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Análisis de Super Mario 3D World + Bowser's Fury

Regreso al futuro.

Eurogamer.es - Recomendado sello
Una oportunidad de oro para redescubrir en 3D World un Mario injustamente ignorado y de echar un vistazo al futuro con Bowser's Fury.

A lo largo de estos seis meses de celebración del trigésimo quinto aniversario de Mario hemos visto desde iniciativas curiosas e interesantes, como Super Mario Bros. 35, hasta otras que llegaron rodeadas de (una más que justificada) polémica, como fue el caso de Super Mario 3D All-Stars. El cierre de fiesta llega con Super Mario 3D World + Bowser's Fury, un título que, en realidad, esconde bajo su superficie más de lo que aparenta, porque bajo la fachada del enésimo relanzamiento para capitalizar en Switch unos fantásticos títulos de Wii U que no fueron disfrutados por gran parte del público hay también un atractivo aperitivo de lo que podemos esperar de Mario en el futuro. En contra de lo que clamaban algunos agoreros resulta ser una reedición modélica de un clásico, y también una que tiene mucho más sentido de lo que podía parecer hace unos meses, cuando se anunció en un Nintendo Direct.

Digo esto porque Super Mario 3D World es otro ejemplo más de la maestría y perfeccionismo de los desarrolladores de Nintendo, un derroche de imaginación en el que se alcanza un increíble equilibrio entre tener todos los componentes jugables medidos al milímetro e ir introduciendo constantemente nuevos giros de tuerca dentro de una fórmula que no deja de sorprender con guiños, homenajes, carreras y variaciones en conceptos que el género y los jugadores dan por sentados. Si Odyssey fue un salto generacional para dar nueva vida a la franquicia y mirar al futuro, 3D World - ese subtítulo, realmente, no podría ser una pista más clara - es el canto del cisne de ese estilo de juegos de plataformas que perfeccionaron Super Mario Bros. 3 y Super Mario World, un compendio de tres décadas de savoir-faire en el que Yoshiaki Koizumi tomó definitivamente el control de Mario, rindiendo un sentido homenaje a su padre y hasta entonces mayor valedor, Shigeru Miyamoto, aprovechando las lecciones aprendidas en Super Mario 3D Land para producir la traslación perfecta del plataformas 2D clásico a las tres dimensiones, sumando además un divertido y alocado multijugador que se ajusta como un guante a su filosofía y diseño. Francamente, era una pena que tantos jugadores se lo perdiesen en su día, y ahora por fin se corrige esa situación.

Esencialmente, este Super Mario 3D World de Switch es el mismo que el de Wii U... aunque con pequeños matices. El primero es una más que bienvenida ampliación en su vertiente multijugador, la cual pasa de ser únicamente local a añadir un modo online, porque, ya sabéis, estamos en 2021... y además a día de hoy lo de juntarse cuatro en el sofá está tristemente complicado. El segundo son las fases de Toad, esas que posteriormente ejercieron como base para los rompecabezas del maravilloso Captain Toad, que ahora pueden ser jugadas también en cooperativo. Pero el tercero es el más sutil, y quizás el más importante: una velocidad de movimiento un poco más rápida que en el original. Si vienes de la versión de Wii U resulta chocante, aunque tras un pequeño tiempo de adaptación descubres que el cambio de ritmo no solo no choca con el diseño de la jugabilidad y los niveles (lo cual es meritorio, estando tan medidos), sino que le sienta bien y da un plus de dinamismo.

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Pero si Super Mario 3D World es un vistazo al brillante pasado (reciente, pero pasado en cualquier caso) de la franquicia emblema de Nintendo, el añadido que incluye esta nueva edición, Bowser's Fury, es un claro avance de lo que nos depara el futuro. Aquí se redobla la apuesta de Super Mario Odyssey por el mundo abierto, plantándonos ante un mapa de ambientación tropical, en el que podemos movernos libremente y visitar las distintas islas a nuestro antojo, sin tiempos de carga. Acompañados por Bowsy, que ejerce de asistente (controlado por la IA o por otro jugador), el objetivo es conseguir distintas cantidades de soles felinos para poder utilizar la Giga Campana y convertirnos en un enorme Mario-gato-super-saiyajin y luchar como si de kaijūs se tratase contra un gigantesco Bowser que va apareciendo por el escenario de forma aleatoria, a lo Nemesis de Resident Evil 3.

Con una considerable cantidad de soles felinos (conseguir la cantidad mínima para terminarlo es cuestión de unas tres o cuatro horas, pero para hacerse con todos fácilmente se duplica esa estimación), un sorprendente dinamismo y un férreo diseño de niveles con un claro énfasis en la verticalidad, Bowser's Fury quizás no llega a ese punto de desbordante imaginación de 3D World, pero sí muestra a los diseñadores de Nintendo probando cosas nuevas y examinando un más que probable camino para el futuro de los Mario en 3D, en el cual se conservan las señas de identidad de los plataformas clásicos al mismo tiempo que se explora cómo implementar de forma natural algunas de las evoluciones que hemos visto en otros géneros a lo largo de las tres últimas generaciones. Hay otro detalle que incide, creo, en esa naturaleza más experimental de este añadido: Bowser's Fury funciona a los tradicionales 60FPS de los juegos de Nintendo cuando jugamos con la consola conectada al dock, pero reduce el frame-rate a 30FPS en el modo portátil (lo cual no hace que sea injugable, porque funciona igual de bien, pero es un dato a tener en cuenta).

Quizás celebrar el aniversario de un personaje tan icónico como Mario con la reedición de un juego en vez de con la publicación de uno totalmente nuevo no sea el mejor ni más lustroso regalo de cumpleaños, pero es difícil ponerle pegas y no emocionarse un poquito cuando se trata de un título tan bueno - y desconocido por parte del público - como Super Mario 3D World, que ha envejecido estupendamente bien y sigue siendo una de las obras cumbre dentro de los juegos de plataformas. Para quien no lo jugase en su momento no puedo más que recomendar encarecidamente que lo haga ahora en Switch, pero la duda seguramente estará rondando la mente de quienes ya jugaron al original de Wii U. Aquí, imagino, depende un poco lo que busque cada uno y, sobre todo, de lo que esté dispuesto a pagar; yo he vuelto encantado a 3D World, pero básicamente sigue siendo el mismo juego de hace siete años, y aunque Bowser's Fury es muy interesante, por diseño y por lo que deja entrever del futuro de la franquicia, también es lo suficientemente corto - aunque no tanto como muchos esperaban, ojo - como para no poder justificar del todo por si mismo el precio completo del paquete.

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