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¿Qué es la tasa Amazon y cómo te afecta?

La nueva ley para comercio electrónico.

Es tradición que el uno de enero, aparte de con una monumental resaca, nos despertemos descubriendo como entran en vigor nuevas leyes e impuestos que afectarán en mayor o menor medida a nuestra vida diaria. La llegada de 2015 no ha sido una excepción, con la más que polémica reforma de la Ley de Propiedad Intelectual (que ha motivado el cierre de Google News y otras muchas páginas web, como los agregadores de contenido) o la aplicación de una sentencia que ha derivado en la desaparición - temporal - del servicio de transporte Uber en nuestro país. Sin embargo, el nuevo año también nos trae una nueva regulación a nivel europeo - por lo tanto, también para España - que afecta de forma directa a la industria del videojuego y a todos sus usuarios.

La tasa Amazon es el nombre con el que se conoce popularmente la Directiva 2008/8/EC impuesta por el Consejo de la Unión Europea, la cual entró en vigor el pasado 1 de enero de 2015. Su función principal es regular el cobro del impuesto del IVA en todos los productos y servicios digitales aplicándolo en el país del comprador y no del vendedor, con el objetivo de evitar la competencia desleal y aumentar la recaudación en los países miembros de la UE.

Veámoslo con un caso práctico, precisamente el que motivó la redacción de esta ley. Amazon, empresa multinacional con sede central en Seattle, vende libros electrónicos y opera desde Luxemburgo, un país en el que el IVA de estos productos es apenas del 3%. Es decir, que hasta ahora, cuando un consumidor español compra un ebook para su Kindle a Amazon, la parte correspondiente al IVA de su factura se iba a las arcas de Luxemburgo. A partir de ahora, en cambio, ese importe lo recaudará el fisco español, y encima lo hará con un IVA del 21%, que es el porcentaje que marca la ley española para los libros electrónicos.

La tasa Amazon es el nombre con el que se conoce popularmente la Directiva 2008/8/EC impuesta por el Consejo de la Unión Europea, la cual entró en vigor el pasado 1 de enero de 2015.

Aunque la tasa Amazon surgió como respuesta a la posición ventajosa de Amazon en la venta de ebooks, su redacción final acaba afectando a cualquier tipo de producto y servicio digital. Las aplicaciones y juegos para móviles de la App Store y Google Play, por ejemplo, se tributaban con un IVA del 15% en Luxemburgo y ahora lo harán con un 21% en España. También será aplicable a los juegos en formato digital y DLCs que compremos en Steam, Xbox Live, PlayStation Network o la eShop de Nintendo, e incluso a servicios como las suscripciones a PlayStation Plus y Xbox Live Gold o a diferentes MMORPGs. Y eso por no hablar de otros mercados: la música, las películas, las revistas online, etc.

La contraprestación positiva de esta medida es que el país de origen del comprador recaudará más dinero en concepto de IVA, el cual - en teoría - debería repercutir en beneficios para sus propios ciudadanos. La Unión Europea calcula que gracias a la tasa Amazon los países miembros ingresarán cerca de 3.000 millones de euros más cada año, siendo Luxemburgo la gran perjudicada (al dejar de ingresar unos 1.000 millones de euros sólo en 2015).

Pero puede que el pequeño país centroeuropeo no sea el único afectado de forma directa por la aplicación de esta nueva ley. Aún es pronto para ver sus efectos, pero la implantación de la tasa Amazon conlleva que las compañías pasarán a pagar más impuestos y, por ende, a ingresar menos beneficios. Y ese diferencial es más que probable que lo acabe pagando el consumidor final, viendo como aumenta el precio de los productos y servicios digitales. Así, sobre el papel, una aplicación para iPhone que antes costaba 0,89€ podría pasar a costar hasta 0,93€ en un futuro cercano, según los cálculos de la Asociación de Internautas.

La tasa Amazon también implicará el fin de una práctica muy popularizada con la llegada de la nueva generación: la compra de videojuegos en tiendas digitales extranjeras. Muchos usuarios de Xbox One, por ejemplo, solían recurrir a los bazares de países como Hong Kong, Brasil o India para comprar juegos y DLCs, dado que su precio era a menudo muy inferior al del bazar español. Se trataba de una práctica totalmente legal (Microsoft, de hecho, había llegado a afirmar oficialmente que no tenían problema alguno con ello), pero a medida que se implementen los sistemas de validación para aplicar la tasa Amazon veremos como el sistema, al identificar que no somos ciudadanos de esos países, nos deniega la compra. Algunos usuarios apuntan a que la combinación de datos de facturación del país correspondiente, un método de pago como tarjetas virtuales o Gift Cards y el uso de VPNs para enmascarar nuestra IP podría valer para comprar en bazares extranjeros, pero desde luego así pasa a ser un proceso complejo y tedioso que echará atrás a la mayoría.

Aunque la tasa Amazon surgió como respuesta a la posición ventajosa de la compañía que dirige Jeff Bezos en la venta de ebooks, su redacción final acaba afectando a cualquier tipo de producto y servicio digital, incluidos videojuegos y DLCs.

Para nosotros, los usuarios finales, la aplicación de la tasa Amazon será transparente y no tendremos que tramitar absolutamente nada, puesto que recae en los comercios la responsabilidad de identificar y aplicar el IVA correcto para cada venta. Esto no es un problema demasiado grande para una gran empresa como Amazon, Apple o Google, pero para una PYME o negocio emprendedor supone un quebradero de cabeza importante: implementar medidas para identificar la nacionalidad de cada usuario, gestionar toda la información, costes legales y administrativos, pagar los impuestos en cada país, etc. Además, las empresas que vendan bienes o servicios afectados por la tasa Amazon deberán recopilar los datos del usuario - dirección de la vivienda, IP y país de procedencia de la tarjeta de crédito usada para el pago, por ejemplo - y conservarlos hasta diez años por si son requeridos para una auditoría. Si en una inspección se dictaminase que el IVA aplicado no fuese el correcto, la empresa sería acusada de fraude en la facturación, siendo multada con importantes sumas de dinero.

A lo largo de las próximas semanas conoceremos hasta qué punto nos llega a afectar definitivamente la aplicación de esta nueva medida de la Unión Europea, y veremos si las luces compensan las posibles sombras. Lo que sí parece claro es que la UE ha puesto su punto de mira recaudatorio en el e-commerce, y la tasa Amazon es tan solo el primer paso para regular un mercado que hasta ahora presentaba no pocas lagunas legislativas de las que se podían beneficiar las grandes empresas y los propios usuarios. El siguiente, se rumorea, podría ser la extensión de esta tasa - de momento aplicable únicamente a bienes y servicios digitales - también a los productos físicos, lo cual afectaría la más que popular importación de videojuegos de países como Inglaterra. El tiempo dirá en qué queda la cosa.

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