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La rebelión en los videojuegos

Jugando a luchar contra el sistema.

Los videojuegos, como cualquier otra forma de arte, reflejan las inquietudes y las emociones de la naturaleza humana; como los libros, las películas, las composiciones musicales, las esculturas, las danzas, los cómics, las pinturas y las obras arquitectónicas, adquieren su sentido en la expresión de las emociones e ideas del creador y en la visión sensible del espectador. Por ello, no es de extrañar que un tema tan humano como la rebelión, la presencia de resistencia frente a una situación injusta, sea tan ubicuo en el mundo videojueguil.

Son muchos los títulos que han basado su narrativa en historias sobre opresores y oprimidos, sobre pobres que se levantan contra el sistema cruel que los oprime para reclamar con la fuerza de la justicia aquello que injustamente jamás tuvieron: libertad, igualdad, dignidad.

En este breve artículo intentaré hacer un repaso a algunos de los juegos que mejor han reflejado este espíritu de lucha frente a la opresión; hay que aclarar, no obstante, que este carácter subversivo no debe buscarse en la propia naturaleza de los títulos porque, al tratarse de obras dentro de una industria sujeta a las leyes del mercado, también ha sido concebidos productos de consumo masivo que buscan los resultados financieros y no una reivindicación moral: esta rebeldía se halla en su trama y en las historias que intentan contarnos y no tanto en su propia naturaleza.

Dicho esto, el primer título que se me viene a la cabeza cuando pienso en la rebelión es Beyond Good & Evil. Publicado sin pena ni gloria hace ya varios años, este juego de Ubisoft presentaba la historia de la reportera Jade en su lucha contra el gobierno opresor y tirano de Hyllis, su planeta. Con la información y un contundente bastonaco como únicas armas, Jade se rebelaba contra el sistema, y no voy a contar más de la trama porque merece ser desgranada jugando al título. Baste decir que es un juego variado, entretenido, épico y, lo mejor de todo, de los pocos que puede decir con orgullo en este mundillo tan machista que no es sexista. Jade es mujer y protagonista, es independiente y no está sexualizada. Así sí se hacen juegos.

Otro de los grandes representantes de la rebelión en el mundo gamer es, sin duda, Oddworld: Abe's Oddysee. Un clásico que nos presentaba la historia del pobre Abe, que tenía que escapar del régimen asesino que esclavizaba a su pueblo a base de avanzar en 2D resolviendo puzles. Quizá una de las metáforas menos ininteligibles de la sociedad del consumismo y la naturaleza criminal de las grandes corporaciones, la lucha de este Mudokon contra sus explotadores es todo un canto a la insumisión frente al destino. Y encima con la boca cosida. Porque la metáfora ya era sutil antes, ¿sabéis?

En una línea distinta se mueve la saga Portal. Aunque pueda parecer extraña su inclusión en este artículo sobre la rebelión, una mínima reflexión sobre la trama de los dos juegos nos hace darnos cuenta de que GLaDOS no es más que un sistema tiránico y cruel que no puede tolerar la imprevisibilidad y el libre albedrío de Chell, que lucha por su supervivencia; podría decirse que la poderosa IA asume la figura de Dios y la protagonista la de Lucifer, (aunque, obviamente, teniendo este enfrentamiento muy distintas consecuencias a las de la historia original), negándose a aceptar el destino impuesto por un déspota grandilocuente y megalómano (no es casualidad que la figura de Lucifer fuera entendida entre los románticos como un símbolo de rebelión y lucha contra la opresión). ¿Quién hubiera dicho que la saga Portal podía relacionarse con El Paraíso Perdido de Milton? Para que luego digan que la juventud ya no lee.

Si un juego encarna lo que es la lucha de la clase obrera contra la burguesía y los poderosos ese es Red Faction: Guerrilla. Encarnando al líder de la revolución minera en Marte, Alec Mason, quien juegue al título se encontrará con puños en alto, picos y martillos que bien pudieran ser hoces y martillos, destrucción en pos del fin del régimen capitalista y cruel, un canto a la libertad de la clase proletaria y, en definitiva, una trama con una base ideológica que hubiera hecho que Marx llorara lagrimones del tamaño de El Capital. Y eso son lagrimones muy gordos.

Por último, hablaré de otro título que ya es un clásico contemporáneo y que en su momento revolucionó el género de la primera persona: Mirror's Edge. Su combinación de parkour, lucha en primera persona, estética hospital-futurista y trama sobre la revolución contra un sistema despótico lo ha convertido en un juego referente y único. Por sí sola habla la expectación que generó el anuncio de su secuela (personalmente, uno de los pocos motivos por los que me da pena no cambiar de generación, junto a los nuevos juegos de From Software y Rocksteady, y que esperemos esté presente en este E3 que se aproxima). Los paralelismos entre Mirror's Edge y 1984 son muchos y obvios, y el enfrentamiento entre la libertad de la runner Faith y el rígido corsé ortopédico del sistema vigilante (como dirían en Watchmen: '¿Quis custodes ipsos custodes?', '¿Quién vigilará a los vigilantes?') forma ya parte de la leyenda del videojuego.

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