Skip to main content
Si haces clic en un enlace y realizas una compra es posible que recibamos una pequeña comisión. Lee nuestra política editorial.

Avance de Epic Mickey 2: The Power of Two

Una secuela plagada de ideas.

El pasado mes de noviembre un archivero de películas de Hertfordshire encontró una vieja lata cogiendo polvo en una estantería. La lata estaba etiquetada como "Hungry hobos" (Vagabundos hambrientos), y una búsqueda rápida en Google reveló que contenía en su interior una auténtica pieza de la historia del cine. Era un corto de dibujos animados de Oswald the Lucky Rabbit - el precursor de Mickey Mouse - realizado por el estudio de Walt Disney en 1928, el cual se pensaba que se había perdido para siempre.

Junction Point llevó una copia de la película a Londres la semana pasada, para la presentación que hizo Warren Spector de la inesperada secuela de un extraño y algo problemático juegos exclusivo para Wii de 2010. Spector nos la mostró antes de empezar su charla - me encantaría que todos los eventos de prensa fuesen así - y era increíble verla.

Cuando piensas en los dibujos animados de Disney - hablo de los cortos, más que no de las películas - te imaginas algo bonito, pero inocente e inofensivo. Los cortos de Disney no son tan divertidos y violentos como los de Warner Bros. y desde luego no son tan subversivos.

Pero en los tiempos de Oswald sí lo eran. Hungry Hobos - ahora clasificada como una de las 14 cintas de Oswald que se preservan de las 26 que se hicieron en total - es refrescantemente cruel, de hecho. Oswald y Pete se cuelan en un tren. Quieren comer algo, así que estiran de la cabeza a una gallina para conseguir huevos. Para cocinarlos, Pete aprieta a Oswald contra las vías hasta que sus pantalones se incendian. Y eso es tan sólo la primera escena.

Oswald solía ser travieso y anárquico, al igual que Mickey Mouse. Hubo un tiempo en el que los dibujos de Disney fueron descarados, innovadores e incluso un poco mezquinos. Ahora ya no son así, pero puedes ver un poco de eso en Epic Mickey. En el primer juego, de hecho, Oswald pasaba buena parte del tiempo ejerciendo de villano, como un icono cinemático abandonado en Wasteland, la versión tóxica de Disneylandia, mientras otro recién llegado se llevaba toda la atención. Era un juego de Mickey Mouse que empezaba de forma peculiar, para más tarde volverse todavía más extraño y terrorífico.

En la secuela (que también llegará a 360 y PS3 además de Wii), em cambio, Oswald y Mickey son compañeros, y se embarcan en una nueva aventura después de que Wasteland sufra un extraño seísmo que amenaza con dejarlo reducido a escombros. Así que ya tenemos el primer cambio: hay cooperativo local a pantalla partida en el que puedes entrar y salir cuando quieras, durante toda la campaña.

Al jugar en PS3, esto produce una diversión deshilvanada y caótica. Mickey sigue armado con el pincel que le permite borrar o pintar partes del escenario, el cual se controla con el pad usando los botones L2 y R2 y el stick derecho para mover la retícula, y Oswald tiene un mando a distancia con el que puede dar vida a los objetos eléctricos o tirar cosas y recuperarlas, como si fuese un boomerang.

La cooperación está a la orden del día, y buena parte de los puzles iniciales consisten en hacer que Mickey despeje un camino mientras Oswald activa una plataforma eléctrica que se mueve a lo largo de unos raíles. Si juegas con un amigo todo esto se convierte en una pantomima la mar de agradable. Si juegas sólo, tampoco está mal: la IA no es mala, y puedes cambiar de un personaje a otro apretando un botón.

La aventura parece dividirse en secciones 2D y 3D, y Spector explica que su objetivo es que los jugadores avancen durante toda la campaña sin necesidad de tocar los controles de la cámara, asignados al d-pad. La cámara era un verdadero problema en la primera parte, pero tras veinte minutos en OsTown, un gran espacio 3D con una fuente en el centro, queda claro que el equipo ha hecho grandes mejoras en este aspecto, aunque todavía quedan detalles por pulir.

El uso de la pantalla partida permite que ambos jugadores tengan espacio suficiente para ver el escenario, y parece un poco más fácil localizar NPCs con los que charlar. Cuando entran en juego las plataformas la cámara se anticipa a donde intentas ir, y ni siquiera presenta problemas con un movimiento especial de Oswald que convierte sus orejas en aspas de helicóptero, mientras Mickey se agarra a sus pies.

En términos de objetivos, sin embargo, la sección que nos dejan probar no es demasiado inspirada. Tras superar un rápido tutorial en el taller de Yen Sid y pasar por un camino flotante de rocas, un nivel 2D presenta una serie de simples puzles con puertas, mientras que en OsTown debemos localizar tres fusibles para encender una bomba que vacía una fuente cercana. Es demasiado pronto, desde luego, así que probablemente es equivocado esperar mucho en estos momentos, pero conviene recordar que Epic Mickey también era hábil llevándote a escenarios espectaculares en los que luego no solían haber nada especialmente brillante que hacer.

Todo tiene un aspecto bellísimo, con capas de efectos de partículas y escenarios móviles en PS3 y 360, e incluso Wii se beneficia de la maravillosamente rica paleta de colores, ya sea cuando miras la guarida de Yen Sid o la porquería verde y tóxica que salpica OsTown. Aunque la versión para Wii es estructuralmente idéntica a las demás, no se comparten las piezas de arte, con lo cual los usuarios de PS3 y 360 no tendrán la sensación de estar jugando a un simple port HD.

Más allá del paso a proyecto multiplataforma, Epic Mickey 2 promete proporcionar esa sensación de consecuencia que a menudo faltaba en el primer juego. Aquí, según Spector, importarán las decisiones que tomes: afectarán a Wasteland y sus habitantes, y con un poco de suerte deberás pararte a pensar tus acciones antes de realizarlas. Además los personajes tienen voces, y en las cinemáticas asistimos a pequeños musicales a medida que la historia va avanzando.

Spector está especialmente emocionado con el tema de las canciones, aunque la verdad es que se han implementado de forma bastante tímida. Aunque sugiere que tiene montones de ideas sobre cómo hacer que las canciones funcionen dentro de las secuencias de acción, en este juego estarán limitadas a las cinemáticas, las cuales te puedes saltar fácilmente apretando un botón.

Es una pena, a pesar de que sea fácil ver por qué Spector tiene las manos atadas. Aunque el primer Epic Mickey no fue un gran éxito, era un juego valiente que arriesgaba con su temática, sacando a Mickey de su zona de confort para explorar lo menos conocido de su mitología y de la mitología del estudio que lo creó.

Esperemos que Epic Mickey 2 mantenga esa tradición hasta cierto punto, y me muero de ganas por ver cómo ha cambiado Wasteland en este juego. Introduciendo nuevos elementos de forma demasiado cauta podría desaprovechar la oportunidad de ser tan valiente e intrigante como su predecesor.

Y es que, después de todo, si algún día llegas a ver Hungry Hobos recordarás lo innovadora y moderna que puede llegar a ser a veces Walt Disney.

Read this next