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Tatsunoko Vs. Capcom

Ryu contra... ¿Hakushon Daimaō?

Épica en un semisótano

Y al final hubo un torneo. Vine preparado con mis ropas más proletarias para mezclarme entre la marabunta de sobaquillos que aún no han adquirido la costumbre de enmascarar sus olores con perfumes artificiales, pero ser previsor vale de poco en esta realidad de eventos incognoscibles. Como no tengo los derechos, a partir de ahora me referiré a ello como el individuo ¡26!

Sonrisas falsas, parkinson descontrolado en chavales sin estrenar en su mayoría y el ‘pero si yo no he jugado nunca a esto’ coreado como himno. Entre medias, una cierta diversidad intergeneracional de periféricos de tortura diseñado por nintenderos para nintenderos. Primer minijuego: Sostén el wiimando mientras juegas a dos manos con el control clásico que le cuelga. Pese a la evidente ventaja femenina en este desafío, ninguna chica llegó especialmente lejos.

Después todos se pillaron a Ryu y a otro de Capcom más.

Y llegó la cámara lenta.

Muchos pensamientos se atropellan en tu cabeza cuando lanzas mecánicamente un hadouken. Es como hacer pis, sabes hacerlo desde el primer momento en el que naciste y acabas haciendo cosas como jugar con el chorrito, por puro aburrimiento. Pero si acaso, uno ejercía de matón y asomaba su cabeza sobre el resto. ¿Y si la palmo aquí?

Dicen que el del oído es el último sentido en abandonarte. ¿Qué cruel final sería aquél en el que el último accidente de lo sensible en mi psique fuera aquello con lo que ¡26! se comunica?

Ya tenía la motivación, un deber, un objetivo. Debía sobrevivir por algo superior a mí y a mis compañeros. Que la eventualidad de una muerte tuviera la oportunidad de ser digna.

Y así fui el azote de rivales más duchos en los controles y con más profundos conocimientos de los comandos de los que podía tener. No contaba con su técnica ni con sus trucos, sólo con la voluntad de prevalecer donde los demás habían abandonado. Porque tenían cosas mejores que hacer o hasta porque estaban en horas de curro.

Pero ¡26! conectó su propio mando, traído expresamente desde su celda, con su grasita acumulada durante años de preparación para este momento, por última vez en semifinales. Hubo otro caballero que se deshizo de él antes de que mi decisión pudiera alcanzarle. Allí se iba mi gloria, mi propósito. ¿Qué es el alivio de librarte de un enemigo contra la desazón de no haberlo podido aniquilar con tus propias manos? ¿Es que acaso no hubiera habido también alivio al lavármelas después?

Y como ya no tenía ilusión, pues palmé en la final.

Eso sí, me quitaron todo eso pero me quedé con la figura de Cammy del que no perdió en la final. Usada y tal, pero así son los tiempos que corren. La monogamia no está de moda.

Vamos, que el juego de la productora de Chicho terremoto, pero sin Chicho terremoto, contra Capcom va de lujo para las pachanguitas y no decepcionará a nadie. Saldrá completamente en inglés, pero a un precio reducido de 39,90 €. Los que lo pilléis estad atentos al torneo oficial que Koch Media piensa organizar a principios de año, en el que coronarán al campeón de España.¿Quién sabe si no os encontraréis a ¡26! en el torneo que prepara Koch Media?

Tatsunoko vs Capcom Ultimate All-Stars saldrá para Wii el próximo 29 de enero.

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