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Análisis de Los Sims 3: Movida en la Facultad

OLA K ASE.

No cuesta mucho darse cuenta de que la universidad no es aquel lugar idílico y granuja que tantas veces hemos visto retratado en el cine y las series de televisión norteamericanas. Al menos aquí, y seguramente pasará en la mayoría de sitios, es otra cosa muy diferente, no sé si mejor o peor -aunque me decantaría por lo primero- pero sí que nada parecido a todo ese imaginario catódico forjado a base de los Salvados por la Campana, Parker Lewis y American Pie de mi época -no, no pertenezco a la generación de Porky's y Los Albóndigas en Remojo. Es por todo eso, por todas esas falsas expectativas acumuladas a lo largo de tantas estúpidas comedias adolescentes, que este Movida en la Facultad me resulta tan familiar como apropiado para un juego como Los Sims 3.

Esta novena expansión para el popular simulador social de Maxis recrea todo ese mundo universitario de cartón piedra que tantas veces soñamos, y lo mejor de todo, nos lo pone completamente a nuestro alcance: desde que conocemos a nuestros compañeros de habitación hasta la fiesta de graduación, y todo ello sin olvidar el tedioso estudio para los exámenes finales y las fiestas más locas -aunque sin llegar al nivel de Spring Breakers y sus numeritos a lo Britney Spears con pianos rosas.

Nada más empezar (es obligatorio tener el Sims 3 original instalado) recibimos en nuestra casa la visita de un chico disfrazado de llama que a golpe de regalarnos una camiseta y una banderola de su hermandad ya nos empieza a imbuir del espíritu "OLA K ASE" del que hace gala esta nueva expansión - de hecho, el juego está repleto a referencias actuales, memes de Internet y gatitos de Youtube, en gran parte gracias al nuevo smartphone que lleva ahora nuestro sim. Pero por supuesto, la mascota universitaria también es la responsable de entregarnos una prueba de aptitud con la que podemos matricularnos en la universidad - y si nuestro sim tiene un buen nivel de habilidades y progreso profesional incluso podemos conseguir una beca y el consecuente descuento. Hecho esto, después de ser admitidos llega el momento de, maleta en mano, trasladarnos al nuevo sub-barrio donde tiene lugar la totalidad de esta expansión: un campus universtario cuyas facultades están inspiradas en las universidades de Cambridge, Oxford y Harvard; y cuyas residencias estudiantiles y resto de instalaciones parecen sacadas de la comedia de género más tronada.

El hecho de que todas las actividades que llevemos a cabo en este Movida en la Facultad se limiten a esta nueva área en forma de gran campus universitario es algo que logra ampliar el mundo de la franquicia, y que dota de mucho sentido a la expansión, pero al mismo tiempo es extraño que al trasladarnos a este sub-barrio todo lo que sucede en el resto de la ciudad -incluido lo que hace el resto de nuestra familia que se ha quedado en casa- quede paralizado en el tiempo. Al volver del paréntesis de estos simestres universitarios seguramente nuestros personajes habrán cambiado (quién sabe si con nuevas bonificaciones profesionales o uno de los nuevos trabajos), pero el mundo en el que vivían seguirá siendo el mismo, algo que podría haberse solucionado mejor.

"A pesar de que 'Movida en la Facultad' no incluya muchas nuevas mecánicas sí que viene cargado de un montón de nuevas actividades. Este es el gran aliciente de esta expansión."

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Paralelamente, es muy positivo lo mucho que aporta esta expansión a la hora de llenar el hueco de la etapa adolescente de nuestros sims. De hecho, además de jovenes, también podemos matricular a nuestros sims adultos y ancianos (veo mucho juego en esta última posibilidad), pero parece que principalmente ha sido pensada para dotar a los sims jovencitos de ese "período de formación y locurote" que tan bien han resumido en el análisis nuestros compañeros de AnaitGames.

A pesar de que Movida en la Facultad no incluya muchas nuevas mecánicas, sí que viene cargado de mucho nuevas actividades, además de los accesorios de rigor. Este es el gran aliciente de esta expansión con la que podrás pelearte con tus compañeros de hermandad por tener la mejor cama de la residencia o porque acaparan el cuarto de baño, jugar borracho al beer pong (aún recuerdo lo mucho que jugamos a esto cuando Xavi y un servidor estuvimos viviendo unos días en una hermandad de Los Angeles para ahorrarnos unos eurillos en nuestro primer E3...), lidiar con los horarios de clase para llegar a todo, enrolarnos en alguno de los grupos sociales (rebeldes, deportistas y empollones) y cómo no, lo más importante, tirarle los tejos a todo lo que se menee.

7 / 10

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