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Call of Duty: Black Ops

Golpe en la mesa de Treyarch.

Desenfundemos el arma, en todo caso, que toca hablar de los tiroteos. Son la mayor parte del juego, y cumplen con creces. La inteligencia artificial de los enemigos está muy bien, especialmente cuando elegimos la dificultad alta, y es capaz de lograr algo poco común: que sientas que si mueres es culpa tuya y no del juego. A pesar de algunos checkpoints muy desafortunados y alguna escena un poco liosa, como la de los barriles, nos lo hemos pasado en grande en un montón de escenarios variados y situaciones suficientemente frescas.

Afirmo, pues, que la campaña ofrece lo que se espera de ella. No sorprende, no deslumbra, pero está muy lejos de decepcionar a los aficionados a los títulos de acción.

Donde sí que se han lucido ha sido en el corazón de Call of Duty, en el multijugador. Han sido relativamente valientes, los de Treyarch, y les ha salido bien. La gran novedad son los puntos COD, que ganas completando desafíos, ganando combates y, en definitiva, matando como un loco.

Aunque las armas sí que se desbloquean al subir de nivel, para poder utilizarlas debes comprarlas con esos puntos. Si quieres añadirle accesorios, utilizar ventajas, tener nuevas rachas de bajas, modificar tu emblema, ampliar tu equipo... debes pasar por caja. Eso hace que tengas que pensar bien con qué vas a jugar, ya que si inviertes una fortuna en un rifle con punto rojo y silenciador y luego desbloqueas uno mejor, tendrás que volver a invertir tu dinero virtual en esa nueva arma y en sus accesorios –aunque sean los mismos, hay que comprarlos de nuevo para cada arma-.

Las misiones con vehículos son atractivas y divertidas.

Lo único criticable en las armas, por cierto, es que haya algunas que sean objetivamente mejor que otras en su misma categoría. Me parece absurdo que una sea exactamente igual que otra pero con algunos puntos por encima en varias categorías (puntería, cadencia de disparo...). Esas peores pasan a ser, directamente, inútiles, sin sentido.

Por lo demás, es delicioso cómo las han trabajado. Los nuevos accesorios, como el lanzallamas –aunque hay bastante más- funcionan profundamente bien. También hay que hacer mención especial al equipo, que añade granadas de gas Nova, desorientadoras, cámaras que permiten ver qué pasa en algún punto, inhibidores de radar, ballestas, cuchillos que se disparan, tomahawks... el paraíso del geek militar. Decenas de gadgets con los que trastear y ajustar nuestro estilo, combinar con las ventajas y crear una personalidad online única.