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Avance de Reservoir Dogs: Bloody Days

"Alguien nos la ha jugado".

El brillante debut de Quentin Tarantino en 1992, Reservoir Dogs, no es precisamente lo primero que te vendría a la cabeza si piensas en adaptar una película a un videojuego. La historia de un atraco que sale terriblemente mal es un espléndido relato de intriga en el que un grupo de matones intenta averiguar quién es el traidor entre sus filas. Ambientado prácticamente en un único escenario, Reservoir Dogs es ese tipo de película que basa su encanto en los diálogos. Hay violencia, sí, pero nada que se parezca remotamente a una secuencia de acción tradicional. Nada que se pueda trasladar fácilmente a un videojuego.

Pero eso no ha frenado al estudio barcelonés Big Star Games (cuyo único crédito anterior es Fist of Jesus: The Bloody Gospel of Judas, el spin-off de un cortometraje) a la hora de intentar hacer un videojuego a partir de Reservoir Dogs. No sorprende, claro, que sobre el papel no tenga mucho sentido.

En Reservoir Dogs: Bloody Days, un juego de acción con perspectiva cenital, te pones en la piel de los Dogs en una serie de atracos que preceden al de la joyería, el cual daba pie a lo narrado en la película. Olvidemos, por lo tanto, el pequeño detalle de que en la ópera prima de Tarantino el grupo utilizaba nombres de colores para identificarse porque eran extraños que se acababan de conocer antes de realizar el trabajo.

Hablando de los nombres de colores, eso es lo único que el plantel de personajes del juego tiene en común con sus homólogos de la gran pantalla, porque Big Star Games solo tiene los derechos de la licencia Reservoir Dogs, no los del físico de los actores. Es por ello que los Dogs del juego no se parecen en nada a los de la película. Mr. Blonde, por ejemplo, es un tipo rubio con perilla, no es neurótico bien afeitado que interpretó de forma genial Michael Madsen.

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Cuando le pregunté sobre esto en la GDC al CEO de Big Star Games, Liam Patton, me explicó que "desde una perspectiva financiera y de negocio es un obstáculo adicional. Se llaman royalties, a conseguir a un actor de Hollywood. Pero esto es un producto interactivo. Debe ser divertido, juegues con un actor o con Donald el pato".

"Necesita ser divertido. Ese es el objetivo principal", añadía. "Nos hubiese encantado tener el aspecto de los personajes, pero si no es el caso tampoco es un problema. Al final es una decisión de negocio. El gasto extra que deberías hacer respecto a las ventas potenciales que ganarías es algo que analizamos con mucho, mucho cuidado. Y al final dijimos 'no'".

Pero si no puedes conseguir que los personajes tengan el mismo aspecto que en el material original, ¿para qué hacer un juego de Reservoir Dogs? ¿Por qué no hacer una IP totalmente nueva?

"En el estudio todos amamos Reservoir Dogs, y cuando presentamos la idea conocimos a Lionsgate", explica Patton, apuntando a que el estudio de cine dio luz verde a la idea en la primera presentación. Aún así, admite que Bloody Days no es canon.

"Me dijeron que no teníamos los derechos para inventar si la madre del Señor Marrón había sido secuestrada o si había tres tiroteos en vez de uno. Pero el concepto se aprobó porque no estamos inventando historias. Simplemente saltamos a la acción".

"Creemos que es un ángulo fresco en 2017 para una película que se rodó hace 25 años".

Al menos sí hay una mecánica que tiene cierta relación temática con la película, cuando no narrativa. En la película hay muchos flashbacks, volviendo a diferentes escenas durante el atraco y a los días anteriores. Esto inspiró a Big Star a utilizar una mecánica de rebobinado que recuerda a Super Time Force.

En Reservoir Dogs: Bloody Days juegas con dos o tres personajes por misión, cambiando entre ellos. Empiezas como uno, por ejemplo el Señor Rubio, y juegas varios segundos mientras te infiltras en la pantalla. Tras ello rebobinas, y esta vez estás en la piel de otro Dog y puedes mezclarte con los eventos que has causado antes. Si antes al Señor Rubio le pegaron un tiro porque apareció un policía por la derecha, en esta ocasión puedes estar preparado y cargártelo antes de que abra fuego sobre tu compañero.

Es una mecánica interesante que mezcla combate en tiempo real con turnos. Es un poco complicado adaptarte a ello al principio, pero tras veinte minutos con Bloody Days se convierte en algo natural sacrificar a uno de tus hombres para luego rebobinar y lograr así llevar a cabo el atraco perfecto. Reservoir Dogs: Bloody Days promete, en ese sentido, aún cuando los valores de producción son poco inspirados y un poquito toscos.

Puede que Reservoir: Bloody Days tenga tanto que ver con Atrapado en el Tiempo como con Reservoir Dogs, pero aún así tiene algunas ideas interesantes bajo su cuestionable licencia. La conexión con Reservoir Dogs puede estar cogida con los pelos, pero por el rato que he pasado jugando con él diría que al menos el diseño de Bloody Days está por encima de lo habitual en el tipo de sacacuartos que parece ser.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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Jeffrey Matulef

Contributor

Jeffrey Matulef is the best-dressed man in 1984.
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