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FATALE: Exploring Salome

Una experiencia que merece ser vivida.

Este análisis llega bastante tarde. Tale of Tales, una de los estudios indie más experimentales del momento y autor de The Path, lanzó FATALE el 5 de octubre del pasado año, aunque no llegó a mis manos hasta hace un par de semanas. No puedo excusarme en que el juego es largo, ya que mentiría; no debí tardar más de 25 minutos en acabármelo, más otros 3-4 minutos de epílogo.

La misma tarde que lo recibí lo acabé, pero ni de lejos estaba listo para analizarlo. Ni siquiera tengo claro que lo esté ahora, habiendo dejado atrás dos semanas y seis nuevas ocasiones en las que me he pasado el juego. Diría que FATALE es un juego repleto de interpretaciones, un juego esquivo como él solo, un juego radicalmente diferente a lo que he visto hasta ahora... pero creo que esto ya no puede ser considerado simplemente un “juego”.

"¿Quién es esta mujer que me está observando?"

Si queremos adentrarnos en el universo de FATALE, tenemos que conocer previamente la historia de Salomé. En la Biblia se cuenta que el Rey Herodes se casó de forma pecaminosa con Herodías, madre de la bella Salomé. Esto suscitó muchas iras, entre ellas la de Juan el Bautista, que no dejaba de denunciar públicamente esta situación. Herodes lo apresó, pero consciente de su influencia entre la población, prefirió no ejecutarlo. No pensaba lo mismo Herodías, que obligó a Salomé a danzar ante su padrastro, quien maravillado le ofreció cualquier cosa que pidiera. Su anhelo, que en realidad era el de su madre, fue la cabeza de Juan, que se le entregó en una bandeja de plata.

Sin embargo, no es esta la versión de la historia que nos conviene analizar. En 1891, el famoso escritor victoriano Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray, El fantasma de Canterville) lanzó una de sus obras de teatro más polémicas, Salomé, que dotaba a la historia de matices bien diferentes y una carga simbólica muy profunda. En la obra de Wilde Salomé ya no es un peón en el tablero de su madre: pasa a ser la protagonista de la historia. Una mujer con dos caras, una femme fatale que no ve correspondido su amor (o quizá capricho) por Juan, pero a la vez pura e inocente como la luna que tanto adora, y como Salomé los diferentes personajes de la obra, cada uno con una visión diferente del astro. Es ella quien voluntariamente decide emplear la danza de los siete velos para hacer desaparecer al Bautista.

El desarrollo del juego se divide en tres partes absolutamente diferenciadas que no se rigen por el clásico introducción-nudo-desenlace. De hecho la parte sobre la que recae el núcleo jugable ni siquiera puede decirse que narre nada específico. Son más bien tres actos de una misma obra, dos de ellos la misma escena vista desde dos puntos de vista completamente diferentes.

"No me hables. No te escucharé. Sólo escucho la palabra del Señor Nuestro Dios"

Nada más comenzar, nos tocará el rol de Juan el Bautista, abandonado en una celda desde la que nos limitamos a esperar nuestro inevitable sino: perecer por las argucias de Salomé. En la oscura celda podemos encontrar unas cajas, que tras unos minutos de infructuoso esfuerzo que comprobaremos que están solo para burlarse de nosotros, al igual que el inútil botón de salto heredado de los FPS. El control es realmente extraño, manteniendo el clic izquierdo avanzamos y con el derecho retrocedemos. No es hasta el final del breve episodio cuando comprendamos su utilidad.

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Jaime San Simón

Redactor

Jaime lleva en Eurogamer.es desde los inicios y es nuestro experto en juegos indie. Tú ponle ahí cuatro píxeles hechos con amor y ya le puedes dar megatones hiperpoligonizados, que él, se quedará con lo primero.

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