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Star Wars: El Poder de la Fuerza

Tonteando con el lado oscuro.

No es difícil suponer que a lo largo de toda la aventura contaremos con la muy conocida pero no menos fantástica banda sonora original de las películas, compuesta por John Williams y que ayuda enormemente a crear el ambiente requerido para la acción que uno se espera de un episodio de esta saga. Las escenas cinemáticas además lucen un doblaje acorde con los altos valores generales de producción aunque, eso sí, recomendamos a todo el que no pueda imaginarse a Darth Vader sin la voz de Constantino Romero, haga lo posible por jugarlo en inglés [versión comentada, 360], porque no lo encontrarán en el reparto. Para quienes disfruten con los detalles, al ir terminando misiones se desbloquean también diversos artes de la fase de diseño, cinemáticas, y un banco de datos con información detallada sobre elementos del universo Star Wars que más de uno se leerá entero.

Bueno, ¿y el pero?... ¿Había un pero, no? Realmente hay varios, aunque el principal es que según la mecánica del juego se hace familiar al sucederse las misiones, y sin desmerecer en absoluto la historia, se hace palpable (una perturbación en la fuerza) que algo falla. Los fabulosos escenarios por ejemplo, detallados e inspirados, que deslumbraban en las primeras fases, se llegan a repetir hasta el punto de hacerte intuir que el próximo que veas será conocido.

Existen a tu disposición muchas formas de acabar con quien se te ponga por delante, pero acabas acostumbrándote a usar una o dos, necesitando muy rara vez emplear otras para repartir leña entre tus enemigos. Enemigos que, según parece, consideran inteligencia artificial no huir ni buscar cobertura alguna, mirando embelesados los destellos de tu espada láser mientras te disparan esperando su turno. Aparte de que puede darse el caso de que tú estés lo suficientemente lejos de su campo de acción (y sin ir a por ti, se queden quietos esperando a que vuelvas a estarlo)… pero ellos no del tuyo, resultando en un festín de fuerza casi a la altura de la pérdida de inmersión que produce. Hablando de la fuerza, hay que aprender a convivir con el sistema de guía invisible utilizado para dirigir los objetos que lancemos: en media distancia y espacios abiertos es donde mejor se desenvuelve, pudiendo llegar a resultar frustrante si se emplea en pasillos o habitaciones estrechas. En cualquier caso, una vez nos hemos educado a distinguir entre dónde usarlo y dónde no, se hace controlable y en cierta medida intuitivo.

Si bien el juego es de una dificultad asequible, a menos que el número de enemigos simultáneos sea ridículamente alto como sucede en alguna ocasión cerca del final, las batallas con los enemigos más poderosos como AT-STs, Rancors y jefes finales, pueden dar bastante guerra –algo por lo general divertido–, que acabarán –esto ya no– irremediablemente con una secuencia de botones. Ah… los QTE (Quick Time Event; sistema de juego en el que hay que pulsar los botones que se indiquen dentro de un plazo de tiempo limitado para llevar a cabo una acción con éxito). Seguimos sin comprender cómo una escena de acción, que alguien se ha molestado en idear, coreografiar y animar, es desmerecida haciendo que el jugador preste atención a una pequeña parte de la pantalla, con los nervios de saber que si falla en algún paso, puede recibir un golpe que esta vez sí sea fatal, y tener que empezar casi de nuevo después de ya haber vencido por méritos propios.

No nos dejaremos llevar al lado oscuro por los bugs que nos hemos encontrado en el juego, como algunos errores en la detección de colisiones que te dejan flotando sobre el decorado, enemigos que una vez muertos se quedan petrificados en su sitio u otros que por mucho que ataques no dañarás hasta que el juego quiera, porque puedes encontrártelos o no, y no tienen por qué ser determinantes en la experiencia de juego ni han sido planeados. Eso sí, sería todo un detalle por parte de LucasArts que junto al contenido descargable de pago que está por llegar este otoño, incluya una actualización gratuita que subsane estos errores. Por aquello del equilibrio en la fuerza, más que nada.

De todos modos, insistimos: que estos comentarios negativos no echen para atrás a nadie que intuya que puede disfrutar con el juego, porque lo hará. Puede estar lejos de ser perfecto, y es nuestro deber advertir de sus fallos, pero también de que eso no le impide proporcionar largos ratos de diversión a cualquiera que se lo pase en grande con un buen juego de acción, sobre todo con el apetitoso envoltorio en el que viene éste.

7 / 10

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Star Wars: The Force Unleashed

PS3, Xbox 360, PS2, Nintendo Wii, PSP, PC, Mac, Nintendo DS

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Acerca del autor

Aitor Fernández

Contributor

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