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Shin Megami Tensei: Persona 4

TV Killed the High-School Star.

Mientras que los ataques físicos los realizarán nuestros personajes (incluso tenemos un modo llamado “Rush” donde se dedicarán a atacar continuamente hasta que los paremos) las magias serán territorio para los Persona. Cada personaje tiene el suyo propio -aunque alguno cambie a lo largo del juego-, excepto el protagonista que puede llevar unos cuantos, un elemento importante con el que jugar en las peleas.

Gracias al misterioso Igor, un misterioso personajillo que habita en una limusina a la que se entra desde una especie de puertas espirituales, podremos combinar entre sí diferentes Persona, que subirán o bajarán de nivel dependiendo de las fusiones, y ganarán habilidades por el camino. No es aconsejable salir con un solo Persona en nuestro haber, ya que lo normal es que cada uno no tenga más de uno o dos elementos diferentes para atacar, y como hemos visto arriba es necesario tener un poco de cada. Los Persona se dividen en clases que se pueden potenciar mediante Social Links (lo explicaremos dentro un par de párrafos).

I'll face myself

Las mazmorras son, probablemente, el punto más flojo del juego. Los que hayáis jugado al Dark Chronicle tendréis una idea aproximada: subir constantemente pisos con estructura aleatoria hasta llegar al jefe final. Pero donde éste primero fallaba, que era volverse realmente monótono y hasta asquear al final, Persona 4 ofrece un sistema de batalla que logra captar la atención del jugador y, sobre todo, poca linealidad al tener muchas tareas importantes que realizar si no nos apetece luchar, especialmente socializarnos.

Una de las características más curiosas del título es que las relaciones con ciertos personajes influirán en las batallas. Como ya hemos dicho, los Persona pertenecen a diferentes categorías. Pues bien, cada una de estas categorías se representa a través del vínculo con una persona. El juego nos da la libertad de pasar la tarde afianzando una amistad -o algo más, si se da el caso- en lugar de luchar, afectando positivamente tanto a nuestros Persona como a las fusiones entre éstos. Con cada amistad tendremos una historia propia que se desarrollará en 10 etapas hasta que le ayudamos a conseguir un objetivo, formando una especie de mini-arcos argumentales que suponen un descanso de la historia principal y, sobre todo, una forma de desarrollar un cierto cariño hacia estos secundarios, ya que nosotros nos encargamos de seguir a los que mejor nos caigan.

La libertad no será solo para decidir entre luchar o hacer amigos. Si bien las mañanas se tienen que dedicar al colegio -preparad vuestra cultura general si no queréis dejaros en ridículo a vosotros y vuestros compañeros- la tarde es libre. Podemos dar clases de música, estudiar en la biblioteca, trabajar para conseguir un sobresueldo, tomar algo en un restaurante, etc. Elijamos lo que elijamos, subiremos uno de los atributos principales, así que no es algo baladí precisamente. No solo ayudan a mejorar al personaje, sino a darle una personalidad definida muy alejada del avatar genérico que recibiremos al principio.

It's show time!

Siendo este un título tan “japonés”, por decirlo de alguna manera, no es extraño que los personajes representen en muchos casos los estereotipos, maneras de vestir y de pensar de los jóvenes del país del sol naciente. Y desde luego también en la forma de obrar. Durante las dos primeras horas apenas jugaremos unos diez minutos, asistiendo a eternos diálogos que servirán de introducción.