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Análisis del Motorola Razr I

El asalto de Intel al sector móvil.

A Intel parece que ya no le basta con hacer componentes para PC. El veterano fabricante de procesadores decidió entrar en el sector móvil - dominado por empresas como Qualcomm o NVIDIA - con su chipset Medfield hace un tiempo, el cual se estrenó en Europa con el Orange San Diego. Sin embargo, la última variante de Medfield - a nada más y nada menos que 2GHz - puede ser el principio del movimiento de Intel para capturar lo que ya es una más que provechosa área de negocio.

Motorola ha fusionado este nuevo chipset con el chasis del Razr M, y lo ha renombrado como Razr I (no hace falta ser demasiado avispado para deducir a qué se refiere la letra final). Desde un punto de vista puramente visual el M y el I son idénticos, siendo la adición de un botón dedicado para la cámara el mayor cambio estético que aporta el segundo. La pantalla Super AMOLED de 4.3 pulgadas ofrece un buen color y contraste, mientras que la fina carcasa - con una inusual combinación de metal y kevlar - tiene un innegable atractivo.

Es el interior de esta nueva versión lo que merece más atención, especialmente teniendo en cuenta su modesto precio como terminal libre. Mientras que el Razr M usa una CPU Snapdragon S4 de doble núcleo a 1.5GHz, el Razr I utiliza un procesador Atom z2480 a 2GHz. Puede que sólo tenga un núcleo, pero utiliza la interesante tecnología de hyperthreading de Intel, así como un probado nivel de rendimiento. Esto último quizás no sea demasiado sorprendente si tenemos en cuenta que a nivel de arquitectura este chip es básicamente una versión con overclock del mismo núcleo que encontrábamos en los netbooks que inundaron el mercado hace un par de años.

Diseño: una curiosa mezcla de componentes

Acostumbrados al monstruoso tamaño de los móviles más recientes, el Razr casi parece delicado en comparación: su parte más ancha tiene 8mm de grosor, y el terminal tiene una forma en toda su extensión que permite agarrarlo de forma cómoda. Al no tener una batería intercambiable Motorola ha optado por una construcción más robusta, pero con un peso y un aspecto similar al que Apple aplica a sus propios productos.

Desgraciadamente hay elementos en el diseño que dejan con la sensación de que el Razr es una amalgama de ideas de otros en vez de una visión singular. El frontal está dominado por una pantalla que se anuncia como que va de extremo a extremo, pero en realidad tiene un marco metálico. El cuerpo del teléfono es mitad metal, mitad plástico, y tiene un acabado mate que se daña con alarmante facilidad. La parte trasera está construida con kevlar, pero no parece que eso se adapte al diseño.

A eso añádele también una serie de botones que no parecen seguir ningún tipo de patrón (el de encendido es plateado, mientras que el de volumen y el de la cámara son negros) y tornillos visibles (la pesadilla de Steve Jobs) y lo que queda es un dispositivo atractivo, pero confuso.

Aunque el diseño posiblemente generará opiniones encontradas, la pantalla Super AMOLED de 4.3 pulgadas no causará tantas dudas. Con una resolución de 540x960 pixels y una densidad de 256ppi seguramente no sea el panel más nítido del mundo, pero ofrece colores vibrantes y negros profundos. La reproducción del color, de hecho, es tan buena que probablemente ni te fijarás en la disposición pentile de los pixels ni en que los blancos tienen un ligero tinte amarillo.

En cualquier caso la principal razón para prestar atención al Razr I es el chipset Medfield de Intel. Pese a ser un teléfono con un sólo núcleo el terminal de Motorola no se queda atrás, y benchmarks como AnTuTu o Quadrant arrojan datos superiores a los del Galaxy Nexus de dos núcleos - no consigue alcanzar, eso sí, los cuatro núcleos del HTC One X. Es curioso, sin embargo, que algunas de las pruebas realizadas en el análisis de AnandTech del iPhone 5 haya algunos tests de CPU en los que el chip de Intel supere a todo lo que hay en el mercado. Teniendo en cuenta que es un núcleo x86 para netbooks con varios años de antigüedad al que se ha subido la velocidad de 1.6GHz a 2Ghz esto te da una nueva perspectiva sobre la potencia en general de los chips diseñados para smartphones.

La respuesta al moverte por el sistema operativo es bastante suave, al igual que lo es cambiar de una aplicación a otra. La experiencia, sin embargo, es inconsistente: algunas acciones muy básicas hacen que la interfaz de trompicones de forma notable, a pesar de que ser tareas muy modestas para la CPU. Es difícil asegurar si el problema está en el hardware o en el software, pero sea cual sea el culpable quita brillo a lo que podría haber sido una interfaz de usuario bastante impresionante.

"La CPU Intel está a la altura de los chips más rápidos del mercado, pero la GPU se queda muy atrás y ofrece un rendimiento con juegos 3D bastante mediocre."

Samsung Galaxy Nexus (Android 4.1) HTC One X Razr I
Quadrant Standard 2078 4870 3205
AnTuTu Benchmark 4724 11065 8420
Vellamo 1199 1661 1521
GLBenchmark 2.5.1 Egypt Classic Off-Screen 14.8FPS 38.7FPS 19FPS

Software: Ice Cream Sandwich con un toque especial

Otra pega de usar la tecnología de Intel es que muchas aplicaciones de la tienda Google Play todavía no son compatibles. El navegador Chrome era uno de los casos más sonados, aunque Google ya ha actualizado la aplicación para que sea compatible con el chip de Intel. Pero desarrolladores más pequeños no van a destinar tanta dedicación, lo cual significa que el Razr I es una mala elección si quieres descargar los últimos juegos y aplicaciones.

Bajo su esbelto exterior el Razr I funciona con Android 4.0.4. Eso significa que no tienes Jelly Bean, y con ello tampoco Google Now o Project Butter. Dado que Android 4.1 sólo se incluye en algunos terminales de gama alta esto no supone un gran golpe, pero parece raro que Motorola - ahora propiedad de Google - no sea capaz de estar al día con las actualizaciones. El lanzamiento del Nexus marca el debut de Android 4.2, lo cual implica que el Razr I está todavía más desfasado.

Pero por lo menos los ingenieros de Motorola han intentado dotar al Razr I de una interfaz única. Han retocado la disposición de la pantalla principal, y al deslizar el dedo a la izquierda se muestran unas opciones rápidas de acceso a Wi-Fi, Bluetooth, GPS y el modo avión. Este tipo de menú rápido a menudo se coloca en la zona de notificaciones en otros dispositivos Android, pero al ponerlo en la pantalla principal Motorola acelera el proceso de acceso a algunas funciones clave. Por suerte la versatilidad de la pantalla principal no se ve afectada, y aunque de serie viene con dos puedes aumentarlo hasta siete si lo deseas.

"Motorola es propiedad de Google, pero este nuevo teléfono viene con Android 4.0.4, lo cual implica la ausencia de Google Now o las mejoras de rendimiento del Project Butter."

Motorola también introduce nuevos widgets, el más atractivo de los cuales es el de Círculos. Se compone de tres círculos que muestran la hora, el tiempo y la autonomía de la batería. Es peculiar, porque puedes darles la vuelta con tu dedo para acceder a otras funciones. Por ejemplo, girando el reloj puedes acceder a un display analógico y digital en el que también se muestran los mensajes de texto y las llamadas perdidas. Otra innovación son las SmartActions, el intento de Motorola por automatizar aplicaciones de Android como Tasker and Locale.

Por ejemplo, puedes crear una SmartAction que baje automáticamente el brillo de la pantalla cuando la batería llegue a cierto nivel, o que se inicie automáticamente el reproductor de música cuando enchufas unos auriculares. Aunque este grado de personalización no es nuevo en Android - este tipo de aplicaciones ha estado disponible desde hace tiempo - es agradable ver a un fabricante adoptándolo como una característica más. Motorola no está sola en este aspecto, ya que tanto Sony como Samsung han empezado a implementar características similares en sus dispositivos Android, pero la verdad es que funcionan muy bien en el Razr I. La interfaz de las SmartActions es intuitiva y fácil de entender, y además te sugiere algunas acciones durante el uso diario del terminal, por ejemplo cuando enchufas por primera vez el cargador o los auriculares.

Puede que sea gracias a la conservación de energía que puedes alcanzar con las SmartActions que la batería de 2000 mAh del Razr I dure mucho más de lo habitual. Por primera vez en lo que parecen años hemos conseguido estar dos días sin necesidad de cargar un teléfono Android, un logro considerable teniendo en cuenta la velocidad de 2GHz de la CPU. Durante nuestras pruebas con vídeo el Razr I funcionó sin problemas durante ocho horas constantes - una vez más un logro considerable si consideras el consumo de la pantalla AMOLED. En las pruebas de navegación - con cargas similares en la batería - no dio tan buen resultado, alcanzando las siete horas y media. Jugando se obtendrán cifras similares, aunque evidentemente huelga decir que Angry Birds: Star Wars no consumirá lo mismo que un juego con complejos gráficos 3D.

"Más allá del rendimiento de la CPU, la característica más destacable del Razr I es la duración de la batería: hemos podido usar el teléfono durante casi dos días sin necesidad de cargarlo."

Jugar en el Razr I no es especialmente destacable; la pequeña pantalla es un paso atrás tras utilizar el Galaxy S3 o el HTC One X, y algunos juegos 3D - como el espectacular Dark Meadow - ni siquiera cargan, a pesar de estar listados como compatibles en la tienda de Google Play. Algunos lanzamientos más recientes, como el FPS multijugador Shadowgun: DeadZone de Madfinger sí funcionan, pero con tirones y bastante lag. Aunque la CPU está a la altura de lo último en arquitectura para smartphones, el núcleo gráfico se queda muy por detrás.

El almacenamiento en el Razr I es bajo si se compara con teléfonos como el Galaxy Nexus o el Samsung Galaxy S3, con tan sólo 8GB de memoria flash interna - de las cuales sólo 5.26GB están disponibles para el usuario. Por suerte puedes ampliar esa cantidad a través de tarjetas MicroSD, un movimiento inteligente si consideras la facilidad con la que llenas el dispositivo de apps, música, fotos y vídeos.

A estos dos últimos elementos contribuye la cámara de 8 megapixels del teléfono, con flash LED para capturas con poca luz. Las fotos son por lo general decentes, y la inclusión de un modo HDR te permite tomar fotografías en condiciones de alto contraste que a menudo arruinarían la captura. También puedes grabar vídeo a 1080p, con una limitación de 30FPS.

"El proceso de fabricación de Intel introduce más potencia en chips más pequeños y más frescos. Esto se nota en el Razr I, pero otros elementos del terminal no están a la altura."

El modo HDR te permite hacer fotos bajo cualquier condición de iluminación. Las imágenes de la izquierda se capturaron sin HDR, mientras que en las de la derecha estaba activado. Lo único que da problemas son las situaciones oscuras, donde un efecto de grano se vuelve bastante evidente (foto inferior derecha).

Motorola Razr I: el veredicto de Digital Foundry

Como campo de pruebas para la nueva tecnología móvil de Intel el Razr I es sin duda un lanzamiento positivo. Aunque no se posiciones como un terminal destacado, el impresionante rendimiento del chipset Medfield deja entrever un serio potencial en el futuro, especialmente cuando Intel empiece a usar el año que viene más núcleos y una GPU más avanzada. Dado que un Medfield con un único núcleo supera a sus rivales en muchas tareas de proceso, el futuro de la tecnología es bastante brillante, y tan sólo debe esperar a llegar a un terminal de perfil alto.

Libre, con un precio por debajo de los 500€ y con una pequeña y curiosa pantalla, el Motorola Razr I se ha visto eclipsado por el lanzamiento del alucinante Nexus 4, que seguramente atraerá a la mayoría de usuarios. Pero aún así, si buscas un terminal potente, con una buena pantalla y que tenga un tamaño comedido, el Razr I es una opción a tener en cuenta.

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