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Avance de Dragon's Dogma

Ideas rompedoras, espadas oxidadas.

Es muy difícil jugar a Dragon's Dogma sin recordar constantemente otros juegos de estilo similar aparecidos recientemente. Sin ir más lejos, su punto partida parece clavado al de Skyrim: somos el dragonbo… disculpad, quería decir el arisen, el elegido para enfrentarse y vencer a los dragones. Más coincidencias, ahora con Dark Souls: nos encontramos ante un action RPG en tercera persona y con una ambientación medievo-fantástica como la del juego From Software. Podría seguir mencionando similitudes con Kingdoms of Amalur, The Witcher 2, Risen 2…

Podría seguir nombrando parecidos razonables, pero sin embargo no es por su argumento o su ambientación, sino por su enfoque, que Dragon's Dogma no es el tipo de juego al que nos tienen acostumbrados los estudios de desarrollo japoneses. Títulos con esta atmósfera y estética creados en Japón los ha habido siempre, pero quizás no tantos con este tipo de mundo abierto, o con este sistema de desarrollo de personajes. Precisamente, se me ocurre que algo bastante parecido sería Monster Hunter, un juego también desarrollado por Capcom, que comparte bastantes cosas con este ambicioso proyecto (de hecho era el más ambicioso de la compañía a nivel de personal involucrado hasta la llegada de Resident Evil 6) y que ya hace unos días que podemos probar en la oficina en una versión preview todavía por pulir.

La presencia de grandes monstruos en medio de un mundo abierto nos recuerda irremediablemente a Monster Hunter. ¿Repetirá Capcom el éxito con este título?

El caso es que en Dragon's Dogma conviven un buen puñado de influencias, pero afortunadamente también hay espacio para ideas nuevas; de hecho, es en éstas donde reside la clave del juego. Me refiero principalmente a los Peones, que son los personajes que nos acompañarán a lo largo de la aventura y sobre los que gira toda la mecánica de este título. Olvidaros del clásico RPG en el que debemos ir conociendo personajes que poco a poco se van uniendo a nuestra equipo. La gran particularidad de Dragon's Dogma es la forma como podemos formar nuestra party o grupo de personajes/peones.

"Dragon's Dogma introduce el interesantísimo concepto de poder compartir y alquilar los servicios de nuestro propios personajes a otros jugadores mediante el online"

Resulta que, como arisen que somos, tenemos la habilidad de invocar y comandar a estos peones, unos misteriosos guerreros de otro mundo que solamente nos hacen caso a nosotros. Con esto en mente, nuestro objetivo en Dragon's Dogma es tener buen ojo para poder formar una party capaz de superar todos los retos que se le presenten. En total nos podrán acompañar hasta tres de estos personajes, pero uno de ellos será nuestro peón principal. Este compañero de viaje nos seguriá toda la aventura y es por eso que el juego nos permitirá personalizarlo completamente, desde su clase y aspecto hasta sus habilidades, equipo, etc.

Además de este peón principal, también tendremos la posibilidad de completar nuestra party con dos peones más que podremos invocar, y que podrán ser tanto los que vienen por defecto en el juego como - y aquí viene el componente online del juego - los creados por otros jugadores. De hecho, estos otros dos peones son los peones principales de otros jugadores que están jugando online, y que podrán viajar al mundo de otro jugador para combatir a su lado.

Has leído bien: Dragon's Dogma introduce el interesantísimo concepto de poder compartir y alquilar los servicios de nuestro propio peón principal. ¿Qué ganamos nosotros? Pues representa que cada vez que vayamos a descansar a la posada de rigor nuestro querido compañero/a de viaje volverá de sus aventuras con otros jugadores (aunque no se haya marchado nunca de nuestro lado) y lo hará con oro, nuevas habilidades y, sobre todo, nueva información y pistas que nos servirán durante la aventura. De esta manera se consigue que, aunque dos jugadores nunca coincidan en una partida, en el fondo se crea una especie de gran comunidad de juego compartida; algo bastante parecido a lo que pasaba en Dark Souls y su original - y demoníaco - sistema online.

En estos días que llevo dándole caña a Dragon's Dogma me ha costado acabar de hacerme a esta idea, pero pasado el tiempo de adaptación puedo deciros que me parece una mecánica muy original, y sobre todo dentro de un juego que en apariencia parece el colmo del clasicismo. Los peones, especialmente el principal, son personajes con una IA que va un poco más allá del clásico NPC de los juegos de rol. Son personajes mucho más activos que recorren el escenario en busca de los objetos que no hayamos visto, que varían sus tácticas en función del enemigo, que están atentos a los objetivos que nos faltan por cumplir en cada misión, etc. Sin duda, es una idea con un grandísimo potencial.

A su vez, y aunque esto ya es un poco más de broma, este sistema de peones no deja de ser la excusa perfecta para que Dragon's Dogma acabe convertido en un paraíso de bellas mujeres con poca ropa que se dedican a cazar monstruos gigantescos - ¡ahí ahí, que se note que este juego lo han hecho japos! El completo editor de personajes no solamente permite que creemos nuestro personaje con un nivel de personalización bastante elevado, sino que da como resultado unos personajes que mezclan de forma bastante sorprendente los cánones estéticos de los juegos de rol creados a ambos lados del Pacífico.

Queda claro que los peones son la auténtica clave de Dragon's Dogma, pero de todas maneras, en estas primeras horas de juego todavía encuentro a faltar una cosa: los personajes no me están causando ningún tipo de empatía o aprecio, es más, el hecho de que sean tan "completistas" e independientes en sus tareas está generando en mí, como jugador, cierto rechazo incluso. Es verdad que los personajes hablan, van comentando sus cosas con nosotros y hay intención de crear un vínculo con el jugador, pero la forma como lo hacen, unido a la pobre disposición de la interfaz del juego, me parecen realmente caótica.

Algo similar me ocurre durante los combates. Será que todavía he de acabar de adaptarme al sistema de juego, pero lo cierto es que hasta el momento los combates no me están pareciendo nada del otro mundo, y a pesar de que desde Capcom no dejen de repetir una y otra vez que detrás de este juego está gran parte del equipo de Devil May Cry. El sistema de combates es muy directo, en eso sí que se nota, pero de momento me está pareciendo algo tosco - y la cámara y las bajadas en el frame-rate no ayudan. Todo lo contrario pasa con la presencia de grandes enemigos (lo que no dejan de ser final bosses de toda la vida) dentro del contexto de un sandbox, algo que me parece todo un acierto - y algo que no deja de ser rematadamente Capcom.

Dragon's Dogma me produce sensaciones encontradas. Por un lado, me gusta sus ideas innovadoras en lo que respecta a esta pequeña revolución que supone dentro del mundo de los NPC gracias a su sistema de peones. Pero por otro lado, técnicamente me ha decepcionado un poco y a nivel jugable los combates no me están pareciendo nada del otro mundo. De todas maneras, con unas primeras horas no basta para juzgar un título de tal magnitud, y por fortuna sus defectos no han hecho que no tenga más ganas de jugar sino todo lo contrario. Tengo ganas de seguir explorando el mundo Gransys, y eso quieras o no, es empezar con buen pie.

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