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Probamos el Aero 14 de Gigabyte

Pequeño pero matón.

En España a Gigabyte la conocemos, sobre todo, por sus placas base y por sus tarjetas gráficas, productos que gozan de una buena acogida por parte del público de nuestro país gracias a su excelente relación calidad-precio, un poco más equilibrada que la de competidores directos como Asus o MSI. La compañía taiwanesa, sin embargo, ha iniciado recientemente el desembarco en nuestro país de varias gamas de portátiles; los de Gigabyte propiamente, enfocados a un usuario más general y multiusos, y los Aorus, una marca dirigida al mercado gaming.

Probaremos los Aorus más adelante, pero de momento hemos tenido la oportunidad de examinar a fondo el Aero 14 de Gigabyte, un portátil con pantalla de catorce pulgadas y tan solo 1,89 kg. de peso que nos ha dejado un gran sabor de boca. Al ser un portátil multiuso, no enfocado exclusivamente en el sector gaming, su aspecto es relativamente sobrio, y no desentona en un ambiente más profesional. Tiene, eso sí, un lado divertido: aparte del color negro, Gigabyte ofrece opciones en color verde lima y naranja brillante, combinaciones más desenfadadas que, curiosamente, resultan bastante bonitas. Lo más destacable en términos estéticos, en cualquier caso, es la calidad de fabricación: pese a ser muy fino, con un grosor de apenas 19,9 milímetros, es un equipo robusto, sin estridencias, que parece capaz de aguantar el paso del tiempo con garantías.

"Pequeño pero matón" sería una buena forma de describir el Aero 14. Su chasis es reducido, pero en su interior encontramos una CPU Intel Core i7 6700HQ, basada en la arquitectura Skylake y con una velocidad máxima de 3.5GHz, montada en una placa con el chipset H170 Express de la compañía americana. La acompañan 8GB o 16GB de memoria DDR4 a 2133MHz y una configuración con hasta 2 discos SSD M.2, una configuración bastante estándar pero que garantiza rendimiento computacional a prueba de bombas en cualquier tipo de tarea. En el tiempo que estuve probando el equipo hice pruebas con aplicaciones profesionales, como Premiere Pro o After Effects, y su comportamiento fue impecable, con el bonus añadido de la portabilidad y un sistema de refrigeración que mantenía los componentes en rangos térmicos más que razonables.

Al montar una GPU GTX 965M de Nvidia, basada en la arquitectura Maxwell, el rendimiento con juegos es en general bueno, pero con matices. Evidentemente tiene cero problemas en mover con altísimos frame-rates títulos indies o técnicamente sencillos como podría ser el caso League of Legends u Overwatch, pero en juegos más complejos (Fallout 4, Rise of the Tomb Raider, Metro: Last Light) se hace recomendable rebajar el detalle de Ultra a High si queremos acercarnos más a los 60FPS que a los 30FPS. El modelo actual con la GPU GTX 970M ofrece un rendimiento mayor, pero el Aero 14 brillará especialmente cuando se ponga a la venta, en breve, la ya anunciada revisión con la GTX 1060, basada en la arquitectura Pascal y con un rendimiento equiparable al de un equipo de sobremesa sin que se resienta la eficiencia energética.

La sorpresa más agradable en los benchmarks la encontramos al poner a prueba la batería con PowerMark. Dándole caña se obtiene una autonomía de cinco horas, una cifra bastante impresionante para un equipo de este tamaño. Con un uso más normal y equilibrado (navegando por internet, mirando vídeos o escribiendo en aplicaciones de ofimática) el Aero 14 aguanta fácilmente entre ocho y diez horas, números que lo sitúan con bastante ventaja respecto a sus competidores directos.

También me ha gustado bastante la pantalla, de buena calidad y con una correcta representación de los colores. La unidad de pruebas montaba el panel IPS con resolución Full HD 1920x1080, pero también hay una opción con panel QHD y resolución 2560x1440. En ambos casos se trata de pantallas con buenos ángulos de visión y acabado mate, con lo cual se trabaja bien en condiciones de mucha luz y los reflejos no suponen un problema grave. Siendo un ordenador portátil creo que es la opción más adecuada, mejor que el típico panel brillante con colores un poco más vibrantes, pero que pierde visibilidad ante el contacto directo de los rayos del sol. Lo que no me ha acabado de convencer son los altavoces; en general la calidad de sonido es buena, pero le falta algo de pegada al tener unos bajos bastante discretos.

Una de las pocas concesiones que hace de forma específica a los jugadores son varias teclas programables en las que puedes asignar acciones y atajos a los juegos, usando una aplicación muy sencilla e intuitiva. Respecto a la conectividad, el Aero 14 va bien servido: tenemos tres puertos USB 3.0 estándar, un puerto USB 3.1 del tipo C, salidas de vídeo HDMI 2.0 (compatible con 4K) y Mini DisplayPort, un jack stereo (compartido para auriculares y micrófono) y un lector de tarjetas SD. Teniendo en cuenta el comedido tamaño de su chasis, la verdad es que no se le puede pedir mucho más.

En su actual encarnación el Aero 14 es un portátil sólido y equilibrado, excelente para trabajar y con credenciales para jugar en condiciones, siempre y cuando no le exijamos mover los juegos más avanzados con detalle Ultra. Esto, sin embargo, puede cambiar cuando llegue la más que apetecible renovación con la GTX 1060 de Nvidia a principios de 2017, y si vuestra intención es usarlo principalmente en su vertiente lúdica probablemente os salga a cuenta posponer su compra unas semanas. En cualquier caso, lo que tenemos aquí y ahora es un portátil ligero y cómodo, con buenas especificaciones y una sólida calidad de fabricación. Un equipo que recomendamos para aquellos usuarios que busquen un portátil cómodo de transportar, que se adapte tanto a usos profesionales como lúdicos y que ofrezca una estética un poco más sobria que la habitual en los productos más enfocados al mercado gaming.

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