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Super Mario Galaxy 2

Nintendo > el resto.

Uno de los aspectos más criticados del primer Mario Galaxy fue su baja dificultad, algo que se ha corregido en una segunda parte cuyos últimos compases son capaces de acabar con la paciencia de los usuarios más hardcore. Sin embargo, eso no implica que se aliene a los usuarios noveles o con menos habilidad: una cuidadísima curva de dificultad y la inclusión de diferentes tipos de ayudas (desde paneles con vídeotutoriales hasta un personaje que "posee" a Mario para guiarle automáticamente por las fases más difíciles si el jugador lo desea) aseguran la accesibilidad para todo tipo de público.

Yoshi, como comentábamos, es una de las grandes incorporaciones en SMG2. El simpático dinosaurio entra en juego desde los primeros niveles y aporta diferentes mecánicas jugables de gran importancia, lejos de limitarse a ser un carismático convidado de piedra. Con el mando podemos señalar en la pantalla el punto al que queremos dirigir su lengua, para comernos enemigos o varios tipos de frutas que producen divertidos efectos en él. Con el pimiento, por ejemplo, Yoshi sale corriendo sin control a toda velocidad, incapaz de soportar el picor. Con la fruta azul se hincha como un globo, permitiendo flotar como un globo durante varios segundos, y con la amarilla ilumina el escenario como si se tratase de una linterna. Todo ello se aprovecha para dar más variedad y generar nuevas situaciones en los ya de por si fantásticos niveles. Por si fuera poco Luigi, el eterno secundario, también reaparece convirtiéndose en un personaje jugable prácticamente desde el comienzo del juego.

Finalmente, se ha mejorado el curioso modo multijugador, en el que una persona toma el control de Mario mientras el otro utiliza el WiiMote para controlar a Luma y recoger monedas, pedazos de asteroide y disparar contra los enemigos. Lo cierto es que no es un modo multijugador al uso, sino que claramente está enfocado hacia el jugador más casual y la diversión en familia. Para los más hardcore se ha incluido una especie de modo time trial que nos reta a superar récords de tiempo para superar cada nivel, aunque la única recompensa es la satisfacción personal, porque conseguirlo no ofrece ningún tipo de extra como regalo.

Y como no podía ser de otra forma, el apartado audiovisual acompaña a la perfección todo este portento jugable. Visualmente es el título más completo que puede encontrarse en Wii, compensando la falta de alta resolución con una envidiable dirección artística que maquilla esos 480p que para tanta gente parecen suponer un escollo insalvable. El motor gráfico se mueve con suavidad en todo momento, hay algunos efectos fracamente buenos y no se aprecian problemas de popping pese a lo extenso del horizonte en los niveles. También merece la pena apuntar la extrema fiabilidad del sistema de cámara, capaz de aportar siempre de forma totalmente automática el punto de vista óptimo para seguir la acción.

Pero curiosamente es a nivel sonoro donde SMG2 me ha parecido más destacable. No por los efectos de sonido, variados y que cumplen con creces, ni por las voces, una vez más con el gran Charles Martinet como maestro de ceremonias, sino por una banda sonora orquestal que iguala (o incluso supera) a la del primer Mario Bros. o Super Mario World. Además la música se adapta como un guante al ritmo de la acción, añadiendo tambores cuando montamos sobre Yoshi o llegando incluso a actuar el altavoz del Wiimote como un metrónomo para calcular el periodo de aparición y desaparición de determinadas plataformas en algunas pantallas.

Super Mario Galaxy 2 es un juego excepcional y un hito que debería servir de ejemplo para futuros desarrollos en lo que concierne al diseño de niveles y de la jugabilidad. Con la primera entrega sentaron unas bases excelentes, pero en la secuela el equipo de Nintendo EAD Tokyo se desmelena y da rienda suelta a su imaginación sin imponerse ningún límite, obteniendo como resultado un juego que sorprende continuamente y ofrece una experiencia jugable al que ningún título de la actual generación puede llegar siquiera a aspirar. Si tienes una Wii, deberías comprarlo ipso facto. Si no la tienes, compra una y disfruta del mejor videojuego de la última década.

10 / 10

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