Skip to main content
Si haces clic en un enlace y realizas una compra es posible que recibamos una pequeña comisión. Lee nuestra política editorial.

Avance E3 2012: Unas rondas al multijugador de Medal of Honor: Warfighter

Entre Battlefield y Call of Duty.

Medal of Honor: Warfighter

Ya hace tiempo que escuchamos que la fórmula del multijugador de Call of Duty se está agotando; sin embargo, año tras año, es el más vendido y jugado en las plataformas online. Personalmente, más que pensar que se está acabando creo que debe comenzar a renovarse progresivamente para que no le pase como a Guitar Hero, que se ahogó en su propio éxito.

Battlefield 3 ya ha presentado una alternativa más que válida a esta fórmula, y ahora Medal of Honor trata de reinventarse, de nuevo, con este Warfighter. Se nota que es importante para ellos, que no es un juego más con un multijugador más; quieren el liderato, quieren escalar posiciones año tras año. La idea de EA es clara: ofrecer algo lo suficientemente familiar como para que nos sintámos cómodos e intentar innovar en aspectos que COD deja de lado para recuperar a todos aquellos que se ya no quieren más de lo mismo.

En este E3 pudimos jugar una partida al multijugador, a puerta cerrada.

La premisa del multijugador de Medal of Honor: Warfighter es original y hasta diría que algo polémica. Podemos jugar con las fuerzas especiales de 10 países distintos, y hay algunos, como EEUU, que además ofrecen varias alternativas. Cada una de ellas tiene sus fortalezas y pueden verse como el clásico francotirador, el fusilero pesado, el todoterreno... además de esto, sin embargo, también cuentan con una habilidad especial. Se ejecuta con el LB/L1 en el mando y se recarga cada cierto tiempo. Las clases más duras, por ejemplo, pueden llamar a bombarderos para que lancen un ataque aéreo. Otras sacan un letal lanzagranadas y mi favorita abría una visión especial que permitía detectar el halo de calor de los enemigos y verlos a través de las paredes, aunque con cierto retraso. De esta forma cada clase/país no solo está determinada por su arma sino que también por su habilidad especial y, eso ya lo veremos en más profunidad, por la progresión a través de puntos de experiencia y mejoras.

Hay otra novedad bastante interesante. Podemos asociarnos con un compañero de equipo y convertirlo en nuestro hermano de batalla. De esta forma siempre lo veremos en el mapa -resaltado por un brillo- y hasta hacer respawn a su lado durante una partida. Está bastante bien llevado, muy a lo Battlefield 3, porque no solían dejarnos demasiado expuestos: si está estirado nosotros comenzamos así también, y casi siempre buscan una cobertura cercana para que no nos maten a la primera de cambio. Pero hay más. El juego marca en rojo al enemigo que haya matado a nuestro compañero y si lo liquidamos antes de que pase cierto tiempo lo reviviremos junto a nosotros.

Gráficamente supone todo un salto hacia adelante. Solo pudimos jugar en un escenario, una especie de poblado en el desierto, pero pudimos detectar cierta destructibilidad de los elementos que lo componían y toda la parafernalia estaba muy pensada para impresionar. Grandes explosiones, filtros, suavidad de movimiento...

Quizás lo que más nos mosqueó es que era bastante complicado matar a los enemigos (teníamos que vaciar casi todo el cargador) y que a veces los respawns no tenían mucho sentido. Recuerdo una ronda en la que tres enemigos aparecieron justo delante de mi. Por suerte este tipo de cosas son las típicas que se acaban de ajustar durante estos pocos meses de desarrollo que todavía les quedan.

Medal of Honor: Warfighter quiere encontrar ese hueco que hay entre COD/MW y Battlefield: combates cercanos, sin vehículos y frenéticos, pero con escenarios destructibles y clases bien diferenciadas. Se ve y se nota, cuando lo juegas, que es una propuesta sólida y que va por buen camino. Su éxito residirá en si son capaces de ajustarlo todo al milímetro para nivelar todos los detalles y en ver si consiguen una experiencia seria, consecuente, que se libere de ese cierto frenetismo demasiado arcade que todavía le notamos.

Read this next