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El secreto de Mamoru Samuragochi

Sordera, mentiras y cintas de cassette.

Tengo la sensación de que a nadie le sorprendería ver adaptada a la gran pantalla - o a un telefilm de sobremesa - la historia de superación personal de la vida de Mamoru Samuragochi. Tiene, al fin y al cabo, todos los elementos que uno espera en estos dramas humanos de final feliz: es hijo de dos hibakusha (supervivientes de Hiroshima irradiados tras la explosión de Little Boy el 6 de agosto de 1945), autodidacta y compositor de sinfonías y sonatas pese a sufrir migrañas y problemas de audición desde los diecisiete años y haberse quedado totalmente sordo a los treinta y cinco.

Su historia, sin embargo, tiene un 'pequeño' problema: al final ha resultado ser un completo fraude.

La Sinfonía nº 1 de Hiroshima es la obra más conocida de Samuragochi.

Samuragochi conmocionó el miércoles a Japón - un país donde era venerado por crítica y público - al reconocer que durante los últimos dieciocho años había utilizado a un compositor fantasma, haciendo pasar por suyas las obras que éste le escribía por encargo. Una larga y prestigiosa carrera que, curiosamente, tiene su origen en el mundo del videojuego: la fama le llegó con la banda sonora del primer Biohazard (Resident Evil en occidente), uno de los títulos más recordados de la década de los noventa, y el mito se agrandó cuando - supuestamente - se quedó totalmente sordo justo antes de componer los principales temas de otro juego de Capcom, Onimusha: Warlords.

Sordera y música para orquesta: los medios nipones ya tenían a su 'Beethoven japonés'. En 2001, en una entrevista concedida a Time, declaraba que "si crees en tu sentido interior del sonido puedes crear algo que es más auténtico. Es como comunicarte con el corazón. Perder mi oído fue un regalo de Dios". Convertido ya en una celebridad, Samuragochi publicó la Sinfonía nº 1 de Hiroshima, una pieza que homenajeaba a víctimas y descendientes del bombardeo de la segunda guerra mundial de la que se vendieron más de ciento ochenta mil copias (una cifra altísima en Japón para un disco de música clásica).

El año pasado la cadena de televisión NHK emitía un reportaje llamado "Melodía del Alma", en el que aparecía el músico jugando con una niña que había sobrevivido al tsunami de marzo 2011 pese a perder a su madre y componiendo un réquiem en su memoria. Su repercusión fue notable, y las ventas de los discos de Samuragochi se dispararon.

Pero por motivos desconocidos, hace apenas cuarenta y ocho horas los abogados del compositor daban una rueda de prensa para desvelar el fraude. Según ellos, Samuragochi "lamentaba profundamente haber traicionado a sus fans y haber decepcionado a otros" y "sabía que no podía encontrar ninguna excusa para justificar lo que había hecho. Está mentalmente destrozado y no se encuentra en condiciones de expresar apropiadamente lo que piensa".

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Y cuando la historia no podía parecer más rocambolesca, entonces aparece en escena un espigado profesor a tiempo parcial de la Tōhō Gakuen Daigaku, un prestigioso conservatorio privado de la prefectura de Tokyo.

Takashi Niigaki es el compositor fantasma, y en su primera declaración pública no ha hecho sino echar aún más leña al fuego. Según él, en las últimas dos décadas ha compuesto más de veinte piezas para Samuragochi y por ello apenas cobró siete millones de yenes (poco más de 50.000€). Reconoce que inició el trato sin pensárselo demasiado, pero que con el paso del tiempo empezarón a preocuparle cada vez más las dimensiones que adquiría el engaño. Para cuando se enfrentó a Samuragochi y anunció su intención de dar por zanjado su acuerdo, éste amenazó con suicidarse si dejaba de componer para él.

Niigaki, el compositor en la sombra.

Pero lo más grave es que, según Niigaki, Samuragochi ni sabe escribir partituras musicales ni tampoco es sordo. El profesor de conservatorio afirma que el mediático compositor escuchaba con frecuencia las piezas que le enviaba en cintas de cassette, e incluso proporcionaba feedback al respecto. Aunque Niigaki asegura que "nunca" llegó a creerse la supuesta sordera, Kazushi Orimoto, el abogado del compositor, declaró a Nippon Television que no duda de su cliente, y que dispone de un certificado oficial expedido por las autoridades que atestigua su discapacidad.

En Japón, ese país donde el ideal de honor se magnifica hasta extremos insospechados, las reacciones varían entre la sorpresa, el estupor y la más absoluta indignación. Los medios no hablan de otra cosa, la cadena de televisión NHK pedía disculpas por no haber detectado el fraude y Nippon Columbia, la discográfica de Samuragochi, aseguraba estar "conmocionada", anunciando la retirada de las tiendas de todos sus discos. Todo este follón incluso ha pillado de rebote a Daisuke Takahashi, un medallista olímpico que pretendía usar una composición de Samuragochi para su número de patinaje en los juegos que empiezan esta tarde en Sochi.

Capcom, de momento, no ha hecho ninguna declaración al respecto, aunque imagino que tarde o temprano emitirá algún tipo de comunicado. El escándalo salpica de lleno a Onimusha, una saga que todavía sigue viva en el mercado oriental (donde se espera que una nueva entrega, Onimusha Soul, se publique para PS3 este mismo año), pero sobre todo a Resident Evil, que pese a su innegable declive continúa siendo una de sus franquicias más rentables y reconocidas.

El terremoto Samuragochi todavía sacudirá unos días más a Japón; es imposible saber cuándo se calmará la polémica, tristemente equiparable en muchos aspectos a la que protagonizó Milli Vanilli a finales de los ochenta - en plena época dorada de la MTV - cuando se descubrió el fraude del tema Girl You Know It's True, que incluso había ganado un Grammy. Quién lo diría: al igual que aquellos dos modelos reconvertidos en cantantes, la historia del Beethoven japonés al final ha resultado también ser demasiado perfecta como para ser verdad. Aunque en una industria donde el autotune campa a sus anchas, igual era cuestión de tiempo que ocurriese algo así...

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Resident Evil

Nintendo GameCube, PS1

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Acerca del autor
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Josep Maria Sempere

Director

Jose es fundador de Eurogamer España y el director de su línea editorial y de contenidos. Ama el punk-rock, el cine palomitero de Hollywood, los simuladores de submarinos, la sci-fi, los cacharros de Apple y la década de los 80. Puedes leerlo también en Twitter o verlo charlar en su canal de Twitch.
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