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Primeras impresiones de Dead Rising 3

El apocalipsis también puede ser divertido.

Los fans de la franquicia pudieron sentir un ligero escalofrío en el espinazo tras la presentación de Dead Rising 3 en el pasado E3. No solo por un framerate inestable que amenazaba con cargarse una experiencia ya de por sí ambiciosa, sino porque también parecía claro que Capcom Vancouver había apostado por un acercamiento más adulto y había dejado atrás parte del sentido del humor que caracterizaba a las anteriores entregas. Y para colmo todo apuntaba a que se habían deshecho de una de las mecánicas que diferenciaba a esta saga del resto de juegos de zombis, de la pieza clave en su diseño: los límites de tiempo. ¿En qué estaban pensando?

Las cosas, por suerte, pintan bastante mejor ahora. El trabajo realizado por Capcom Vancouver es admirable, y es uno de los juegos de Xbox One que mejor aspecto tienen. El tamaño de Los Perdidos, la nueva localización, es tan grande que uno se pregunta si realmente existen ciertos límites en la ambición del equipo, y la variedad de objetos, situaciones y opciones para causar el caos en cada esquina llegan a asombrar incluso a aquellos que estamos acostumbrados a los excentricismos de Frank West y Chuck Greene, las estrellas de las anteriores entregas. Y hay mucho, mucho sentido del humor.

Nick Ramos, el protagonista de Dead Rising 3, es un tipo con recursos. Y también es un poco temerario. Para él conducir una apisonadora armada con lanzallamas para reventar a docenas de zombis o preparar una bomba de destrucción masiva que elimina a cualquier amenaza y le deja en paños menores es el pan de cada día. La demo que pudimos ver a puerta cerrada en la Gamescom empezaba con Ramos corriendo por un callejón por la noche, cuando los zombis son incluso más peligrosos. Tras ataviarnos con un disfraz de toro y asar a unos cuantos muertos vivientes escupiendo fuego -esta vez no solo hay centenares de zombis en pantalla que realmente llegan a intimidar, sino que se ha modelado el interior de cada uno con órganos y todo- recibimos una llamada de uno de los personajes a través de SmartGlass, lo que nos muestra cómo funciona la integración con la tableta.

"El verdadero desafío de Dead Rising 3 será encontrar un equilibrio entre una historia atractiva y sólida y una jugabilidad tan abierta y loca como pretenden."

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Podemos elegir si contestar o no, y podemos devolver la llamada más tarde; el equipo no quiere que la partida se interrumpa en ningún momento, por lo que es algo complemente opcional. Y mejor, porque en Dead Rising 3 podemos encadenar situación tras situación sin casi darnos cuenta, lo que lo convierte en uno de los juegos de mundo abierto más entretenidos y con más contenido que hemos podido ver. Eso, las opciones, es lo que más obsesiona a Capcom Vancouver. Quieren evitar que el jugador se sienta limitado. Esta vez no solo podemos realizar combinaciones con aproximadamente 400 armas, sino que incluso podemos mezclarlas en cualquier lugar y en el orden que queramos. ¿Unir una máscara de Blanka a una batería para electrocutar a zombis a cabezazos? Hecho. ¿Armarnos con cuatro pistolas en cada mano como si fuéramos un Lobezno del viejo oeste? Pan comido. Pero no termina ahí la cosa, y las opciones aumentan exponencialmente ahora que los vehículos también forman parte del arsenal y pueden combinarse para crear armas nuevas. El sistema de progresión se ha creado desde cero, y el jugador puede elegir qué estadísticas quiere mejorar en lugar de dejarse llevar por una subida de nivel automática. Si elegimos la habilidad eléctrica, por ejemplo, podremos crear armas eléctricas con cualquier objeto de ese tipo a pesar de que se nos pida uno en concreto. Eso amplía las opciones de personalización y creación exponencialmente.

Llegados a este punto, había varias cuestiones que no me habían quedado claras y que decidí preguntar al representante de Capcom que, muy amablemente, estaba mostrándonos las novedades de esta tercera entrega. La primera de ellas era la razón por la que habían decidido eliminar los límites de tiempo. ¿No iba eso a ofrecer una experiencia menos desafiante? De nuevo, el tema de las opciones salió a relucir: "No los hemos eliminado," me corrigió Jason Leigh, productor senior del juego. "El jugador podrá seguir disfrutando de los límites de tiempo y del sistema de guardado tradicional en el modo Pesadilla. De hecho, hay un modo intermedio en el que, por ejemplo, al llegar al nivel diez en el modo normal podemos cambiar al otro modo para disfrutar de una experiencia más desafiante." Parece que Capcom ha aprendido bien de sus errores.

El sentido del humor se mantiene intacto en Dead Rising 3. También hay homenajes a las anteriores entregas, como figuritas de Frank West que debemos recoger.

La otra cuestión que me intrigaba era el framerate. Aunque la demostración que pudimos ver había mejorado sensiblemente la estabilidad desde la presentación del E3, seguía presentando algunos problemas. La desarrolladora lo dejó bien claro: "Para aquellos que os estéis preguntando sobre el framerate, podemos aseguraros que estamos trabajando en ello y que en la versión final todo irá a unos 30fps estables."

Todavía existen ciertas lagunas en lo que se refiere a la historia, y falta por ver si a pesar de lo que parece y de lo prometido por el equipo de desarrollo la creación de armas es realmente tan profunda como parece ser, teniendo en cuenta que apunta muy alto. Ese será el verdadero desafío del juego en los próximos meses antes de su lanzamiento: encontrar un equilibrio entre una historia atractiva y sólida y una jugabilidad tan abierta y loca como pretenden. Sería una pena que la enorme diversión que tiene por ofrecer se echara a perder por querer abarcar demasiado.

Dead Rising 3 será un título exclusivo de Xbox One, y estará disponible en el lanzamiento de la consola.

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