The Legend of Zelda: Skyward Sword

Es quizá esta parte nocturna la que mejores vibraciones me dio, porque es cuando se ve la parte más oscura y desconcertante del juego, la que más me recordó a Majora's Mask. Aquí se ve que los enemigos se hacen más duros cuando se hace de noche (aunque el cambio de día a noche no sucede en tiempo real: sólo al dormir cambia la hora), y conocemos a Fay, el espíritu que, dentro de la espada sagrada que encontramos siguiendo su pista durante la noche, nos acompaña durante la aventura, dándonos ayuda y consejos y al mismo tiempo calculando el tiempo de juego y algunas estadísticas. Esto le da un toque de inteligencia artificial, a lo HAL 9000, que hace que sea un personaje realmente interesante y un poco perturbador, quizá el que más me gustó por su sensacional punto de partida.

Visualmente, tanto de día como de noche, Skyward Sword sorprende no sólo por aprovechar Wii a nivel técnico como sólo Nintendo podía hacer, con algunos efectos de iluminación y una amplitud de escenarios sensacionales, sino también por la fabulosa dirección artística. La arquitectura es imaginativa y genial, el colorido de Altaréa es magnífico, los personajes están brillantemente diseñados y, quizá para aprovechar al máximo el hardware de Wii, se ha añadido un efecto puntillista en los planos más alejados de la pantalla (y que va desapareciendo, devolviendo la nitidez a los objetos, a medida que nos acercamos) que le da un toque muy especial al apartado visual. Lo mismo con la música: creo que no es difícil esperar lo mejor de la banda sonora de Skyward Sword, pero lo cierto es que durante la hora y pico de juego que vi todo sonaba tan bien, la música acompañaba tan bien a las imágenes, realzando con maestría su intención, que las expectativas en este terreno no sólo se confirman sino que son excedidas de sobras.

Y luego, después de que Zelda sea secuestrada y nosotros tengamos que bajar a las tierras inferiores a salvarla y, de paso, salvar al mundo, la cosa se pone seria. No voy a seguir hablando porque no vi mucho más, y porque prefiero dar pinceladas para que lo veáis por vosotros mismos; sólo debéis tener bien presente que Skyward Sword es un juego especial, una aventura llena de épica, de magia, uno de esos juegos que nos gustarán mucho porque sabremos, de algún modo, que también le gustaría a nuestro yo de hace veinte, diez, cinco años, y al de dentro de cinco, diez o veinte; es un juego para todos los públicos en el mejor sentido. Quizá sea el último gran juego de Wii, pero, sinceramente, no se me ocurre ninguna forma mejor de clausurar un catálogo que con una aventura que, como esta, parece tener intención de emocionarnos y sorprendernos y emocionarnos como en su día hicieron Ocarina of Time o Majora's Mask.