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Análisis de Teenage Mutant Ninja Turtles: The Cowabunga Collection - Un modélico recopilatorio retro

Turtles in Time.

Eurogamer.es - Recomendado sello
The Cowabunga Collection es un recopilatorio ejemplar, que rinde un sentido y trabajado homenaje a una franquicia mítica durante la era de los 8 y los 16 bits.

Resulta prácticamente imposible que alguien nacido en la década de los ochenta no recuerde su infancia marcada en mayor o menor medida por algún videojuego de las Tortugas Ninja. Los personajes creados por Kevin Eastman y Peter Laird fueron todo un fenómeno cultural que nació en las viñetas del cómic publicado por Mirage Studios, pero que no tardó en extenderse a prácticamente todos los medios habidos y por haber, incluida la televisión con una exitosa serie de animación o el cine con aquella bizarra película que arrasó en las taquillas de todo el mundo en 1990. Los videojuegos no fueron menos, y en un periodo de cuatro años Konami capitalizó la franquicia con una serie de títulos recordados con mucho cariño que ahora recupera en Teenage Mutant Ninja Turtles: The Cowabunga Collection.

The Cowabunga Collection cubre de forma efectiva todos los juegos para recreativa y consola que se publicaron entre 1989 y 1993. Están los dos arcades (Teenage Mutant Ninja Turtles y Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time), los cuatro de NES (Teenage Mutant Ninja Turtles, Teenage Mutant Ninja Turtles II: The Arcade Game, Teenage Mutant Ninja Turtles III: The Manhattan Project y Teenage Mutant Ninja Turtles: Tournament Fighters), los dos de SNES (Teenage Mutant Ninja Turtles IV: Turtles in Time y Teenage Mutant Ninja Turtles: Tournament Fighters), los dos de Mega Drive (Teenage Mutant Ninja Turtles: The Hyperstone Heist y Teenage Mutant Ninja Turtles: Tournament Fighters) y los tres de Game Boy (Teenage Mutant Ninja Turtles: Fall of The Foot Clan, Teenage Mutant Ninja Turtles II: Back From The Sewers y Teenage Mutant Ninja Turtles III: Radical Rescue).

Dentro de la selección lo más destacado es, sin duda, el original de recreativa y las dos versiones de Turtles in Time, un clásico que a día de hoy sigue siendo considerado como uno de los mejores beat 'em ups de la historia y que sirvió como base para el reciente Shredder's Revenge de Tribute Games. The Hyperstone Heist, para Mega Drive, casi puede considerarse un clon del mismo, recuperando mecánicas y elementos jugables, pero introduciendo algún nivel y movimiento nuevo. Lo más sorprendente, sin embargo, es redescubrir la más que notable trilogía de Game Boy (iniciada con el fantástico Fall of the Foot Clan y rematada con un Radical Rescue que adopta una primigenia estructura de metroidvania) y un Tournament Fighters que es - salvo la horrible versión de NES - un juego de lucha que quizás no esté a la altura de los grandes exponentes del género, pero sin duda resulta mejor de lo que recordaba. En el otro lado de la balanza estarían los juegos de NES, que no han envejecido demasiado bien (especialmente el primero, al que honestamente le tengo mucho cariño pero que es tremendamente frustrante y, para qué negarlo, bastante feote), aunque siguen manteniendo un innegable atractivo histórico.

La selección de títulos puede tener altibajos, pero desde luego a la colección como tal prácticamente no se le pueden poner pegas. El trabajo de Digital Eclipse, de hecho, es poco menos que modélico: la emulación de las distintas plataformas es perfecta, tenemos las mejoras de calidad de vida esperables en este tipo de producto (rebobinado, guardado de partida, modificación de controles, marcos y filtros de imagen para simular pantallas CRT) e incluso se han implementado opciones para corregir algunos problemas de los originales, como el parpadeo y las ralentizaciones en los juegos de NES, o selectores de nivel, cantidad de vidas y desbloqueos de personajes en algunos de los títulos. También es posible en todos los juegos seleccionar las versiones americanas o japonesas (se quedan fuera las PAL, aunque dudo que muchos jugadores tuviesen intención de jugar a 50Hz), redondeando un encomiable trabajo de conservación. Rematando la faena, además, tenemos la opción de jugar online a los dos juegos de recreativa y a los dos de Mega Drive.

Todo esto bastaría para considerar el paquete como una propuesta completa y atractiva, pero los desarrolladores van más allá añadiendo unos cuantos detalles que demuestran el especial mimo puesto en esta colección. Una de las opciones más llamativas es la opción "ver"; en el menú de selección de juego todos tienen una opción en la cual, apretando un botón, se nos muestra un vídeo con un gameplay completo, desde el principio hasta el final. La gracia es que, pese a que podemos rebobinar hacia adelante y hacia atrás y limitarnos a ver la partida como espectadores, descubriendo secretos y técnicas, en realidad no es un vídeo como tal: en cualquier momento podemos apretar un botón y pasar a tener el control, siguiendo la partida de forma totalmente transparente. Es una opción fantástica, y que acaba de un plumazo con la frustración que puedan tener algunos jugadores al no poder pasar determinados tramos (como la infame desactivación de bombas en el área 2 del primer juego de NES).

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Otro punto en favor de la accesibilidad y de dar facilidades a unos jugadores actuales que probablemente no estén acostumbrados al alto nivel de dificultad de algunos de estos juegos son las guías de consejos, creadas ex profeso para la Cowabunga Collection por Digital Eclipse y accesibles en cualquier momento desde el menú de pausa. Disponibles en cada juego y con un cuidado diseño que trata de emular la estética de la mítica revista Nintendo Power, estas guías ofrecen trucos, claves, técnicas y otras ayudas que harán un poco más llevaderas nuestras partidas. Pese a no ser demasiado extensas, sí cubren los aspectos básicos y necesarios y demuestran un gran esmero por hacer de esta colección algo especial.

Y si hablamos de documentos, la guinda del pastel para los fans: la Guarida de las Tortugas. En este menú podemos encontrar una ingente cantidad de materiales históricos sobre los juegos, desde imágenes en alta resolución de las cajas y los manuales hasta los documentos de diseño y los artes conceptuales que usaron los desarrolladores originales o los anuncios que se publicaron en revistas y los materiales enviados a la prensa del momento. La guarida no solo ofrece un contexto histórico de los propios juegos, porque también incluye las portadas escaneadas de las distintas series del cómic o capturas de los capítulos de las series de animación, convirtiéndose en una auténtica joya para los fans de las Tortugas Ninja. Oh, y tampoco falta aquí una opción para escuchar todas las canciones de las bandas sonoras, algunas de ellas más que notables (aquí mi favorita es la del Fall of the Foot Clan de Game Boy, realmente memorable).

Son los pequeños detalles (y la calidad de la emulación de los sistemas originales) los que diferencian a un simple sacacuartos de un recopilatorio hecho y derecho que justifica su existencia más allá del factor nostálgico. The Cowabunga Collection no solo entra sobradamente en el segundo grupo, sino que puede que sea incluso el mejor y más elaborado producto de este tipo que hemos visto hasta la fecha, con un encomiable trabajo de Digital Eclipse que demuestra devoción por la franquicia y ganas de hacer las cosas bien. Al final, lo que nos propone es una cápsula del tiempo hacia principios de la década de los noventa, para revivir uno de los fenómenos culturales de toda una generación y una época en la que Konami firmó algunos de los mejores títulos de su extensa y longeva trayectoria. Y en ese sentido, Teenage Mutant Ninja Turtles: The Cowabunga Collection cumple más que con creces.

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