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Top Spin 4

Juego, set y partido para 2K Sports.

FIFA o Pro en el deporte rey, NBA 2K o NBA Live en baloncesto e incluso FIFA Manager y Football Manager en los mánagers de fútbol. Parece que los videojuegos deportivos tienden a esa extraña dualidad competitiva, como si de un partido real se tratase. El tenis tampoco es ajeno a esta tendencia: durante las últimas dos generaciones la discusión se ha limitado a dos sagas, Virtua Tennis y Top Spin (no contamos con el Grand Slam Tennis de EA, experimento a todas luces fallido), que apostaban por un enfoque más arcade o de simulador respectivamente. Ambas, además, comparten un curioso nexo común: las dos empezaron muy bien con la primera entrega y se han ido desinflando hasta defraudar seriamente con la tercera.

Y ahora, ambas vuelven a Xbox 360 y PlayStation 3. Todavía faltan unas semanas para que llegue Virtua Tennis 4, pero de momento podemos afirmar sin tapujos que Top Spin 4 es el nuevo rey a batir. La receta del éxito, además, es bien sencilla: 2K Czech sustituye en las labores de desarrollo a PAM Development y básicamente arregla punto por punto todo lo que fallaba en la anterior entrega. Ni más ni menos.

Uno de esos problemas era la curva de dificultad, debido a que no se indicaba bien al jugador cómo debía jugar y el control era cualquier cosa menos intuitivo. Aquí empiezan a solucionarlo en un primer momento con la Academía Top Spin, un magnífico tutorial en el que se nos explica paso a paso y con prácticas todos los fundamentos básicos, para luego dar clases avanzadas en las que aprender a hacer los golpes más complicados y precisos. No se hace para nada pesado, y es una introducción fantástica a todas las posibilidades que ofrece el juego.

El U.S. Open es una de las muchísimas licencias presentes en el juego. Falta, eso sí, el gran clásico: Wimbledon.

Pero de nada habría servido introducir bien al jugador si después el control no está a la altura. Ahí es donde el juego de 2K ha mejorado brutalmente con respecto a la tercera entrega: sigue siendo exigente, realista y profundo, pero se le ha dotado de sistemas de ayuda e indicadores visuales (que puedes desactivar) para hacerlo accesible a todo tipo de jugador, incluso a aquellos que nunca antes han probado un simulador de este deporte. También resulta tremendamente intuitivo que con cuatro botones se den los diferentes tipos de golpe (cortado, plano, liftado y globo) y que añadiendo la pulsación de un gatillo puedas hacer voleas o dejadas.

La base, en todo caso, sigue siendo la misma que en el deporte real: en Top Spin la colocación y sobretodo el timing al golpear con la raqueta lo son todo. El ritmo de los partidos es perfecto (lo acabas imponiendo tú, de hecho), pero lo importante es que todo ocurre tal y como debería ocurrir. Por ejemplo, un factor que tiene una importancia vital su desarrollo es el cansancio, porque si hay algo que no puedes hacer en una pista de tenis es correr de un lado a otro como un pollo sin cabeza (sí, Virtua Tennis, te estoy mirando a ti). Aquí una pequeña barra nos muestra el estado de forma del jugador, y a medida que baje sus movimientos serán más pesados, le costará más llegar a la pelota y sus golpes perderán precisión. Igualito que en la vida real.

Ese comportamiento realista se traslada a los diferentes tipos de pista (hierba, cemento, tierra batida y sintética), donde veremos claramente como la velocidad o el bote de la pelota varían, obligándonos a adaptar nuestro estilo de juego en consecuencia. En realidad suena más complicado de lo que es en realidad, porque todos estos matices fluyen con una naturalidad pasmosa. Sobre la dificultad, un apunte muy importante: a no ser que se os de rematadamente mal, intentad jugar siempre a partir de modo Difícil. Tanto en Fácil como en Normal los rivales oponen poquísima resistencia y el juego puede dar una imagen engañosa. A partir de Difícil la cosa cambia: la IA se adapta progresivamente a nuestro juego, emplea tácticas más elaboradas y, en definitiva, las cosas se ponen muchísimo más interesante.

"¿Estás de coña? ¡La pelota estaba dentro!"
- John McEnroe

Top Spin 4 cuenta no solo con la licencia de bastantes torneos importantes de la ATP (Grand Slams como Roland Garros o el US Open y los Masters de Madrid e Indian Wells, entre otros, aunque decepciona la ausencia de un mito como Wimbledon) sino también de 25 tenistas, desde estrellas actuales como Nadal, Federer o Roddick hasta leyendas del calibre de Agassi, Jim Courier o el gran Pete Sampras. El grado de realismo en sus animaciones y modelados (aunque algunas caras fallen ligeramente) es extremo, hasta el punto de poder identificarlos simplemente por su comportamiento o la forma de moverse. Esa atención por el detalle también se extiende a su propio estilo de juego: Nadal o Djokovic, igual que en la vida real, suelen optar por el juego desde el fondo de la pista desgastando a su contrario a base de golpes fuertes, mientras que otros como Federer tienen un estilo más ofensivo y directo, subiendo a la red más a menudo y apurando con mimo la colocación de sus tiros.

Aún con la presencia del modo Exhibición, Rey de la Pista (que no es más que un pequeño torneo con reglas propias) y la ya mencionada Academia Top Spin, la verdadera chicha está en el completísimo modo carrera. En él empezamos creando nuestro propio tenista a través de un completo editor, y de ahí paso a paso hacia la gloria. Pero el camino es largo: con un equilibrado sistema de puntos de experiencia nuestro tenista va subiendo niveles hasta llegar al máximo de 20, según vaya participando o ganando torneos de mayor o menor importancia. Con cada subida de nivel podemos mejorar diferentes parámetros, pero es curioso (a la par que más realista) que no se pueda hacer individualmente y en vez de eso potenciemos tres tipos de juego diferentes: saque y volea (100% Sampras, vamos), juego de fondo ofensivo (a lo Agassi) o juego de fondo defensivo (tipo el mítico Michael Chang). Con este método podemos adaptar las características a nuestra forma de jugar, aunque lo más recomendable es potenciar los tres de forma equilibrada y dar una pequeña prioridad a una de las tres modalidades (en mi caso, dando un mayor peso al juego ofensivo desde el fondo de la pista).