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Daigo Umehara: The King of Fighters

Entrevista exclusiva al campeón mundial de Street Fighter.

"Ahora mismo, no hay nadie más joven que yo por quien me sienta amenazado. No he conocido a nadie con quien sienta que me pueda superar en un futuro. No me estoy sobrevalorando. Puedo ver analíticamente sus defectos, sus ineptitudes".

Daigo Umehara es mejor que tú al Street Fighter y lo sabe. Este japonés de 28 años ganó a principios de año al campeón americano Justin Wong en el Evolution 2009 Championship y se convirtió en campeón del mundo de Street Fighter IV.

En otras palabras, Daigo Umehara es mejor que todos al Street Fighter.

Esta victoria tan sólo fue la última dentro de los logros de alto perfil de Umehara (Ume para los amigos). El más famoso fue el duelo contra Wong en el torneo de 2004 de Evolution. No necesitas entender cómo funciona el complejo sistema de parry de Street Fighter III para apreciar que algo extraordinario está pasando mientras detiene todos los potencialmente letales ataques de Wong para luego acabar el combate con un movimiento especial. La reacción extática del público combinado con el porte de Umehara han catapultado el vídeo al estrellato de YouTube, y ya es uno de los más famosos dentro del mundo de los videojuegos.

Quizás no conozcas el nombre de Umehara, pero seguramente sí que recuerdes alguno de sus combates.

Desde entonces la fama y reputación de Umehara se ha extendido dentro y fuera de la comunidad de jugadores de títulos de lucha. Combate con precisión y gracia, combinando las reacciónes de un Muhammad Ali en plena forma con la estrategia de Garry Kasparov. Es sin lugar a dudas el mejor jugador de Street Fighter del mundo.

El cómo entiende su supremaciía no viene de la vanidad que generan los títulos de campeón del mundo, más bien llegan desde un análisis detallado. "Creo que ahora mismo podría estar en la cima de mi carrera", me dice. "Mis reacciones son probablemente comparables con las que tenía cuando era más joven, pero ya no me pongo nervioso cuando estoy acorralado. Ya nada me puede romper mentalmente; he dominado la tensión y los nervios. Puedo distinguir y categorizar instantáneamente a los oponentes en grupos y tipos según su personalidad y debilidades. Y como no siento que mis habilidades se hayan debilitado, creo que ahora debo estar en la cima de mi carrera como jugador de títulos de lucha".

Dicho por otra persona esto podría sonar como arrogancia suprema. Umehara es conocido entre sus fans como "The Beast" o "La Bestia" (y nunca lo utiliza para definirse) pero en la realidad huye un poco de este apodo. Este japonés alto y guapo es tímido y sencillo. En contraste con sus rivales americanos, Umehara rehuye los focos y muy raras veces concede entrevistas a la prensa o se reúne con los fans.

Es una estrella que nació en los arcades, un mundo underground lleno de colillas, luces de neón y competiciones. Su deporte digital nunca ha tenido el glamour del boxeo o la ceremonia del wrestling: no hay promotores o agentes que conviertan talento en estrellas en este mundillo. Y de haberlos, uno siente que las buenas formas y la fachada de buen chico de Umehara siempre pasarían por encima de su bestia interior.

Umehara es prácticamente imposible de localizar. Al principio Capcom me sugirió que volase a Tokyo, encontrase un arcade en el que estuviese jugando y me sentase al lado con una grabadora. Después de que rechazase una invitación a un torneo en el Reino Unido y no fuese a una reunión programada para el Tokyo Game Show de este año Capcom nos ayudó a organizar un encuentro, utilizando a uno de los amigos bilingües de Umehara como intermediario.

Sus reticencias a conceder entrevistas junto con las dificultades por encontrarlo han contribuido a alimentar la enigmática leyenda de Umehara. Rumores y especulaciones lo siguen vaya donde vaya. Cuando en 2005 se tomó dos años de descanso de los juegos de lucha algunos fans especularon que podría haber centrado su atención en su otro amor: el pachinko. Sus reacciones, tal y como decía la teoría, son tan rápidas que sería capaz de modificar el juego para poder vivir de ello. A decir verdad, Umehara trabaja en el sector de la sanidad pública hoy en día, y sigue los pasos de sus padres. Ambos trabajan en un hospital en Aomori, Japón.

"Jugar profesionalmente nos es una opción en Japón", explica. "Si realmente hubiese querido hacer algo con mis habilidades en esta industria creo que ya lo tendría que haber hecho a estas alturas. Es desde hace recientemente poco que recibo invitaciones para luchar en torneos con premios en metálico al otro lado del charco. En Japón los juegos son algo a lo que juegas para divertirte; no esperas nada a cambio".