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Castlevania: Lords of Shadow

El primer buen Castlevania en 3D.

Así como en, digamos, televisión las versiones españolas de series internacionales son recibidas con terribles predicciones de fracasos infinitos y subproducciones lamentables, los videojuegos tienen una cierta internacionalidad que hace que cuando nos enteramos hace tiempo de que eran Mercury Steam, modernos pero españoles, los que se iban a encargar del nuevo Castlevania no nos echáramos las manos al a cabeza, sino que había curiosidad por ver qué iba a hacer el estudio de Enric Álvarez con una serie tan firmemente asentada en el cerebro de todos los jugadores.

Aunque al principio era escéptico, reconozco que Castlevania: Lords of Shadow me ha llamado la atención más y mejor de lo que me esperaba. Merece la pena dejar de lado nostalgias y ser flexibles con lo que podemos esperar de un Castlevania: si ser fieles con la serie es ser exactamente igual que las versiones en 2D, es posible que este Lords of Shadow decepcione, porque es imposible hacer un juego radicalmente igual sin que sea un desastre. Metroid Prime demostró que se podía pasar a las 3D un juego de este tipo (lo pongo como ejemplo por motivos obvios) sin perder la esencia, con todos los cambios que ello conllevó. La serie Castlevania, sin embargo, pedía un poco de God of War, y en esta nueva entrega es justo lo que encontramos.

A la hora de manejar a Gabriel Belmont se nota que es un protagonista «más macho», como nos dijeron en Mercury Steam cuando fuimos a probar el juego. Efectivamente, lejos de la androginia pixelada que caracteriza a la serie, Gabriel es un tipo contundente que golpea consecuentemente, que se mueve menos como un peso pluma que como un Kratos dispuesto a romper cráneos. Empieza el juego cuando Gabriel llega en su caballo a un pueblo: el asunto se lía cuando unos licántropos vienen a atacarnos, y ya en esta primera fase está resumido el planteamiento del juego. Una lucha contra unos cuantos enemigos de rango bajo, un encuentro muy, muy potente contra el mid-boss de turno (en este caso un lobo bastante terrorífico) y una misión opcional que se presenta como una de las apuestas por la rejugabilidad que Mercury Steam ha añadido en el juego. Cabe elogiar la variedad de estas misiones; por ejemplo, en este caso la misión es eliminar al jefe con al menos un superviviente de la población civil, y en ningún caso, según apuntó Enric Álvarez, director del juego, son misiones genéricas, sino que tienen una relación directa con la misión en la que se encuentran.

Las partes de exploración, salpicadas con una buena ración de enemigos y de plataformas, son la parte que quizá más pueda chirriar a los fanáticos de la serie. Y si les chirría será más por nostalgia cerrada que por otra cosa, porque son una muy buena traslación de la mecánica clásica de la serie a las tres dimensiones. La variedad de entornos ha sido bastante ampliada, y no se cierra al castillo y alrededores: podremos explorar bastantes sitios más, y volver sobre nuestros pasos para encontrar cosas cuyo acceso, de primeras, nos está limitado. Las partes plataformeras recogen el testigo de Uncharted y familia, y parecen bastante divertidas aunque no tuvimos la oportunidad de ver mucha cosa al respecto; desde el estudio nos aseguran, sin embargo, que nos sorprenderán en este aspecto.

Los puzzles sorprenden por las pocas concesiones que tienen con el jugador. El primer puzzle del juego, el único que pudimos jugar, si bien no nos resultó desproporcionadamente difícil sí que activó nuestros cerebros de una forma que pocos juegos hacen últimamente. Incluso en aquellos puzzles que requieren más habilidad que otra cosa se nota que no han puesto las cosas insultantemente fáciles: Enric tuvo un par de problemillas para superar un puzzle en la partida que enseñó a la prensa, con él mismo a los mandos. En definitiva, parece que en este aspecto Castlevania: Lords of Shadow no es un juego que se conforme con poco, y los puzzles definitivamente no parecen puestos ahí por ningún motivo, sino que se nota el mimo que Mercury Steam ha puesto en diseñar unos retos que sean satisfactorios para el jugador.

Y aquí llegamos al punto en el que nos ponemos tiernos; Castlevania: Lords of Shadow es uno de los juegos más esperados de este año por varias cosas: 1) porque parece el primer Castlevania en 3D que está hecho con cariño, con mimo. Si hay algo que no se les puede echar en cara a Mercury Steam (no hay muchas cosas que echarles en cara, en realidad), ese algo es que no mimen sus juegos. Se nota que en cada rincón de Lords of Shadow hay sudor, hay pensamiento, hay cálculo, hay amor; se nota que saben lo que hacen, y eso se traslada al resultado final del juego; 2) porque parece el primer Castlevania que ha sabido dar el salto a la tercera dimensión sin ser un pequeño desastre, y de hecho nos da la impresión de que en Mercury Steam han conseguido el equivalente tridimensional casi perfecto de la jugabilidad clásica de la serie; 3) porque, y siendo un poquito chovinistas para terminar, es necesario y muy positivo que estudios españoles se encarguen de sagas reconocidas a nivel mundial, y es necesario y muy positivo que lo hagan bien para que la industria nacional suba otro escalón. Y Mercury Steam están yendo por el buen camino con este Castlevania: Lords of Shadow, enésima confirmación de que el estudio tiene talento para mirar a los ojos a otros internacionales sin despeinarse.

Está previsto que Castlevania: Lords of Shadow llegue a las tiendas el próximo mes de octubre para PS3 y Xbox 360.

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Castlevania: Lords of Shadow

PS3, Xbox 360, PC

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Víctor Manuel Martínez

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Hardcore lover y periodista especializado en videojuegos que además de colaborar con Eurogamer es redactor jefe en AnaitGames. Puedes seguirlo en Twitter: @chiconuclear
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