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Yakuza 3

El dragón está de vuelta.

A estas alturas, resulta bastante triste que la publicación de un videojuego de éxito esté en el aire para los usuarios europeos. Es el caso de la tercera entrega de Yakuza, una de las sagas que, aun siendo relativamente nueva dentro del panorama del ocio electrónico, tiene un gran número de seguidores en Japón, donde desembarcará el próximo 26 de febrero para PlayStation 3. Mientras tanto aquí deberemos esperar a que SEGA cambie de opinión, ya que hace unos meses confirmó que el título no vería luz en Europa.

SEGA desestimó la aparición del título debido a las bajas ventas de sus predecesores en territorio europeo. Pese a ello, la floja respuesta del público de ambos títulos pueden deberse a varios motivos, entre ellos la tardanza con la que llegaron con respecto a su lanzamiento en Japón –cerca de dos años en ambos títulos– y al mismo tiempo, la presencia cada vez mayor de las consolas de nueva generación, algo que sobre todo afectó a la segunda entrega de la serie, de la cual aquí tenéis nuestro análisis. De todas maneras, pese a que es casi utópico pensar en el desembarco de Yakuza 3 en el viejo continente, la esperanza de poder disfrutarlo –aunque sea tarde– sigue ahí.

En la PSN Store japonesa está disponible la demo con las anheladas nuevas aventuras de Yakuza 3. Repasemos lo que nos ofrece. Ryu Ga Gotoku 3 (como se conoce en Japón, y que traducido a nuestro idioma significaría “como un dragón”) continúa con la trama de mafias japonesas de su predecesor y nos propone ponernos de nuevo en la piel del mismo Kazuma Kyriu, el protagonista de los anteriores capítulos, que finalmente ha decidido dejar atrás la espiral de violencia vivida en Tokyo. En esta ocasión se muda a Okinawa, donde está decidido a crear una casa de acogida para chicos con problemas. Sin embargo parece que ni la distancia podrá librarle del infortunio y, así, en la zona empiezan a suceder distintos conflictos originados por las mafias relacionados con la compra-venta de terrenos que hacen peligrar la recién creada escuela. Poco después la sangre finalmente llegará al río, los hechos se precipitaran y será cuando nuestro anti-héroe yakuza vuelva a las andadas de la forma en que mejor sabe hacerlo.

Carteles de neón llenos de caracteres en japonés y toda una ciudad llena de vida, es inevitable pensar en Shenmue.

Una vez puestos en antecedentes y si somos capaces de sobrevivir al japonés (puesto que la demo sólo se encuentra en este idioma) empezará nuestra particular historia de violencia y, claro está, esto es un juego de yakuzas, algo que sin duda se dejará notar desde buen comienzo. En la introducción (todavía en Tokyo) vemos como tres chicas son expulsadas del conocido Club Stardust. Tras entrar para ver qué está ocurriendo nuestra primera tarea consistirá en enfrentarnos a una docena de mafiosos a puñetazo limpio. ¿Acaso hay mejor forma de empezar un juego de yakuzas?

De buen comienzo ya podemos hacernos una idea clara sobre el sistema de combates, y lo primero que notamos es que esta tercera parte (aun siendo para una consola distinta) recoge el relevo de las dos anteriores entregas para PS2. Estaríamos hablando de cierta evolución pero los combates se siguen desarrollando de una manera muy similar. Mediante combinaciones de botones podremos enlazar diversos ataques de mayor o menor potencia según queramos o agarrar a un rival y lanzarlo con fuerza al suelo, sin olvidar el clásico –a la par que necesario– movimiento de defensa. Si conseguimos un combo encadenando varios golpes aparecerá un aura de color sobre el cuerpo de Kazuma, dejándonos la posibilidad de realizar un ataque devastador sobre el enemigo más cercano. Además, en ocasiones surgirán Quick Time Events –marca de la casa– para evitar un golpe de improviso o finiquitar la vida de un rival.

Como principal novedad nos encontramos con que la interactividad con el escenario ha aumentado sobremanera, lo que nos permite utilizar diversos elementos en pantalla como sillas o lámparas para golpear o lanzarlas a distancia sobre nuestros oponentes. Aunque no nos confiemos demasiado, ya que ellos también pueden hacer uso de los objetos. Y todo esto sin olvidar los objetos que ya poseemos por defecto (puño americano, barra de billar y nunchakus) a los que afortunadamente ahora se accede con el botón direccional y no desde el menú de pausa como en los anteriores capítulos.