con calzador en títulos de dudosa calidad, pero Ape Escape es justamente eso: un juego mediocre que se aprovecha el nombre de una franquicia a la que muchos jugadores todavía guardan cariño.

Una vez terminado el modo principal tenemos tres mini-juegos, Tag Rally, Slingsniper y Sprayzer Defence Force, aunque tampoco sirven para que Ape Escape consiga alcanzar el aprobado. Al menos pueden disfrutarse en compañía, porque sorprendentemente los quince niveles de la historia solo pueden jugarse de forma individual.

Pese a llegar a las tiendas con precio reducido se hace bastante difícil recomendar este Ape Escape, un juego que como descarga digital hubiese tenido un pase pero que en formato retail es prácticamente injustificable. Soso, corto y muy poco imaginativo, Ape Escape retiene poco más que el nombre y los monos del original, convirtiéndose en justo lo que más temíamos de Move: una repetición de los peores errores de Wii.

4 / 10

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