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Crónica de la gamescom

¿Merece la pena? ¿Qué hemos hecho? Explicamos cómo lo vivimos desde dentro.

Todavía no hemos cumplido un año de vida y ya hemos asistido a las dos ferias más importantes que se han celebrado: el E3 en Los Angeles y la gamescom de Colonia. Justo acabamos de aterrizar de esta última.

Tras llegar el martes e instalarnos en el hotel —que no era ni de lejos tal y como enseñaban en las fotos de su web, malditos— descubríamos que no teníamos WiFi, así que el cibercafé 24h que había al lado nos salvó la vida. Tenía aspecto de no haber sido remodelado desde la caída del Muro de Berlín pero todo funcionaba más o menos bien. Desde ahí y desde el stand de Eurogamer en la feria consultábamos el correo y mandábamos todos los artículos que hemos ido publicando.

Lo único bueno del hotel era que estaba muy cerca de la catedral de Colonia; preciosa, impresionante, especialmente de noche, cuando cientos de pájaros blancos revoloteaban tranquilos entre las gigantes torres góticas. Una imagen que contemplábamos cada noche, café en mano, y descansando los pies tras horas y horas corriendo de aquí para allá.

La organización de la feria no me pareció especialmente adecuada. El recinto de la Kölnmesse, que es donde se ha celebrado la gamescom, es enorme, incluso más que el Los Angeles Convention Center y el E3. La principal diferencia entre ambos eventos, y que ha acabado siendo algo bastante lamentable para nosotros, es que en Colonia podía ir público. Remarco: malo para nosotros, claro, que somos periodistas y vamos a trabajar. Para la gente que tuvo la oportunidad de ir era una delicia. Y, claro, eso estaba lleno como no os podéis imaginar. El problema es que no estaba especialmente bien pensado para la prensa.

¿Veis esa marabunta de gente? Son alemanes queriendo probar las novedades de la industria. Imaginaros tener que caminar por ahí.

En el pabellón 4 había una zona sólo para periodistas y en la que las distintas compañías —Microsoft, Sony, EA, Konami, Activision...— tenían sus paradas para la prensa. Ahí se celebraban las presentaciones a puerta cerrada, en las que en la mayoría no nos dejaban probar los juegos y nos teníamos que limitar a mirar, y había unos cuantos juegos de muestra para que los probásemos cuando teníamos tiempo. Y ahí es donde entrevistamos a Hideo Kojima, Shingo "Seabass" Takatsuka (creador de PES) o al productor del próximo Castlevania. Todos estos artículos, y muchos más, los iréis viendo a lo largo de esta semana.

El pabellón 5 era el destinado a compañías de desarrollo independientes, asociaciones, webs... y en el que estaba el stand de Eurogamer, desde el que podíamos aislarnos un poco y aprovecharnos de la tremenda velocidad de Internet para ponernos al día y enviar artículos.

Lo demás pabellones eran ya la locura. Aunque el primer día no pudo ir el público en los demás ya sí, y la afluencia de gente hacía incluso difícil caminar por los pasillos de la feria. Y peor todavía: había juegos que, para probarlos, tenías que ir ahí (Uncharted 2, Need for Speed: Shift, etc). Y claro, no estaba la cosa para aguantar filas kilométricas de alemanes ansiosos por poner sus manos en las flamantes novedades de sus compañías favoritas. Era, para que os hagáis una idea, algo muy parecido a lo que en el E3 era para prensa: stands gigantes, azafatas enseñándote a jugar, música alta, animadores... Suerte que teníamos algunos pases VIP para saltarnos evitar esperas. Las miradas de los asistentes, eso sí, las notábamos en la espalda como hachazos. ¡Que estamos trabajando!

Los alrededores y una de las entradas al recinto de la gamescom.

Por tanto, nuestra conclusión de la organización: o que no entre público —algo que supongo que descartan porque quieren ganar dinerito, y porque está bien que todo el mundo prueba las últimas novedades— o que lo cierren para prensa uno o dos días más. O que las compañías lleven todos los juegos de las zonas para el público a las de prensa. Porque si no eso era un infierno. Y si le sumamos que dormíamos unas 3 horas al día de media (en serio) ya os podéis imaginar qué caras teníamos.

¿Qué más os puedo contar? Pues que la ciudad, realmente, giraba esos días alrededor de la gamescom. En muchos establecimientos había descuentos si eras asistente y no teníamos que pagar por el transporte público. Y os confirmo algo: la fiesta alemana es una pasada. El último día, libres ya de trabajo, fuimos a un local que nos dejó a todos —Pep de AnaitGames, Julio y Jordi, compañeros de desarrolladoras españolas, algún amigo de distribuidoras...— con la boca abierta.

Puedo decir con orgullo que quedé primero en un multijugador con 8 personas a Need for Speed: Shift. Y no, no gané nada.

El año que viene la feria se volverá a celebrar en Colonia a mediados de agosto y, evidentemente, volveréis a vernos ahí.

Y algo importante: aunque vosotros quizás no seáis conscientes de ello... el hecho de mirar la web durante el maremoto de trabajo que teníamos y ver que los artículos se iban llenando de comentarios era algo que nos motivaba muchísimo y nos recargaba de fuerzas. Muchas gracias especialmente a todos los que habéis estado ahí al pie del cañón en los comentarios o en los foros, porque vuestra proactividad es nuestra gasolina.

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