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2009 en clave indie

Segunda parte: Tendencias.

El cuarto poder, independiente

Gran parte de la “culpa” de la difusión que han tenido los juegos independientes últimamente es de el ascenso de los blogs, que no tienen una vinculación tan fuerte con las distribuidoras. Si tuviera que destacar a un único periodista por la labor realizada el último año, ese sería Anthony Burch, de Destructoid, al que quizás conozcáis por sus vídeos “Hey Ash Watcha Playing”.

Anthony Burch tras probar Legendary.

Especialmente didáctica es su sección Rev Rant, vídeos en los que comenta (con muchos spoilers, pero avisa en el texto que le acompaña) aspectos de la narrativa y la jugabilidad de juegos que acaba de probar, así como polémicas recientes, que incluso quien no está de acuerdo con sus opiniones debería ver si quiere aprender algo de este medio. De hecho ha fusilado alguno de los juegos que he alabado en este artículo, y ha alabado algunos que no me gustan lo más mínimo. Como todo, es cuestión de formarse una opinión a partir de diversas visiones. Para muestra, varios botones. Sin embargo, tened en cuenta que su trabajo en el blog no está dedicado únicamente al indie, así que si queréis conocer toda la actualidad hay sitios más especializados como Indie Games (que incluye una guía para novatos en la materia) y The Independent Gaming Source.

Un ciclo acaba, uno nuevo comienza

La primera década del siglo XXI agoniza mientras escribo este artículo. Por nuestras pantallas han pasado ICO, Half Life 2 o Braid. En estos años hemos visto cómo el videojuego ha pasado de ser considerado un simple juego de niños a cultura... quién sabe cuanto tendremos que esperar para que sea considerado arte. El caso es que los videojuegos independientes ya no son cartuchos creados en un sótano para distribuir entre unos pocos amigos; son una parte más de una industria que crece vigorosamente.

Los llamados artgames ya no son sólo juegos flash de cinco minutos: conviven entre los superventas de las plataformas de distribución digital junto a juegos con presupuestos de millones de dólares. Ya hemos visto como Braid o flOwer acaparaban las descargas de Xbox Live y PSN, respectivamente. Incluso la prensa más reticente del sector (la escrita sobre todo) al formato digital no puede sino reconocer que estos juegos están aquí para quedarse.

Si este reloj representa la última década, ya podéis ver que es lo que conservamos de ella.

No me gusta hacer de adivino, pero creo que con el fin de esta década nos aproximamos a un período de transición. Para bien o para mal, todos tenemos claro que el formato físico comienza a decaer en favor de la descarga digital, y en unos años (quizá dentro de un par de generaciones, quizá en tres) podríamos encontrarnos con que un GTA y lo nuevo de Amanita Design parten en igualdad de condiciones en temas de distribución. Pero esto no es más que pura especulación, y al final serán los gustos de los usuarios los que configuren el panorama futuro.

Con este párrafo, este artículo llega a su fin, pero para vosotros debe ser un comienzo. Habréis comprobado que este artículo está cargado de links, y es que mi intención no era hacer una simple retrospectiva, sino enseñaros dónde se cuece el futuro de la industria, animaros a que seáis despiertos y que no cejéis en vuestro empeño de encontrar al próximo Jonathan Blow antes que nadie. No pretendo sentar cátedra, sólo fomentar vuestras ganas de continuar vuestra búsqueda de material indie. Solo leyendo este artículo no hubieseis llegado a joyas como, por ejemplo, Captain Forever. Como me dijo un profesor en la universidad: “ Si no investigáis por vuestra cuenta, solo alcanzaréis a ser lo que vuestro profesor quiere que seáis, y quedaréis a merced de sus límites”.

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