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Little King's Story

El rey de Wii.

La naturaleza del título de Cing, enmarcada dentro de los cánones definidos por videojuegos como Animal Crossing o Harvest Moon, se traduce en un desarrollo jugable cuya linealidad puede desembocar en la monotonía, algo difícil de digerir por los jugadores poco acostumbrados a este tipo de mecánicas. Sin embargo, la emocionante exploración de los entornos genera eventos diferentes si emprendemos arriesgadas salidas nocturnas o largas travesías diurnas que no puedan escapar al abrazo del atardecer. Dichas situaciones elevan el número de enemigos a los que debemos hacer frente, cuya predilección por la oscuridad obedece al típico cliché que se repite en muchos videojuegos. Del mismo modo, si queremos dar caza a un tipo determinado de criatura, es posible que su naturaleza le haga abandonar la guarida únicamente al caer la noche.

Tras un largo día de trabajo, volver a casa para descansar apaciblemente se resume en el fugaz instante que anuncia el nuevo día. Si contamos con varias decenas de horas a nuestras espaldas (y creedme, el juego ofrece muchas), recorrer la inmensa ciudadela a través de sus bulliciosos emplazamientos es todo un placer para la vista. Su cuidado aspecto gráfico es posible que no exprima las capacidades gráficas de Wii. No obstante, el modelado y texturizado de las diferentes edificaciones obedece a un estilo artístico de precioso colorido, aspecto visual desenfadado y encantador carácter caricaturesco. En los numerosos personajes que habitan la ciudadela se mantiene el diseño exagerado de sus proporciones, ofreciendo una graciosa apariencia aunque la perspectiva cenital que utiliza el juego no permita observarlos con detalle. No obstante, podemos mover la cámara de forma libre por medio de la cruceta, teniendo también la posibilidad de realizar un pequeño zoom sin abandonar la vista cenital, excepto en algunos momentos con punto de vista fijo, que nos pueden dar algún que otro problema de visualización.

El cavalgavacas Hauser es nuestro más leal consejero.

Si queremos supervisar el trabajo de los ciudadanos, podremos seguirlos para ver como se comportan en un día cualquiera de su ajetreada vida. Al observar a los leñadores, veremos como se dirigen al bosque, se disponen a talar algunos árboles y, cuando están exhaustos, extienden su alfombra en el suelo para tomarse un merecido descanso. Más tarde, los veremos cargando pesados troncos entre sus brazos, con el objetivo de almacenar leña en los lugares dispuestos para tal fin. Esto solo supone un pequeño ejemplo del dinamismo con el que cuenta el espacio escénico de Little King’s Story, apoyado en un sistema de animación por Keyframes que reivindica la importancia del animador tradicional dentro del sector interactivo. Al adentrarnos en los sencillos menús del juego o al observar las delicadas secuencias de animación que surgen en determinados momentos de la aventura, nos damos cuenta del cuidado puesto por los artistas gráficos para no dejar ningún detalle condenado a la mera improvisación. Porque, aunque dentro del aspecto visual de Little King’s Story tengan cabida tanto los gráficos tridimensionales, que estructuran su apartado interactivo, como los dibujos de trazos torpes y las escenas con un acertado filtro de pintura al óleo, el conjunto denota un carácter sumamente estudiado. De ahí, sin ninguna duda, proviene su éxito visual.

El apartado sonoro del título se mantiene a la altura, gracias al destacable trabajo de Yoko Shimomura. Su labor reside en la creación de una fantástica banda sonora, cuyos pilares fundamentales se sustentan en la adaptación de clásicos atemporales, como La donna e mòvile de Giuseppe Verdi o el Bolero de Ravel, dentro de un conjunto sonoro donde tienen cabida también las composiciones originales. El resultado confiere una ambientación de lujo para un título que brilla por igual en cada uno de sus apartados. Los efectos sonoros, muy efectivos para la recreación del ambiente general del título, se vuelven tremendamente simpáticos al interpretar las ininteligibles voces de los personajes. Lástima que las excesivas licencias tomadas en la traducción del título, con la proliferación de términos que recurren una y otra vez al caduco humor de Chiquito de la Calzada, enturbie una labor marcada por la elaboración de unos textos divertidos a la par que ingeniosos.

Little King's Story está repleto de momentos cargados de humor pero también toca temas más serios y profundos de los que podríamos imaginar.

Es muy difícil encontrar un videojuego con unos valores generales tan bien compensados, más aún cuando se trata de un título fraguado con la sabia mezcla de varios géneros. El divertido desarrollo que ofrece, su impecable acabado artístico y el ajustado nivel de dificultad, hacen tremendamente sencillo elaborar una valoración del título basada en razonamientos objetivos. Porque Little King’s Story, a pesar de contar con algunos fallos superficiales que no enturbian el contenido final, es un juego que bien merece un sobresaliente.

9 / 10

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